Álamos del paseo de la Alameda que han desaparecido.
DESALAMEDAR
El
dos de agosto fue el día
que
fueron a castigar
paseo
de la Alameda,
una calle
principal.
Terciaron
a cinco álamos
con
un calor infernal
y
después los arrancaron
con grúa
y sin piedad.
Buscando sombra pasea
un
elefante triunfal
camina,
camina lento
con su
correa y trompal.
Por
qué cortan los árboles,
le
pregunta al concejal,
por
qué quitan de esta calle,
su signo
de identidad.
“Los álamos que arrancamos
Los vamos a trasplantar
al parque que hay en las eras
para el asfalto arreglar.”
El
elefante cavila
piensa
y lo vuelve a pensar:
¿Por
qué no arreglan el piso
y los
respetan sin más?
El
hombre transpira mucho,
El
calor aprieta ya,
busca
una pequeña sombra
y
responde al animal.
“Estos álamos tan grandes
estaban enraizando mal
y se estaban inclinando
con gran peligrosidad.
Una antigua carretera
que bajo este suelo está
será la principal causa
de su inestabilidad.”
El
elefante introduce
su
trompa en el arenal
y
no encuentra carretera
ni otra
vía similar.
Aquí
abajo no hay asfalto,
algún
cascote gordal
empleado
de relleno,
¿no nos
querrán engañar?
Más
el edil se hace el sordo,
como
el que oye barritar,
saltando
de sombra en sombra
que el
calor pueda paliar.
Hace
poco que ha cambiado
Gobierno
municipal,
mas no ha cambiado, parece,
su manera
de actuar.
Paseo
de la Alameda
es ya su estreno estelar:
cinco percheros-álamo
en las
eras callan ya.
Un
álamo de hoja estrecha
de aspecto fenomenal
fue
el principal agraviado
por su
belleza sin par.
Jamás
había sido podado,
su
porte era singular,
en
las eras calla y muere
nadie lo
quiere mirar.
En Arévalo,
a veinte de agosto de 2019.
Luis
J. Martín.
(De
la serie “Romances con trompal”).
INCONGRUENCIAS:
Estas son las explicaciones que ha dado la
nueva corporación municipal respecto a los árboles desmochados y arrancados el
pasado dos de agosto de 2019 en el arevalense paseo de la Alameda:
1- “Estaban
peligrosamente inclinados”.
2- “Ya se
había caído uno el año pasado aplastando a un coche”.
3- “habían
sido plantados sobre una antigua carretera por lo que las raíces eran muy
superficiales”.
4- “Si
no se llevaba a cabo la pavimentación de este tramo del paseo de la Alameda
enseguida, se perdía la subvención concedida a tal efecto”.
5- “Los
árboles no han sido talados, se han trasplantado al parque de las Eras”.
Álamo de hoja estrecha (Populus angustifolia) a la altura del nº 13 del Paseo de la Alameda.
1- Bien, este magnífico ejemplar de álamo de hoja
estrecha (Populus angustifolia), especie foránea originaria de
Norteamérica, jamás había sido podado, curiosamente, se había salvado de las
podas salvajes y sistemáticas a las que la anterior corporación municipal
sometía al arbolado urbano, por lo que tenía un aspecto sano y robusto y un
porte excelente, el propio de su especie. Tenía una inclinación despreciable
inferior a 5º. Ninguno de los cinco álamos arrancados tenía una inclinación
superior.
Había enraizado correctamente y resultó muy
difícil y costoso su "trasplante", por lo que se hizo casi sin cepellón y, además, por la dificultad y brutalidad del tirón para arrancarlo, tanto por parte de una excavadora como de una grúa, se le provocó
una gran erosión en su tronco dejándole descortezado en una gran herida de algo
más de un metro de longitud.
2- La caída de uno de los álamos blancos, no
ocurrió el año pasado sino al poco tiempo de su plantación cuando las raíces
aún no habían profundizado lo suficiente.
3- Respecto a la misteriosa carretera antigua, he
de decir que la calzada siempre ha pasado por donde pasa en la actualidad,
que entre las tapias de los chalés y la vía asfaltada solo había tierra y que el
desnivel entre la carretera y las tapias era evidente, por lo que ese espacio
se solía inundar en momentos de intensas lluvias aunque, el agua se filtraba rápidamente al subsuelo, lo que indica un sustrato arenoso y profundo. Lo que sí es posible, es que
para realizar la acera actual a ras de la calzada se utilizaran escombros o
cascotes de obra para cubrir el desnivel existente. En la zona donde se han arrancado los cinco álamos siempre han existido árboles de gran porte, especialmente olmos como puede apreciarse en las dos siguientes fotografías, y siempre han tenido un enraizado vertical correcto, por lo que la afirmación de una antigua carretera que no dejaba que enraizaran convenientemente, como puede observarse en las fotos históricas aportadas, no procede.
Tanto en foto superior como en la inferior se aprecia que la carretera iba por donde pasa actualmente y que todo lo demás era tierra, fotos realizadas en 1978 y 1986 a la altura del nº 13 del paseo de la Alameda. Colección Martín García-Sancho.
En todo caso, me atrevo a preguntar que si se
tenía constancia o se sospechaba que una antigua carretera pasaba por el
espacio ocupado por los árboles arrancados: ¿se han realizado las correspondientes
catas arqueológicas para comprobarlo?, me temo que la respuesta es no y, por lo
tanto, que esa pretendida escusa es tan poco creíble como la antigua y misteriosa
carretera.
Me atrevo a apuntar que lo que sí pudo existir por
la zona, tal y como apunta Juan C. López Pascual, es un antiguo viacrucis, como
así lo atestiguan varias peanas de granito, visibles por los alrededores, que
pudieron alojar las cruces ya desaparecidas.
4- Respecto a la pérdida de subvención me atrevo a
preguntar de nuevo: ¿La subvención era simplemente para asfaltar un tramo del
paseo de la Alameda o, en cualquier caso, obligaba a talar los árboles?, y en este último caso, ¿se
podía haber pedido una prórroga para su correcta realización?
Aspecto que presentan dos de los árboles "trasplantados" en el parque de las Eras en pleno mes de agosto.
5- Respecto al último punto, Aunque los árboles no
hayan sido talados, en la práctica es como si lo hubieran sido: se han arrancado
casi sin cepellón y en el momento menos indicado: en plena actividad
vegetativa del árbol. Lo lógico y aconsejable hubiera sido realizar este “trasplante”
con el paro vegetativo, es decir, durante los meses de noviembre,
diciembre, enero o febrero. Pero el dos de agosto no es el momento más indicado
para un trasplante, ni por el propio árbol, ni por la vida que acoge, sean diversas
especies aves o invertebrados.
Aunque, bajo mi punto de vista, el trasplante es completamente innecesario y se deberían haber dejado los árboles como estaban: vivos, produciendo oxígeno y sombra, depurando el aire de partículas contaminantes y suavizando las temperaturas y los vientos.
El pasado dos de agosto el paseo de la Alameda
se convirtió en un paseo al sol, una alameda sin álamos, una vez más, por una
incongruencia municipal.
En Arévalo, agosto de 2019.
Luis José Martín García-Sancho.
ENLACES RELACIONADOS:
Los cinco álamos arrancados del paseo de la Alameda en su nuevo emplazamiento del parque de las Eras.