domingo, 29 de noviembre de 2015

EL YAMUR DE ARÉVALO


Esta es una imagen habitual de la plaza del Arrabal de Arévalo con la iglesia de Santo Domingo en su parte este.

Pero, ¿qué tiene en común con estas otras imágenes?

Taj Mahal, India:
Mezquita de Damasco, Siria:
Mezquita Azul de Estambul, Turquía:
Mezquita de Ispaham, Irán:
Cúpula de la Roca, Jerusalen, Israel:
Mezquita de Fez, Marruecos:
Mezquita de Soleiman, Estambul, Turquía:
¿No encuentran algo en común?, ¿algún elemento de los edificios?

Veamos, ampliemos un poco más la imagen:
¿No?, Ampliemos un poco más:
Estas tres bolas de bronce, las verdosas que están por encima de la bola de granito, que coronan la fachada principal de la iglesia de Santo Domingo son de origen musulmán y reciben el nombre de yamur. Suelen ser tres bolas ensartadas en un eje principal y rematadas o por una veleta o por la media luna que se ponen en las cúpulas o alminares de los edificios musulmanes. Pero en el caso de ser reubicadas en edificios cristianos se las corona con la cruz.
Otro ejemplo de yamur reconvertido es el de la puerta del Carmen en la muralla de Ávila, que era la espadaña del antiguo convento del Carmen Calzado, hoy sede del Archivo Histórico Provincial: 
Pero en España hay más ejemplos, como en la catedral de Palencia, en la iglesia San de San Pablo de Valladolid, en la Alhambra de  Granada o en la antigua mezquita de Córdoba, hoy parte de la catedral.
El origen del yamur de Arévalo es incierto. Bien pudiera tratarse de una reubicación proveniente de la antigua mezquita de la ciudad o bien un traslado de procedencia indeterminada una vez terminada la reconquista. (1)
Puesto que en Arévalo hubo mezquita, ¿no es lógico que pudiera ser este el origen del yamur de Santo Domigo? La historia unas veces une, otras veces separa a los pueblos, pero de lo que no hay duda es que pone de manifiesto una relación innegable.
En Arévalo a 29 de noviembre de 2015.
Luis José Martín García-Sancho

REFERENCIAS:
(1)- DUERO MUDÉJAR:
Enlace:

viernes, 27 de noviembre de 2015

TRAJE DE DOMINGO


 Antiguo Colegio de la Villa, antes de Santiago.

Luis José Martín García-Sancho.
        
        Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Tal vez por eso el pasado 16 de febrero, en la visita al casco histórico de Arévalo organizada por la asociación La Alhóndiga, su presidente, Juan Carlos López Pascual, frente a las puertas de lo que fue el antiguo colegio de los jesuitas, pedía al numeroso público asistente que si alguien tuviera alguna foto de ese edificio utilizado como colegio, sería bien recibida para escanearla y así pasar a formar parte del archivo documental de la asociación, que cada día es mayor y mejor.
         Yo no tengo imágenes que poder donar. Tengo palabras. Aunque estas sean, según el dicho, mil veces menos valiosas que una fotografía para mí tienen mucho valor pues son el testimonio de mi abuelo Domingo, cuando acudía como alumno a lo que fue colegio de los jesuitas que, por entonces, eran escuelas municipales. El corralón, creo que las llamaba cuando se refería a ellas. El abuelo Domingo nació en 1902 y asistió a esas escuelas hasta el año 1913.
         Recuerdo que algunos domingos, mi hermano Julio y yo íbamos a comer a casa de mis abuelos paternos. El abuelo Domingo devoraba con gran apetito todo lo que la abuela Dolores le ponía delante.
 
- Domingo -gritaba la abuela Dolores-, no comas tan deprisa que te va a sentar mal.
- Que rica está la sopa que nos ha hecho vuestra abuela -decía el abuelo levantando un instante la vista del plato para mirarnos con una sonrisa-. Esta mujer cocina mejor que los ángeles.
- Huy -gritaba la abuela mientras iba a la cocina a por el segundo plato-. Si no lo saboreas. No le hagáis caso, hijos, que a este hombre le gusta todo lo que le hago.
- Porque está muy rico ¿Vosotros habéis visto alguna vez a un ángel o conocéis a alguien que lo haya visto?, ¿y a un arcángel? -preguntaba el abuelo giñándonos un ojo mientras nosotros negábamos con la cabeza-, pues yo... tampoco y eso que tengo muchos más años que vosotros.
-  ¿Qué les dices a los niños Domingo? -gritaba la abuela Dolores desde la cocina-. Qué te estoy oyendo.
- Nada, nada. Les decía que el pollo al ajillo que has preparado -contestaba mirándonos con una sonrisa pícara-, seguro que es el mejor que han comido nunca.
         Y era cierto. Mi abuela cocinaba francamente bien, aunque, todo hay que decirlo, mi abuelo era una boca agradecida. Disfrutaba con la comida y le gustaba agasajar a la cocinera.
         Después nos contaba alguna historia relacionada con su vida:

Domingo es el segundo por la izquierda de la fila de arriba
- Sólo fui a la escuela hasta los once años. Estaba en el corralón que hay detrás de la iglesia de San Nicolás -empezaba a contar el abuelo Domingo-. Casi no recuerdo a mi padre, murió de una pulmonía cuando yo tenía dieciocho meses. Era muy fuerte, ¿sabéis?, era chocolatero. Así que a los once años tuve que empezar a trabajar en el comercio de mi tío Genaro. Pero no penséis que era mal estudiante, no. Aunque parezca tonto, siempre he sido muy listo. Varios años hasta me gané un traje.
- ¿Habéis visto el torreón que hay en la plaza de la villa? -preguntaba el abuelo mientras nosotros asentíamos con gran interés-. Pues ese torreón lo construyó Felipe Yurrita, un indiano que había hecho fortuna en Guatemala y que había vuelto a Arévalo con la intención de hacer el bien entre sus conciudadanos. El caso es que este buen hombre tenía la costumbre de regalar un traje al primero de cada clase. Como tuve que dejar la escuela y empezar a trabajar a los once años porque mi madre era viuda y no podía mantener a tantas bocas, me apunté a la escuela nocturna. Estuve acudiendo a estas clases hasta los 14 años y no porque no me gustara estudiar sino porque me cansé de mi tío Genaro que era un déspota y me fui a trabajar a unos almacenes de Zamora, pero bueno eso es otra historia. El caso es que durante los años que asistí a las escuelas casi siempre nos ganábamos el traje el señor Amadeo, que ahora es el cabo de los serenos, o yo. Así que vosotros estudiad mucho para que seáis tan listos como vuestro abuelo y vuestro padre que también ha sido uno de los primeros de su clase. 
 Plaza de la villa con el ya desaparecido torreón de Yurrita
 
        Luego, después de terminar el flan, nos daba dos duros a cada uno para que nos compráramos algo en el quiosco de la tía Mané. Y, por la calle de los muertos, o como la llamaba el abuelo Avanciques, nos dirigíamos de vuelta a casa. Aunque, a veces, íbamos a jugar a la parte trasera de El Salvador para trepar por los muros inclinados de la iglesia, hasta agarrarnos a las rejas de las ventanas y, después, dejarnos caer corriendo a gran velocidad. Una inocente diversión infantil que, debido a la remodelación de la iglesia a raíz de las Edades del Hombre, ya no se puede practicar.
         Por otro lado, hace muy poco, en noviembre de 2013, se ha derrumbado gran parte de la cubierta de las escuelas del corralón, el antiguo colegio de los jesuitas. Durante bastantes años, muchos hemos avisado del estado en que se encontraban estas escuelas que amenazaban ruina. De nada ha servido. Quizás, simplemente, retejando las goteras se podría haber evitado la ruina en la que se ha convertido este edificio histórico construido en 1593 como colegio de Santiago de la Compañía de Jesús.
         La desidia o la absoluta falta de intervención por parte del Ayuntamiento, la Junta o ambos, así como la inexistencia de un plan de conservación del numeroso patrimonio arevalense, ha conducido a que el colegio del corralón, en lugar de amenazar ruina, sea ruina: La ruina institucionalizada. Que las palabras de mi abuelo sirvan para recordar al amigo lector lo que el edificio fue y ya no es.
         El pueblo que olvida sus raíces, como el árbol, se seca.

A mi padre y a la memoria del abuelo Domingo.

Cuatro generaciones de Martín: César, Domingo, David y Luis.
 
En Arévalo, a 16 de febrero de 2014.
Artículo publicado en el nº 58 de La llanura de Arévalo de marzo de 2014
Luis José Martín García-Sancho.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

DE TAPAS

 

Como se aproximaban las elecciones, el partido en el poder ratificó su intención sobre lo que los medios de comunicación consideraban uno de los temas más controvertidos de la vida social:
La posición de las tapas del retrete debería ser la misma que ellos siempre habían propuesto, por supuesto levantadas, tal y como como ordenaba la tradición.
- En nuestra costumbre y en nuestra experiencia -añadía el jefe de prensa del partido en el poder-, así ha sido siempre y así debe seguir siendo".


El principal partido de la oposición, que había incorporado gente nueva a sus órganos de dirección, sorprendió con un cambio sustancial:
La posición ideal y más conveniente para las tapas del váter, ellos proponían que fuera con la tapa superior levantada y la inferior bajada.
- El cambio que proponemos -recalcaba la jefa de campaña del partido de la oposición-, es progresista, feminista y necesario para intentar rectificar y corregir una palpable y odiosa desigualdad de género.
 
Otro partido que había sido clave en otras ocasiones para la formación de gobierno pero que entraba en la contradicción de pretender independizarse del país y, al mismo tiempo, presentarse a las elecciones para ser presidente del país del que quería independizarse, hizo una propuesta que se salía del tiesto y que no viene muy a cuento porque proponía el caganer.
Un nuevo partido que estaba obteniendo muy buenos resultados en las encuestas, sorprendió a los votantes por su postura intermedia basada en una tabla de valores ideales calculados para que favorecieran a todos y a todas por igual:
La posición ideal para las tapas del inodoro sería con la tapa inferior formando un ángulo de 45 grados calculados desde la verticalidad de la tapa superior.
- Siempre hemos creído -aseguraba el presidente de esta nueva formación- que unas tasas correctoras de los valores tradicionales que nos acerquen a la modernidad es la mejor solución para acabar con los conflictos.
 
En cambio, la mayor sorpresa en las propuestas electorales vino de uno de los partidos que eran considerados antisistema y que estaba teniendo bastantes expectativas de voto en las encuestas:
La mejor posición para las tapas del escusado debería ser con ambas tapas bajadas, tanto la inferior como la superior, que eso de las tasas y de los ángulos era una solemne tontería.
- Es absurdo mantener las tapas levantadas o semilevantadas -declaró la jefa de organización-. Lo mejor es que ambas tapas permanezcan bajadas y que sea cada cual, hombre, mujer, infante o anciano, quien se encargue de levantar la parte que necesite. Solo una  buena educación desde la más tierna infancia puede hacer ver con normalidad lo que, simplemente, es normal.


Todo parecía indicar que ni tradición, ni contradicción, ni indefinición, podían competir contra esta última propuesta. Pero, que quieren, este es el reino del tururú donde el sentido común es el menos común de los sentidos.

P.D.: habrá notado el lector que los párrafos tienen diferentes colores. El motivo no es otro que el de abrir su imaginación a la intención del espectro político actual. Pero tengan en cuenta que las tapas representadas son blancas y siempre serán blancas y que, como todos ustedes saben, el blanco es el resultado de la combinación de todos los colores.
Se ruega tirar de la cadena una vez terminada la lectura.

En Arévalo, a 25 de noviembre de 2015.

Luis José Martín García- Sancho

miércoles, 11 de noviembre de 2015

OTOÑO EN ARÉVALO

SECUENCIA DE FOTOS TOMADAS EN LAS CUESTAS DE FORONDA SOBRE EL RÍO ADAJA A SU PASO POR ARÉVALO (ÁVILA) DURANTE EL OTOÑO DE 2015:

Fotos: Luis José Martín García-Sancho

 Colores de temporada. 13/10/2015

 Otoño en la niebla. 14/10/2015

 Hielo y otoño. 15/10/2015

Avanza el otoño. 16/10/2015

 Avanza el otoño. 19/10/205

 Otoño pleno. 20/10/2015

Acabando la otoñada. 26/10/2015

Otoño muy avanzado. 29/10/2015

Final de la otoñada. 11/11/2015

No ha acabado nada.
Al contrario.
Ahora empieza todo una vez más.

sábado, 7 de noviembre de 2015

SUSPIRO PEDORRETA


Dio un suspiro prolongado, sonoro. Un suspiro de esos que primero se te infla el pecho como un balón y luego la fuerza del aire expulsado te hincha los carrillos y te saca los labios hacia afuera. Un suspiro de aburrimiento, de desinterés, de apatía, de hartura. Un suspiro hondo que suena a pedorreta.
Leía frente al ordenador:

- Soy un autónomo de 55 años que hace tres años que me he quedado sin trabajo y con deudas. Llevo 36 cotizando a la Seguridad Social y no tengo donde caerme muerto.
Mi pregunta es si usted podría vivir con 406 euros al mes.

- Bufffff -Volvió a suspirar, más profundamente aún.
- Que suspirón estás hoy –le recriminó Elvira-, ¿qué te pasa, cariño?
- Nada, nada. Es que nadie escribe para felicitarme o agradecerme mi labor al frente de este barco que está atravesando con éxito el Cabo de Hornos.
- Hombre Mariano –repuso Elvira-, ten en cuenta que tu asesor de prensa creó esa página para que la gente exprese sus quejas o sugerencias. Para halagos ya tienes a tus miembros del consejo.
- ¿Sabes cuánto nos costó la cena de ayer?
- A nosotros nada –respondió Elvira-, fue a cargo de los presupuestos. Pero seguro que no bajó de 1500.
- Buffff –volvió a suspirar Mariano- ¿Y qué le contesto yo a este hombre? Parece que todo el mundo quiere que papá Mariano les solucione sus problemas. Como si no tuviese ya bastantes.
- A ver, si quieres te ayudo a contestar.
- No. Yo creo que lo voy a dejar que estoy un poquillo cansado.


Arévalo, a siete de noviembre de 2015
Luis José Martín García-Sancho