Nota del autor:
El siguente artículo es fruto de varios años de trabajo de campo estudiando a las avutardas, muchas horas detrás del telescopio. El estudio se realizó en la década de los noventa del pasado siglo, hace entre 15 y 20 años. Aunque la avutarda ha sido una de mis pasiones campestres, los datos recopilados se quedaron en el cuaderno de campo y nunca vieron la luz. He intentado en varias ocasiones escribir y publicar estos resultados porque creo que pueden ser interesantes y, quizás, aportar algo al estudio y a la conservación del ave voladora más pesada del mundo. Ahora que ven definitivamente la luz, quiero agradecer a todas las personas que me han ayudado o me han soportado pacientemente mientras contaba los picotazos y los pasos que las avutardas dan mientras se alimentan. De manera especial a mi hermano Ignacio Martín, a David Sánchez, a mis hijos David y María y a Ana García que tantas horas ha pasado y pasa conmigo en el campo, en justo reconocimiento, ella es coautora del presente trabajo. Quiero también hacer una mención especial a David Pascual Carpizo por aportar varias fotos de avutarda.
Macho de avutarda. Foto: David Pascual Carpizo
ALIMENTACIÓN DE LA AVUTARDA (Otis tarda) AL SUR DEL DUERO
Por: Luis
José Martín García-Sancho y Ana Isabel García García.
Se
estudia la alimentación de la avutarda en Castilla y León, concretamente en el
espacio conocido como tierra de Campiñas, situada al sur del Duero entre las
provincias de Ávila, Salamanca y Valladolid. (Figura 1).
Previamente,
en los años 1989 y 1990 se censó la población abulense del área de estudio y en
1991 y 1992 se incluyó en el estudio poblacional la parte salmantina, lo que
permitió conocer la distribución de la especie entre el norte de Ávila y el
este de Salamanca en una zona que se denominó Área de Madrigal – Peñaranda.
Durante el estudio también se censaron las avutardas situadas al sur de
Valladolid en una estrecha franja de terreno limítrofe con estas dos
provincias. (Tabla I).
PRIMAVERAL
|
OTOÑAL
|
INVERNAL
| |
1149
|
959
|
1392
| |
TABLA
I:
|
(Enlace al estudio poblacional: al final del artículo)
Durante
los censos también se realizaron estudios tanto del hábitat disponible en la
zona de estudio, como de la utilización del medio por las avutardas. Es decir,
no sólo fue un estudio poblacional por número de aves, sexos y edades, también
se anotaron los diversos medios en los que se encontraban las aves, lo que daba
una idea clara de los diferentes tipos de cultivos o terrenos disponibles y,
también, cuáles eran los preferidos por las avutardas según la época del año.
(Tabla II).
PRIMAVERAL
|
OTOÑAL
|
INVERNAL
|
MEDIA
ANUAL
| |
CEREAL
|
67,62
|
-
|
51,22
|
42,57
|
RASTROJO
|
0,44
|
60,69
|
16,24
|
23,23
|
ALFALFA
|
10,97
|
20,65
|
13,51
|
14,63
|
BARBECHO
|
7,05
|
2,92
|
3,16
|
4,37
|
PASTOS
|
6,53
|
2,82
|
1,01
|
3,31
|
BORDE
|
1,91
|
1,77
|
4,02
|
2,6
|
LABRADO
|
0,44
|
3,13
|
4,02
|
2,6
|
VEZA
|
1,48
|
-
|
4,67
|
2,34
|
VUELO
|
1,22
|
0,94
|
2,16
|
1,51
|
VARIOS
|
2,35
|
-
|
-
|
0,77
|
PERLETA
|
-
|
2,19
|
-
|
0,6
|
PATATA
|
-
|
1,77
|
-
|
0,49
|
RASTROJO QUEMADO
|
-
|
1,67
|
-
|
0,46
|
GIRASOL
|
-
|
0,83
|
-
|
0,23
|
REMOLACHA
|
-
|
0,63
|
-
|
0,17
|
(Fuente: Martín y Martín 1997)
Material y métodos:
Una
vez conocida la población de avutardas y su distribución por el área de estudio
se realizaron seguimientos a aquellas bandadas que tenían un comportamiento
mayoritario de alimentación. La observación se realizó siempre a campo abierto
sin utilizar, en ningún momento, escondites fijos o móviles. Cuando fue
posible, se realizaron seguimientos de 10 minutos a cada miembro de una misma
bandada en actitud alimenticia. Conviene aclarar que, por causas siempre ajenas
al observador, algunos individuos dejaban de alimentarse antes de los diez
minutos establecidos y pasaban a otro comportamiento distinto, como el aseo del
plumaje, al que dedican mucho tiempo, el
sesteo, simplemente paseo sin alimentarse o, también, exhibiciones durante la
época de celo, peleas y persecuciones.
Durante
el seguimiento se anotaron los pasos y los picotazos que daban, únicamente en
actitud clara de alimentación. Se han elegido aquellos tipos de hábitats más
representativos en el área de estudio y en los que a las avutardas les gusta
alimentarse en determinadas épocas del año. El seguimiento sólo ha sido válido
cuando se podían contar tanto los pasos como los picotazos.
Para
los seguimientos se ha utilizado telescopio terrestre con un zoom de 20 a 60
aumentos. Se ha procurado realizarlos con la luz del sol a espaldas del observador
o, en momentos nublados, con la suficiente luz como para distinguir el pico y
las patas del individuo objeto de seguimiento. La distancia ha sido siempre la
suficiente como para que las aves tuvieran un comportamiento normal, sin
mostrar desconfianza hacia el observador o huir o alejarse de él. Con buena
luz, la mejor distancia para realizar estos seguimientos a campo abierto ha
sido la comprendida entre 800 y 1000 metros, distancia suficiente para que la
avutarda no se muestre recelosa. Se han desechado aquellas observaciones en las
que las aves huían de forma evidente del observador caminando en una actitud
vigilante, con el cuello estirado, mostrándose recelosas.
Para
las anotaciones se ha recurrido a dos métodos: En el caso de un solo
observador, éste grababa los pasos y picotazos que contabilizaba en una
grabadora. Cuando los observadores eran dos, uno de ellos contaba los pasos y
picotazos por el telescopio y el otro los iba anotando.
Los
medios donde las avutardas han sido observadas por orden de extensión han sido
los siguientes:
- Cereal: Es el cultivo mayoritario en la zona de estudio. No se ha distinguido entre cebada, trigo, avena o centeno. El seguimiento sólo se ha realizado desde su siembra hasta el mes de abril. En mayo y junio la altura del cereal no permite contabilizar pasos o picotazos.
Paisaje dominante en el área de estudio. Foto: Luis J. Martín
- Cereal: Es el cultivo mayoritario en la zona de estudio. No se ha distinguido entre cebada, trigo, avena o centeno. El seguimiento sólo se ha realizado desde su siembra hasta el mes de abril. En mayo y junio la altura del cereal no permite contabilizar pasos o picotazos.
-
Rastrojo: Es el resultado de la siega de los cereales. El seguimiento se
realiza desde el mes de julio, que es cuando se cosecha el cereal, hasta el mes
de abril del año siguiente que, si no se ha sembrado, pasa a considerarse
barbecho.
-
Barbecho: Son las parcelas que no han sido sembradas. No se ha distinguido
entre barbecho verde, que es un rastrojo de más de nueve meses o una tierra labrada sin sembrar pero con vegetación espontánea, o barbecho blanco, que es una tierra
desnuda, es decir, arada pero sin vegetación espontánea.
-
Girasol: El que se cultiva mayoritariamente en la zona es el destinado a la
elaboración de aceite. Se siembra a finales de primavera y suele recogerse
antes del invierno.
-
Pastos: Determinadas zonas no han sido cultivadas nunca y son utilizadas para
que el ganado, que es mayoritariamente ovino, paste a diente. La vegetación que
aquí crece es natural y/o ruderal. A veces estos pastos están asociados a
zonas húmedas.
- Veza:
Algunas parcelas son plantadas de esta pequeña leguminosa como abono natural ya
que este grupo de plantas fijan el nitrógeno al suelo y, por tanto, no es
necesario abusar de los abonos nitrogenados que pueden llegar a contaminar el
acuífero.
-
Borde: Son estrechas franjas de terreno con vegetación natural tales como
linderos entre parcelas o cunetas de los caminos. En muchas zonas, demasiadas,
tanto los linderos como las cunetas o han desaparecido o están reducidos a la
mínima expresión. Una lástima si tenemos en cuenta que en el área de estudio es
una de las pocas zonas donde existe la escasa vegetación natural que se ha
salvado de los herbicidas. Estos bordes también son usados por la fauna silvestre como lugar de
cría, cobijo o refugio.
-
Alfalfa: Leguminosa forrajera por excelencia. Su cultivo en el área de estudio
es escaso y se limita a pequeñas parcelas. Las avutardas suelen mostrar una
gran querencia invernal hacia este cultivo.
En
la tabla III se relacionan todos los medios disponibles en el área de estudio y
la superficie que ocupan en términos porcentuales.
invierno
|
primavera
|
verano
|
otoño
|
media
anual
| |
cereal
|
70
|
71
|
23,7
|
11,7
|
44,1
|
rastrojo
|
15,5
|
5,2
|
47,3
|
56,3
|
31,1
|
barbecho
|
7,8
|
10,4
|
11,7
|
16,9
|
11,7
|
remolacha
|
1
|
4,5
|
6,7
|
6,1
|
4,6
|
girasol
|
0
|
3,2
|
4,9
|
3,3
|
2,8
|
pastos
|
2,6
|
2,6
|
2,6
|
2,6
|
2,6
|
veza y otras leguminosas
|
1,1
|
1,1
|
1,1
|
1,1
|
1,1
|
borde
|
1
|
1
|
1
|
1
|
1
|
alfalfa
|
0,6
|
0,6
|
0,6
|
0,6
|
0,6
|
patatas y hortalizas
|
0,3
|
0,3
|
0,3
|
0,3
|
0,3
|
viña
|
0,1
|
0,1
|
0,1
|
0,1
|
0,1
|
Tabla III:
Variación estacional de la DISPONIBILIDAD de los distintos sustratos. (Durante los años del estudio poblacional: 1991 y 1992. Fuente consejería de agricultura de la Junta de Castilla y León)(en Martín y Martín 1997)
Resultados y discusión.
Los
resultados resumidos en la tabla IV sirven para establecer los medios
preferidos por las avutardas para alimentarse y aquellos que energéticamente
son más rentables para la especie. Es decir, si las aves dan muchos pasos y
pocos picotazos en un determinado medio durante la actividad de alimentación,
eso significa que el medio estudiado es poco rentable energéticamente para la
especie.
Se
han realizado seguimientos a cientos de individuos distintos de avutarda,
sumando un total de 1122,5 minutos de observación. Durante este tiempo se han
contabilizado 30.834 pasos y 26.972 picotazos. Lo que da una media de 27,47
pasos por minuto durante la actividad de alimentación, 24,03 picotazos por
minuto y 0,87 picotazos por paso. El medio al que más tiempo se ha dedicado ha
sido el cereal con 367,5 minutos, por ser el cultivo más extenso en el área
de estudio, donde ocupa una superficie media del 44,1% a lo largo del año, con
un máximo del 71% en primavera (tablas III y IV). Por esta razón, es donde se
encuentran el mayor número de bandadas, especialmente durante el invierno y la
primavera.
Según
los resultados obtenidos, los medios más apropiados para la alimentación de la
avutarda son las leguminosas: alfalfa y
veza, seguidos de sustratos con
vegetación natural tales como los pastos,
las cunetas, los caminos y los linderos, estos tres últimos recogidos en la tabla
IV como “borde”.
minutos (1)
|
picotazos (2)
|
pasos (3)
|
PIC/PAS (4)
|
PIC/MIN (5)
|
PAS/MIN (6)
| |
alfalfa
|
213,5
|
7463
|
3028
|
2,46
|
34,96
|
14,18
|
veza
|
98
|
3908
|
1638
|
2,39
|
39,88
|
16,71
|
pastos
|
103
|
2572
|
1880
|
1,37
|
24,97
|
18,25
|
borde
|
27,5
|
786
|
935
|
0,84
|
28,58
|
34,00
|
cereal
|
367,5
|
7075
|
11430
|
0,62
|
19,25
|
31,10
|
girasol
|
66,5
|
953
|
1590
|
0,60
|
14,33
|
23,91
|
barbecho
|
146,5
|
3043
|
6110
|
0,50
|
20,77
|
41,71
|
rastrojo
|
100
|
1172
|
4223
|
0,28
|
11,72
|
42,23
|
total
|
1122,5
|
26972
|
30834
|
0,87
|
24,03
|
27,47
|
1: minutos de observación
2: picotazos dados por las aves durante la actividad de alimentación.
3: pasos dados por las aves durante la actividad de alimentación.
4: picotazos que las aves dan por cada paso durante la actividad de alimentación.
5: picotazos que las aves dan por minuto durante la actividad de alimentación.
6: pasos que las aves dan por minuto durante la actividad de alimentación.
- Alfalfa:
Leguminosa destinada a la alimentación del ganado. En el área de estudio,
generalmente, es de regadío. Se siega varias veces al año y las parcelas se
pueden destinar a este cultivo durante varias temporadas consecutivas. Aunque
la alfalfa es un cultivo minoritario que sólo ocupa el 0,6% del área, según el
estudio poblacional realizado entre 1989 y 1992 la utilización que las aves
hacen de él es muy elevado con una media anual del 14,63% (Tablas II y III). Es
decir de cada 100 avutardas observadas, casi 15 se encontraban en un sustrato
que ocupa menos del 1% del área objeto de estudio.
En
las parcelas de alfalfa se han realizado 213,5 minutos de seguimiento a avutardas
distintas. Durante la observación dieron 7463 picotazos y 3028 pasos, lo que
implica una frecuencia de picotazos de 2,46 por paso y de 34,96 por minuto,
cifras muy por encima de la media que son de 0,87 y 24,03 respectivamente. El
número de pasos por minuto en actitud de alimentación es de 14,18, en este caso
inferior a la media que es de 27,47. Esto significa que las avutardas que se
alimentan en alfalfa tienen que caminar menos para comer más que en otros
sustratos donde en número de pasos es muy superior y, en cambio, el de picotazos
es muy inferior (Tabla IV). Lo que hace a la alfalfa el medio energéticamente
más eficaz para la alimentación de la especie.
Macho de avutarda en alfalfa. Foto David Pascual Carpizo.
- Veza:
leguminosa muy similar a la alfalfa. En realidad la veza no es un cultivo en
sí, se utiliza para acondicionar determinadas parcelas para futuros cultivos,
ya que las raíces de esta planta fijan el nitrógeno al suelo y, por eso, no
es necesario utilizar tanto fertilizante químico u orgánico en sucesivas siembras.
Sirve, entonces, para preparar el terreno para futuros cultivos, como
remolacha, maíz u otros cereales. Ocupa el 1,1% de la zona y fue utilizada por
el 2,34% de las aves (Tablas II y III).
En
las parcelas de veza se han realizado 98 minutos de seguimiento a diferentes
avutardas. Durante la observación las aves dieron 3908 picotazos y 1638 pasos,
lo que supone una frecuencia de picotazos de 2,39 por paso, cifra muy por
encima de la media que es de 0,87. También es significativo en número de picotazos
por minuto que es de 39,88, superior incluso al de la alfalfa (Tabla IV). Esto
puede ser debido a que las hojuelas de la veza son de menor tamaño. Respecto al
número de pasos pasa algo parecido a la alfalfa, es decir, las avutardas que se alimentan en veza tienen que
caminar menos para comer más que en la mayoría de los sustratos donde en número
de pasos es muy superior y, en cambio el de picotazos es muy inferior (Tabla
IV).
- Pastos:
Las zonas destinadas a pasto para el ganado son cada vez más escasas en el área
de estudio y ocupan una superficie pequeña, sólo en 2,6%, en cambio, la
utilización que las aves hacen de él es algo mayor con una media del 3,31%
(Tablas II y III).
En
los pastos de la zona se han realizado 103 minutos de seguimiento a diferentes
avutardas. Durante este tiempo las aves dieron 2572 picotazos y 1880 pasos, lo
que implica una frecuencia de 1,37 picotazos por paso y de 24,97 por minuto,
cifra ligeramente por encima de la media que es de 0,87 y 24,03 respectivamente
(Tabla IV). El número de pasos por minuto es de 18,25 cifra muy inferior a la
media, lo que significa que, aunque las avutardas se alimenten algo menos en
los pastos que en las alfalfas o vezas, la rentabilidad energética y
alimenticia de este sustrato sigue siendo elevada.
- Borde:
Caminos, cunetas y linderos, se han agrupado bajo el nombre de borde. Como en
el caso anterior, tanto pastos como bordes son cada vez más escasos en la zona
que nos ocupa, debido a que muchos agricultores se van comiendo linderos,
cunetas e, incluso, los caminos en sucesivas aradas. Se les ha dado una
extensión fija del 1% aunque, a lo largo de los años es difícil de cuantificar
de manera exacta. En cambio la utilización que las aves hacen de este medio es
del 2,6% (Tablas II y III).
Se han realizado 27,5 minutos de seguimiento
a diferentes avutardas. En este caso, casi siempre inferiores a los 10 minutos
establecidos porque las aves se salían del borde en pocos minutos. Durante la
observación dieron 786 picotazos y 935 pasos lo que da unas frecuencias de 0,84
picotazos por paso, algo inferior a la media, y de 28,58 picotazos por minuto, en
este caso, superior a la media (Tabla IV). El número de pasos por minuto en
borde durante la alimentación es de 34, número superior a la media que es de
27,47. Esto puede ser debido a que tanto las plantas como los invertebrados que
pueden llegar a capturar en este medio, se encuentren más dispersos que en los
anteriores.
- Cereal: Bajo el nombre genérico de
cereal se han incluido trigo, cebada, centeno, avena y maíz, aunque en éste
último no se ha podido realizar ningún seguimiento a las avutardas. Tampoco se ha
distinguido entre cereal de secano o de regadío, si bien, la mayor extensión en
el área de estudio la ocupan los cereales de secano siendo, con diferencia, el
cultivo que más extensión ocupa y donde las avutardas pasan la mayor parte de
su tiempo. La extensión media del cereal a lo largo del año es del 44,1% con un
máximo en primavera del 71%. También la utilización que las avutardas hacen de
estos cultivos es alta con una media anual del 42,57% (Tablas II y III).
En
cereal se han realizado 367,5 minutos de seguimiento a diferentes avutardas.
Durante la observación se contaron 7075 picotazos y 11430 pasos, lo que implica
una frecuencia de picotazos de 0,62 por paso y de 19,25 por minuto, cifras que
ya están por debajo de la media que son de 0,87 y 24,03 respectivamente. El
número de pasos por minuto en actitud de alimentación es de 31,10, en este caso
superior a la media que es de 27,47. Esto significa que las avutardas que se
alimentan en cereal tienen que caminar más para comer menos que en sustratos tales
como alfalfa, veza o pastos, donde en número de pasos que dan para alimentarse es
claramente inferior (Tabla IV). Por esta razón, es menos interesante bajo el
punto de vista de eficiencia energética: caminan más y se alimentan menos.
Macho de avutarda alimentándose. Foto: David Pascual Carpizo
- Girasol:
Quizás esta oleaginosa sea la más conflictiva del estudio pues a las avutardas las
gusta comer entre mayo y junio el plantón recién germinado dejando, a veces,
zonas más o menos extensas de una parcela sin girasoles. En casos en los que
los daños sean evidentes, los agricultores suelen solicitar una indemnización a
la Junta de Castilla y León. Durante el estudio la superficie que ocupa es del
2,8%, con un máximo en verano que se acerca al 5%. En cambio, durante el tiempo
que duró el estudio poblacional, las avutardas lo utilizaron poco, pues sólo el
0,23% de las aves se encontraban en girasol (Tablas II y III).
En
girasol se han realizado 66,5 minutos de seguimiento a diferentes avutardas.
Durante la observación se contaron 953 picotazos y 1590 pasos, lo que implica
una frecuencia de picotazos de 0,60 por paso y de 14,33 por minuto, cifras que
ya están por debajo de la media que son de 0,87 y 24,03 respectivamente. El
número de pasos por minuto en actitud de alimentación es de 23,91, en este caso
inferior a la media que es de 27,47. Esto significa que las avutardas que se
alimentan en girasol tienen que caminar menos para alimentarse que en sustratos
tales como cereal, rastrojo o barbecho, donde en número de pasos que dan para
alimentarse es claramente superior (Tabla IV). Pero, en cambio, pasa lo
contrario si lo comparamos con otros sustratos como alfalfa, veza o pastos,
donde la eficiencia alimenticia es mayor. Resulta curioso que comparando este
resultado con el de cereal, aunque la frecuencia de picotazos es menor, también
lo es la de pasos, es decir en girasol andan menos que en cereal para
alimentarse pero, también dan menos picotazos.
- Barbecho:
Tradicionalmente el barbecho es una tierra que se deja descansar durante una
temporada por el estrés que ha supuesto su cultivo para que recupere de forma
natural los nutrientes que ha perdido. Como ya se ha comentado anteriormente,
durante el estudio, no se ha distinguido entre barbecho verde o blanco. La
superficie media destinada a barbecho durante el tiempo que duró el estudio fue
del 11,7% con un máximo del 16,9% en otoño. Así mismo, el 4,37% de las
avutardas contabilizadas durante el estudio poblacional se encontraban en este
sustrato. Aunque la extensión es grande, la utilización no lo es tanto (Tablas
II y III).
En
barbecho se han realizado 146,5 minutos de seguimiento a diferentes avutardas.
Durante la observación se contaron 3043 picotazos y 6110 pasos, lo que da una
frecuencia de picotazos de 0,50 por paso y de 20,77 por minuto, cifras que están
por debajo de la media que son de 0,87 y 24,03 respectivamente. El número de
pasos por minuto en actitud de alimentación es de 41,71 cifra muy superior a la
media que es de 27,47. Esto significa que las avutardas que se alimentan en barbecho
caminan mucho más que en otros sustratos como alfalfa, veza, pastos o borde, donde
en número de pasos que dan para alimentarse es muy inferior y, en cambio el de
picotazos es muy superior (Tabla IV). Por esta razón, es menos interesante bajo
el punto de vista de eficiencia energética: tienen que caminar mucho para
alimentarse poco.
- Rastrojo: Después de la siega de los
cereales, allá por el mes de julio, la mayor parte del campo se transforma en
rastrojo y se mantiene así, bien hasta el otoño cuando se labran nuevamente algunas
tierras para prepararlas para la siguiente sementera, o se dejan en rastrojo durante
todo el invierno. Este sustrato ocupa en el área de estudio una superficie
media del 31,1%, con un máximo durante el otoño del 56,3%. Igualmente, el
23,23% de las avutardas observadas durante el estudio poblacional previo se
encontraban en rastrojo, con un máximo otoñal del 60,69% (Tablas II y III).
En
rastrojo se han realizado 100 minutos de seguimiento a diferentes avutardas.
Durante la observación se contaron 1172 picotazos y 4223 pasos, lo que implica
una frecuencia de picotazos de 0,28 por paso y de 11,72 por minuto, cifras que están
muy por debajo de la media que son de 0,87 y 24,03 respectivamente. El número
de pasos por minuto en actitud de alimentación es de 42,23 cifra muy por encima
de la media que es de 27,47. Esto significa que las avutardas que se alimentan
en rastrojo caminan mucho más que en otros sustratos como alfalfa, veza, pastos,
borde, cereal o girasol donde en número de pasos que dan para alimentarse es muy
inferior y, en cambio el de picotazos es muy superior (Tabla IV). Por esta
razón, es menos interesante bajo el punto de vista de eficiencia energética: tienen
que caminar mucho para alimentarse poco. Se da la circunstancia de que algunos
de los excrementos estudiados presentaban una gran cantidad de granos de cebada
y de trigo casi carbonizados y sin digerir, consecuencia de la quema de
rastrojos que los hace aún menos interesantes para la alimentación de la avutarda.
Hembras de avutarda en Rastrojo. Foto: David Pacual Carpizo
Del presente estudio se puede deducir que los mejores medios para la alimentación de la avutarda son aquellos en los que las aves tienen una buena cantidad de alimento sin necesidad de realizar grandes desplazamientos. Algunos sustratos en los que han sido observadas las aves cumplen este requisito, es decir, el cómputo entre picotazos y pasos es favorable a los picotazos, por término medio, dan más de un picotazo por cada paso. Estos sustratos son más rentables energéticamente que aquellos en los que las avutardas dan varios pasos para dar un solo picotazo.
Aunque las avutardas pasan la mayor parte de su tiempo en cereal, barbecho o rastrojo por ser los sustratos mayoritarios, energéticamente no son tan interesantes como los comentados anteriormente pues el número de pasos es siempre muy superior al de picotazos. Por tanto, la avutarda ha de desplazarse más para comer menos.
Respecto al girasol se han observado comportamientos contradictorios pero lógicos: como el de arrancar pipas maduras de una sola planta sin desplazarse, o dar más de diez pasos para dar un solo picotazo cuando el girasol está creciendo. Se puede decir, entonces, que el girasol sólo es rentable energéticamente para las avutardas cuando está naciendo, que arrancan el joven plantón recién germinado, o cuando están las pipas maduras.
Por tanto, sería necesario de cara a la conservación de la especie mantener el hábitat actual de llanura cerealista pero mejorar y aumentar la extensión de algunos cultivos especialmente alfalfa y veza. También mejoraría notablemente el hábitat de la avutarda si algunos usos del suelo, actualmente muy escasos, como los pastos y bordes (linderos, vías pecuarias, viejos caminos carreteros y cunetas) aumentaran su extensión en la zona.
Aunque, hasta ahora, la tendencia ha sido justo la contraria, la alfalfa disminuye su extensión y el abonado de parcelas mediante la siembra de veza se está convirtiendo en algo casi anecdótico. Por otro lado los linderos entre tierras son cada vez más estrechos o inexistentes, viejos caminos o vías pecuarias desaparecen fagocitados por las tierras de labor y los pastos ven como año tras año su perímetro disminuye porque las tierras colindantes van arrebañando poco a poco parte de su extensión.
Por todo lo expuesto anteriormente, sería necesario que en cualquier plan agroambiental se tuvieran en cuenta estas consideraciones que, posiblemente, ayudarían a diversificar y mejorar el hábitat de la avutarda en particular y de las aves esteparias y de llanura en general.
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Enlaces relacionados:
- La avutarda (Otis tarda) en Ávila y Madrigal-Peñaranda:
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- Por las mieses de Otar:
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- El vuelo de las ovejas:
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