ARÉVALO
MUDÉJAR PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD.
¿Por
qué no?
La Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), se encarga cada año de declarar los sitios Patrimonio de la Humanidad o
Patrimonio Mundial, entre todos los lugares candidatos presentados por los
países miembros. El objetivo del
programa es catalogar, preservar y dar a conocer sitios de importancia
cultural o natural excepcional para la herencia común de la
humanidad.
España, con 47 sitios, es el tercer país con
más lugares declarados Patrimonio Mundial por detrás de Italia con 54 y China
con 53.
El primer paso es que el país incluya el sitio
en un listado provisional con sus características culturales o naturales que le
hagan merecedor de tal distinción, ya que no puede ser presentado ni elegido
ningún lugar que no haya estado incluido previamente en esta lista.
Tore de los ajedreces de la iglesia de San Martín (BIC) y fuente de los cuatro caños.
Posteriormente, y anualmente, cada país puede
elegir como candidato uno de los sitios de esta lista y presentarlo al proceso correspondiente,
llevado a cabo por el Comité de Selección, formado por representantes de 21 de
los estados miembros elegidos en Asamblea General.
Por lo tanto, lo que procede ahora es que Arévalo Mudéjar o el Mudéjar de La Moraña o, de forma conjunta, el del sur del Duero, sea
incluido en la Lista Provisional, elaborada por el gobierno español a
petición de cada comunidad autónoma, si es que aún no lo está.
Conjunto monumental de la plaza de la Villa de Arévalo, cien por cien mudéjar. (BIC).
Y puede hacerlo porque, sin duda, cumple los criterios por los que se rige el proceso de selección que, para el ámbito cultural son los seis que a continuación se detallan:
I. Representar una obra maestra del genio creativo humano.
Qué duda cabe que el mudéjar de Arévalo como
arte, representa una obra maestra del genio creativo humano, que con materiales
tan humildes como la arcilla, la arena, la cal, la madera, una piedra caliza irregular conocida como rajuela y el agua consiguen
construcciones duraderas, de impresionante sencillez y belleza. Gracias al
genio creativo humano, elementos sencillos y humildes se convierten en
grandiosas obras de arte que perduran generación tras generación.
Casa de la plaza de la Villa de Arévalo.
II. Testimoniar un importante intercambio de valores humanos a lo largo de
un periodo de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en el desarrollo
de la arquitectura, tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño
paisajístico.
Este segundo punto lo cumple a la perfección Arévalo Mudéjar ya que esta forma de
hacer arquitectura, en definitiva, de arte, atestigua un intercambio de valores
humanos y culturales a lo largo de varios siglos, pues en palabras del profesor
e historiador Serafín de Tapia: “El saber
hacer de los mudéjares, sobre
todo en materia constructiva, se adaptó tan bien a este entorno geográfico que
muchos artesanos cristianos aprendieron a trabajar como ellos, hasta el punto
de convertir el estilo de los mudéjares en el más español de los modos de hacer
arquitectura".
Claro ejemplo de una casa arevalense de estilo mudéjar, una forma de construir que ha perdurado en el tiempo.
III.
Aportar un testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o
de una civilización existente o ya desaparecida.
En este aspecto, el arquitecto Fernando Chueca
Goitia define al arte mudéjar como “una
expresión artística que surge de forma natural de la permanencia de musulmanes en
tierras pobladas mayoritariamente por cristianos. Se trata de un acontecimiento
histórico único y sus consecuencias habían de ser necesariamente originales.”
Qué duda cabe que el legado de los alarifes mudéjares influyó de manera
palpable y patente en la arquitectura tradicional de Arévalo y su comarca. Y
que bastantes siglos después de que los mudéjares desaparecieran de forma
física como pueblo o como cultura aún se siguió construyendo al estilo de los
mudéjares.
Arco del Alcocer o de la cárcel, puerta fortificada de la Muralla de Arévalo. (BIC).
IV. Ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de edificio, conjunto
arquitectónico, tecnológico o paisaje, que ilustre una etapa significativa de
la historia humana.
En este aspecto, Arévalo Mudéjar se adapta a la perfección pues el conjunto
arquitectónico formado por decenas de edificios mudéjares tanto de construcción
civil, como militar, como religiosa, resulta un ejemplo claro y evidente de una
forma de hacer arquitectura: El Mudéjar,
en una etapa tan significativa para la historia humana que abarca desde la baja
edad media hasta el renacimiento, es decir desde el siglo XI o XII hasta el XVI
o XVII. Aunque en siglos posteriores se siguieron construyendo casas humildes,
casonas y palacios al estilo mudéjar.
Conjunto histórico artístico de la plaza de la Villa con la iglesia de Santa María (ambos BIC).
V.
Ser un ejemplo eminente de una tradición de asentamiento humano, utilización
del mar o de la tierra, que sea representativa de una cultura (o culturas), o
de la interacción humana con el medio ambiente especialmente cuando este se
vuelva vulnerable frente al impacto de cambios irreversibles.
En especial este punto parece que esté
redactado pensando, precisamente, en Arévalo
Mudéjar: La utilización de
materiales tan naturales y de la tierra y, por tanto, respetuosas con el
entorno y el medio ambiente, como la arcilla, la cal, la arena, la madera, la piedra rajuela y el agua son
fruto de la trasmisión a lo largo de varios siglos de una cultura a la forma de construir de
las generaciones siguientes, de tal forma que la cultura mudéjar procedente de
los musulmanes asentados en territorio cristiano, pasó a ser la forma natural
de construir por las generaciones cristianas posteriores, aunando en este aspecto ambas culturas. Una forma de construir con materiales naturales sencillos, propios del
lugar y completamente respetuosa con el medio ambiente. Para que el arte mudéjar surja y se perpetúe no es preciso realizar canteras, ni destruir el paisaje, ni contaminar los ríos.
Séptimo arco del puente de Valladolid, por su ornamentación claro ejemplo del arte mudéjar.
VI.
Estar directa o tangiblemente asociado con eventos o tradiciones vivas, con
ideas o con creencias, con trabajos artísticos y literarios de destacada
significación universal.
El Mudéjar
de Arévalo ha sido fruto de multitud de estudios, por ello ha sido
merecedor de reconocimientos tales como Conjunto
Histórico y, además, ocho elementos han sido declarados Bien de Interés Cultural (BIC), todos
ellos fieles y destacados representantes del arte mudéjar. Son cuatro
religiosos: Emita de la Lugareja, Iglesia de San Martín, Iglesia de Santa María
e Iglesia de San Miguel, dos civiles: Puente de Medina y la parte antigua de Arévalo, y dos militares: Castillo de
Arévalo y murallas de la ciudad.
En el apartado de bibliografía se muestran unos
pocos ejemplos en el que el Arévalo Mudéjar o el mudéjar de la comarca de
La Moraña es tratado de forma específica como arte y cultura.
Por otra parte, algunos autores de reconocido
prestigio y de indudable relevancia para la humanidad, han utilizado al mudéjar en sus obras convirtiéndolo en
un bien universal. Baste con citar el ejemplo de “El mudejarillo” de Don José Jiménez Lozano, que se encuentra en la
cumbre de la literatura universal al haber sido galardonado, entre otros
muchos, con el Premio Cervantes de
Literatura, máximo galardón de las letras hispanas.
Puente de Medina (BIC), un ejemplo espectacular de obra civil mudéjar.
No cabe duda alguna de que Arévalo Mudéjar, o el del sur del Duero conjuntamente, es merecedor
de ser incluido en la Lista Provisional de sitios que puedan ser declarados en
un futuro Patrimonio Mundial. Para
ello es necesario que el mayor número de asociaciones y sindicatos, Ayuntamiento
de Arévalo, otros Ayuntamientos de la comarca, de la provincia, o del sur del Duero, Diputaciones Provinciales, Obispado, Consejería de Cultura de la Junta de
Castilla y León y medios de comunicación de todo tipo, todos a una, respalden y
se sumen a la petición, colaborando en su elaboración.
Porque el que Arévalo
Mudéjar sea declarado en un futuro Patrimonio
Mundial, es beneficioso para Arévalo, para la comarca, para la provincia,
para la región. Porque, además, puede optar a financiación para su conservación
del Fondo para la conservación del Patrimonio Mundial.
Los que somos o nos sentimos de Arévalo, somos
arevalenses, morañegos, abulenses, castellanos, españoles, europeos, ciudadanos
del mundo, parte de la humanidad. Pero también somos herederos del legado
mudéjar, esa impronta aún hoy en día perfectamente reconocible, que nuestros
antepasados dejaron en la cultura, en la arquitectura, en el arte, en la
historia, en el patrimonio común de todos los arevalenses, de todos los
ciudadanos del mundo.
Poner en valor el legado de los mudéjares, la
conjunción de dos culturas a través del arte y de la historia, es decir, el Arévalo Mudéjar, solo puede terminar en
su declaración como Patrimonio de la
Humanidad. Lo demás es hacerle de menos.
En Arévalo, a trece de enero de 2018.
Luis José Martín García-Sancho.
Ventana ajimezada del palacio de Sedeño
NOTA POSTERIOR:
Me consta que el tema lleva años estudiándose
sin que nadie se haya decido a "lanzarse", que hay a gente que no le
ha gustado que hable de esta posibilidad, casi certeza. En particular, que se
cite Arévalo Mudéjar como algo individual, aunque todos sabemos que no lo es, que
el mudéjar castellano es
especialmente representativo en varias localidades al sur del Duero, entre las que se encuentra Arévalo, junto con
otras muchas como Medina del Campo, Olmedo, Tordesillas, Cuéllar, Coca,
Madrigal de las Altas Torres…
El proceso debe ser, por tanto, un trabajo
conjunto de varios ayuntamientos del sur del Duero con tirón mudéjar, entre los
que se encuentran los citados anteriormente. Pero, unos por otros, la casa sin
barrer y el mudéjar castellano sin
incluir entre los sitios merecedores de ser Patrimonio Mundial.
La abulia de la Junta y Diputaciones que se
mueven más por intereses políticos o presupuestarios, tampoco ayuda.
Y la ceguera endémica del castellano que tiene
tendencia a menospreciar lo suyo, lo empeora.
Este artículo ha pretendido ser más un
latigazo al aire para que arranque de una vez el carro del mudéjar castellano y se encamine hacia su destino, que no es otro
que su reconocimiento como Patrimonio de
la Humanidad.
Y repito igual que he acabado, lo demás es
hacerle de menos.
Bibliografía:
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Desarrollo urbano y monumental hasta mediados del siglo XVI. Editorial
Alpuerto, S.A.
- Díaz de la Torre, J. M. (1999) Un reino de
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- Montalvo, J.J. (1928) De la historia de
Arévalo y sus Sexmos. Imprenta Castellana.
- Guerra, R., Oviedo, C., Ungría, R., Delgado,
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- Guerra Sancho, R. (2003) Las murallas de
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- Gutiérrez Robledo, J.L., Moreno Blanco, R.,
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- de Tapia Sánchez, S. (2018) Hipótesis sobre
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- Zancajo Rodríguez, C. (2011) Agricultura
árabe en la comarca de La Moraña. En: Memoria mudéjar en La Moraña. ASODEMA/ Proyecto
Leal, pp. 359-376.
En
internet: enlaces:
APÉNDICE FOTOGRÁFICO
- BIENES DE INTERÉS CULTURAL (BIC) DEL ARÉVALO MUDÉJAR:
1- CASTILLO:
2- IGLESIA DE LA LUGAREJA
3- IGLESIA DE SANTA MARÍA
4- IGLESIA DE SAN MARTÍN
5- PUENTE DE MEDINA
6- IGLESIA DE SAN MIGUEL
7- MURALLAS DE ARÉVALO. Cubo semicircular de la muralla de Arévalo.
Puerta de la muralla de Arévalo conocida como Alcocer.
8- PARTE ANTIGUA DE LA CIUDAD.
Todas las fotografías son propiedad de Luis J, Martín.