domingo, 22 de enero de 2023

AULLIDOS

 



Aullidos.

Aitor se levantó de la cama pensando en que a Sila le pasaba algo. Estaba sentada ante la ventana del salón aullando sin parar.

         A continuación, primero sintió la vibración de su móvil sobre la mesa, luego, la melodía de Fito. Miró el visor: “Ainara”. Deslizó el símbolo de descolgar.

— Dime mamá.

Su madre no hablaba, solo gimoteaba. Aitor se asustó.

— Mamá qué pasa, ¿estáis bien?

— Es tu padre, hijo —logró entender de forma entrecortada—, tu padre, hijo, tu padre.

         Aitor se quedó mudo. Solo se oían los aullidos desgarradores de Sila frente a la ventana y los gemidos de su madre por el teléfono.

 

En Arévalo, a veintiuno de enero de 2023.

© Luis J. Martín.