jueves, 30 de abril de 2015

LLUEVE EN LAS DUNAS

Pinar de la Tierra de Arévalo. Foto Luis J. Martín

En abril aguas mil. Bueno, a final de mes parece que se ha cumplido este refrán ancestral.

Los pinares de la Tierra de Arévalo se agrupan de forma casi exclusiva en el espacio comprendido entre los ríos Adaja y Arevalillo y sus proximidades. Formando un área forestal que une el sur y el norte de la comarca denominado con el término ecológico de Corredor del Adaja.

Las principales características de este corredor ecológico son:

1- Orientación sur – norte: lo que lo convierte en una auténtica vía verde que es utilizada por miles de especies de flora y fauna para desplazarse entre en río Duero y las sierras abulenses. En términos ecológicos se considera una de las zonas con mayor número de especies de las llanuras de la Castilla y León, es decir, un espacio natural con una gran biodiversidad.

2- Diversidad de biotopos: Esta elevada biodiversidad se debe a la variedad de biotopos presentes en un espacio relativamente estrecho. En muy pocos metros se dan varios ambientes:

- Llanura cerealista: Este biotopo ocupa la mayor parte de la extensión de la zona central de Castilla y León y lo forman los campos de cultivo, principalmente cereales de secano, donde elementos diversificadores, como linderos o bosques son muy reducidos o inexistentes.

- Laderas: La llanura cerealista se rompe al llegar al valle de los ríos con un desnivel que en algunos casos alcanza los 50 metros. Estas laderas, en varios tramos, forman cárcavas más o menos extensas que atraen a un tipo de fauna y flora completamente distinto al de las zonas más tendidas. La orientación de estas laderas también influye en la flora.

- Ribera: formadas por los bosques galería que acompañan el cauce de los ríos en ambos márgenes, con una vegetación típicamente riparia y fauna forestal. El sotobosque de ribera es más variado y cerrado en las proximidades del cauce donde la intervención humana es menor.

- Cauce fluvial: En el Adaja es continuo al estar regulado desde el embalse de las Cogotas. En el Arevalillo es intermitente y está condicionado a periodos lluviosos o al remanente de agua del regadío de las Cogotas regulado desde la balsa de Nava de Arévalo. Lógicamente el Adaja mantiene un mayor número de especies de fauna y flora acuáticas.

- Bosques: Son principalmente pinares y, a su vez, de pino resinero, con una menor proporción de pino piñonero o encina. Aunque el sotobosque es escaso porque periódicamente es eliminado, allí donde existe es muy variado y está formado por arbustos de carácter mediterráneo. Se da la circunstancia de que estos bosques son los últimos de entidad que quedan en una comarca tan deforestada como la que nos ocupa, donde sólo el 3,3% de su extensión es suelo forestal.
Corredor del Adaja: Llanura cerealista, laderas, cárcavas, riberas y pinares. Foto Luis J. Martín.

3- Sustrato arenoso: El suelo sobre el que se asienta el corredor del Adaja está formado por arenas en porcentajes que en extensas áreas llega a superar el 90%. Los pinares que acompañan a los ríos Adaja y Arervalillo desde Villanueva de Gómez por el sur hasta Palacios de Goda, en territorio abulense, por el norte se asientan sobre antiguas dunas móviles que al estar cubiertas de árboles se han convertido en fijas.

Día de lluvia en el corredor del Adaja (Tiñosillos). Foto: Luis J. Martín

Estas dunas arboladas se comportan como auténticas esponjas, al absorber casi toda el agua caída en forma de lluvia, nieve, niebla, escarcha o granizo. Aún en épocas muy lluviosas es difícil encontrar charcos en las zonas más arenosas del pinar y, generalmente, no suelen durar más de un día. Al no existir escorrentía el agua pasa al subsuelo rápidamente absorbido por el sustrato arenoso. Al permanecer muy poco tiempo en superficie la pérdida de agua por evaporación es insignificante. Otra particularidad muy importante a tener en cuenta es que el agua que pasa al acuífero es limpia al ser filtrada por las finas arenas del suelo del pinar.

Los charcos se infiltran en el suelo arenoso muy deprisa. Foto Luis J. Martín

Por lo tanto, el corredor del Adaja es la mejor zona de recarga del acuífero de los Arenales, ya que filtra una gran cantidad de agua y, además, es agua de calidad pues pasa limpia al acuífero al no entrar en contacto con productos agropecuarios peligrosos, tal y como ocurre en las extensas áreas de cultivos, donde las aguas se mezclan con abonos o pesticidas, lo que produce que aumente, entre otros niveles, la concentración de nitratos en el agua, llegando a no ser apta para el consumo humano, lo que supone una merma considerable en la calidad de vida de los pueblos que han de abastecerse de agua embotellada.

Este charco ha sido absorbido en menos de ocho horas. Foto Luis J. Martín

En estos días lluviosos, como han sido los últimos de abril, es cuando se nota realmente la capacidad de los pinares de absorber casi toda el agua caída en muy poco tiempo: Por ejemplo, el pasado 22 de abril cayeron en Tiñosillos 19 litros por metro cuadrado y el día 26, fueron 21 los litros registrados. Tanto un día como otro, a las 8 horas no quedaba ni un solo charco en los pinares, solo sus marcas y la huella dejada por el agua caída en la arena desnuda de los caminos. Fuera de estos caminos, en el suelo del pinar, no había ni charcos ni marcas de agua. Lo que demuestra la capacidad de absorción de estas dunas arboladas que conforman el corredor del Adaja.

Huellas que ha dejado el agua antes de ser absorbida por la arena del pinar. Foto Luis J. Martín

No llego a entender cómo en una comarca deforestada que se abastece del acuífero de los Arenales, que está oficialmente contaminado y sobreexplotado, su principal zona de recarga que es el corredor del Adaja se encuentre desprotegida y con serias amenazas de intervenciones destructoras de esta importante masa arbolada.

En Arévalo, a 29 de abril de 2015

Luis José Martín García-Sancho.
Enlaces relacionados:

sábado, 25 de abril de 2015

EL IMPERIO DE ALBERTA


Alberta: Águila Imperial Ibérica. Foto de Fernando López (modificada)
 
Soy Alberta. Desde el borde del valle, contemplo mi imperio, orgullosa. Los bosques se pierden en la lejanía, acompañando el curso del Adaja que quiebra la llanura por la que serpentea apacible, con el alegre murmullo de sus aguas color caramelo. Amanece, una suave brisa acaricia las copas de los chopos, sauces, fresnos y alisos, al tiempo que hace surgir pequeñas nubes amarillas de polen de los pinos resineros.

        Hace más de 30 años, las gentes que viven tras los pinares, arrebataron a mis antepasados este preciado territorio, saqueando su hogar y llevándose a sus hijos, los últimos que nacieron en este lugar. Aquellas gentes exhibieron a las pobres e indefensas criaturas como un trofeo y recibieron un premio económico por ello. Mis bisabuelos, desterrados y viejos, murieron poco más tarde, agotados, hambrientos, enfermos.

        Ahora he vuelto para recuperar el imperio de mis antepasados. Desde lo alto de este gran pino donde he instalado mi nido, domino todo mi territorio de caza. Espero paciente a que regrese Aquila, mi pareja, un joven macho de águila imperial ibérica. Nuestros hijos, tres pollos de blanco plumón, me observan impacientes.

        Ante la presencia de otras rapaces, decido levantar el vuelo. A los primeros ladridos roncos que emito, dos ratoneros se alejan. Milvos, el viejo milano real da un rodeo, al notar mi presencia y mis dos metros largos de envergadura. En cambio Penato, el bravo macho águila calzada, parece no darse por aludido y tengo que enseñarle las garras para demostrar quien manda aquí. Falco, el halcón, me observa desde su grieta en la cárcava, pero ni me molesta, ni representa un peligro para mis pollos.

        Aquila, me contesta desde el profundo cortado del arroyo. Se acerca volando con una presa entre las garras. Le respondo y juntos nos posamos en la rama seca de un pino. Erizo las plumas de la cabeza y reclamo la captura. Soy mayor que él, con el plumaje más oscuro. Aquila me entrega el pequeño y tierno conejo sin rechistar. Ya se ha comido su cabeza. Gracias a sus buenas dotes para la caza puedo estar tranquila, ya que Berto y Helia, mis dos hijos mayores, no pasarán hambre y, por tanto, no acabarán matando a Ada la más pequeña de los tres.
"Aquila", damero de Águila Imperial Ibérica. Foto de David Pascual Carpizo.
        Con el conejo entre las garras vuelo hasta el gran pino resinero, donde mis pequeños esperan a que les despiece la primera captura. Al posarme, es precisamente la pequeña Ada la que pone a raya a sus hermanos para comer la primera. Les agrede para que se coloquen al fondo del nido. Desgarro el conejo en pequeños jirones y se los ofrezco con suma delicadeza. Ada engulle vorazmente los trozos, erizando el blanco plumón de la cabeza y entreabriendo las alas en señal amenazante, Estoy orgullosa, pronto será tan grande como sus hermanos, incluso mayor que Berto, el único macho. Y su conducta agresiva de rapaz cazadora, asegura su supervivencia.

        A lo lejos se oye el agudo reclamo de Penato, seguro que está increpando una vez más a Buba, el gran búho real que empieza a dormir. Al cabo de un buen rato, Aquila aparece de nuevo surcando el valle del Adaja, el sol a su espalda le da un aspecto imponente. Se posa suavemente sobre el nido con otro conejo entre sus poderosas garras. Hay comida para todos. Estoy tranquila. Nada ni nadie amenaza mi imperio.

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Corredor del Adaja. Foto de Luis J. Marín.
        Ya había amanecido cuando dejó su coche en el pequeño pinar isla al margen derecho del Adaja. La primavera estaba avanzada, los árboles del río vestían de verde y los charcos estaban teñidos de amarillo por el polen de los pinos. Mochila a la espalda y prismáticos al cuello empezó a caminar por el borde superior del profundo valle que rompía bruscamente la planicie circundante.

        Anotaba todas las especies de aves que veía u oía en los cultivos, río o pinar. Llevaba varios años haciendo estudios de biodiversidad y sabía que esta zona de contacto entre río, pinar y estepa cerealista era la más rica y variada. Se podían ver especies esteparias, acuáticas y forestales. De las 231 especies de aves que se habían observado en la comarca, 167 se habían anotado alguna vez en esta estrecha franja de terreno, lo que la convertía en la zona con mayor biodiversidad de la Tierra de Arévalo.

        Un águila calzada emitía su agudo reclamo, haciendo huir a un azor que cruzaba el valle del Adaja para perderse entre los pinos. En una de las grietas de los pequeños taludes de enfrente, solía criar una pareja de halcón peregrino, pero ahora estaba ocupada por una familia de búho real. Un adulto le miraba con un solo ojo entreabierto, mientras sus dos pollos, como bolas de pelo desordenado, comían algo del fondo del nido “¿Dónde habrá criado el halcón?” Se preguntaba mientras barría con los prismáticos las paredes de las cárcavas.

        Siguió avanzando, En poco más de media hora ya llevaba 28 especies anotadas, la mayoría pequeños pájaros. Cuando oteaba un lejano cortado, algo llamó su atención. Montó el telescopio sobre el trípode y enfocó. No podía creer lo que veía: sobre la copa de aquel gran pino, un adulto de águila imperial ibérica, de blancos hombros y rubia nuca, daba de comer a un pollo de blanco plumón y en el fondo del nido parece que se movían otros dos pollos más.

        “¡Joder, un nido de imperial! ¡Qué pasada, y con tres pollos nada menos!” Se ocultó dentro de una gran retama para no molestar ni ser visto, aunque estaba a más de un kilómetro de distancia. Al poco tiempo, escuchó el ronco graznido de la pareja. Apareció volando río arriba con una presa entre las garras y se posó en el nido. Su plumaje no era aún el típico de adulto, tenía todavía motas claras sobre el dorso oscuro. Parecía menor, sería probablemente un macho. Este dejó la captura y se encaramó a una de las ramas superiores.

        Recordó aquella antigua foto que vio, años atrás, en un bar de Arévalo, en la que dos hombres sujetaban a un pollo de águila imperial, abriéndole las alas para mostrar su envergadura. El dueño le había dicho que la foto tendría más de treinta años, pero no le quiso decir donde habían capturado a ese pollo. “Parece que  la imperial ha vuelto para recuperar su imperio perdido” pensó sonriendo, mientras observaba como la gran hembra alimentaba ahora a otro de los pollos.

        Horas más tarde, mientras empezaba el recorrido por el pinar, al otro lado del río, su alegría se tornó en amargura, al descubrir que estaban talando miles de pinos para abrir las carreteras de lo que parecía ser una gran urbanización. Ya habían talado varios kilómetros de pinar y se acercaban peligrosamente a la zona del nido de Alberta.

        Las gentes que viven tras los pinares, también habían vuelto.
 
 
En Arévalo a 21 de abril de 2010.
Por: Luis José Martín García-Sancho
Publicado en La Llanura nº 12 en mayo de 2010

sábado, 18 de abril de 2015

EL CINTURÓN VERDE DE ARÉVALO

Riberas del Adaja a la altura del puente del cementerio. Foto Luis J. Martín.
 
INTRODUCCIÓN DE Luis J. Martín
AL PROYECTO “PARQUE FLUVIAL DE ARÉVALO”
de Francisco Durán Vian, licenciado en Ciencias del Medio Ambiente.
 
Presentado en un acto público organizado por la Alhóndiga de Arévalo, Asociación de Cultura y Patrimonio, en la sala de la Casa del Concejo de Arévalo el 10 de abril de 2015.
“Hace un año, el número 59 de La Llanura de Arévalo correspondiente al mes de abril de 2014, se abría con un editorial titulado “El monumento natural” en el que nos lamentábamos de que Arévalo no haya sabido valorar y aprovechar el cinturón verde formado por las riberas de los ríos Adaja y Arevalillo. También lamentábamos que los arevalenses en general, así como las distintas corporaciones municipales hubieran ignorado, menospreciado e, incluso, deteriorado un espacio tan valioso con el que la naturaleza nos regala de forma totalmente gratuita, ya que es un espacio que no hace falta hacer o crear pues ya existe desde hace cientos o miles de años, solo tenemos que aprender a verlo, a valorarlo, a utilizarlo.
Como antecedentes, es justo decir que desde esta asociación hemos realizado diversas solicitudes o propuestas relacionadas con las riberas de los ríos Adaja y Arevalillo:
En octubre de 2009 solicitamos a la CHD un caudal ecológico para el río Arevalillo. Pensábamos y seguimos pensando que igual que se suelta agua de forma intermitente desde la balsa de Nava de Arévalo al final de cada campaña del regadío de las Cogotas, se puede soltar agua de forma continua, y esto es precisamente un caudal ecológico. Pensábamos y seguimos pensando que sería muy positivo pues aumentaría la biodiversidad de las riberas y mejoraría la recarga del acuífero de los arenales, como todos sabemos, actualmente contaminado y sobreexplotado. Por lo que aumentaría sensiblemente la calidad de vida de la comarca.
En diciembre de 2009 solicitamos a la JCyL protección para el Corredor del Adaja y, ante el silencio de la administración, lo volvimos a solicitar en junio de 2012. Decir que Arévalo se encuentra en el centro de este corredor ecológico formado por la propia corriente del río, sus riberas, sus laderas, sus afluentes y los bosques que los acompañan, en este caso mayormente pinares. Decir también que estos bosques son la única y última zona forestal de entidad que queda en una comarca tan deforestada como es la Tierra de Arévalo y La Moraña.
Durante el 2009, en colaboración con la Peña Ciclista Vázquez Palomo y el Club de Senderismo Los Pinares de Arévalo, se ideó una ruta ecodeportiva que partiendo de la junta de los dos ríos subiría por el Adaja hasta el puente de la Estación y por el Arevalillo hasta las inmediaciones de Machín y Párraces y se unirían ambas a la altura de la Cañada Real. Esta propuesta fue presentada en un acto público en junio de 2010 en el que se hizo una parte del recorrido y después se presentó, a todo aquel que quiso asistir, en esta misma sala en la que ahora nos encontramos.
También, en abril de 2010 se hizo una propuesta para embellecer las cuestas del Arevalillo, concretamente el tramo comprendido entre el Castillo y el puente de los Lobos.
Ortofoto de Arévalo con las riberas del Adaja y el Arevalillo
Ya para centrarme en el proyecto de Francisco Durán Vian, Fran, decir que al principio, sin saber de qué iba, eso de “Parque fluvial” me producía muchas reticencias porque me imaginaba las riberas urbanizadas o convertidas en una calle más de Arévalo. Pero estos temores quedaron disipados rápidamente en el momento que Fran me habló de su proyecto y en lo que iba a consistir, con actuaciones muy respetuosas con el medio natural y muy poco intervencionista. A lo largo de muchas horas de amena conversación durante largos paseos para ver in situ las fortalezas, las debilidades y las posibilidades de laderas y riberas he de decir que el proyecto de parque fluvial de Arévalo que hoy nos presenta Fran es un proyecto NECESARIO para Arévalo, BENEFICIOSO para arevalenses y visitantes, es EDUCATIVO y es RESPETUOSO con el medio en el que se enclava.
Y todo esto, es decir, necesario, beneficioso, educativo y respetuoso porque embellece las cuestas. Con una previa limpieza allá donde sea necesario. Un acondicionamiento de las mismas donde así se requiera. Y una posterior reforestación allí donde sea indicado o posible.
También porque facilita el conocimiento del medio ambiente al acercar la naturaleza a los ciudadanos y turistas, lo que representa una labor didáctica y educativa importante y que debe ser tenida en cuenta por todos los centros educativos de Arévalo y de las proximidades.
Y por último, y no menos importante, porque aumenta considerablemente la oferta de ocio y turística, hecho este muy beneficioso para la ciudad. Es curioso como otras localidades que no poseen este cinturón verde de forma natural, lo han creado, lo han inventado, precisamente, para ofrecer al propio ciudadano o al visitante una mayor oferta de ocio o turística y, en cambio, Arévalo que siempre ha poseído este cinturón verde no sabe utilizarlo, no sabe verlo, no sabe apreciarlo.
El proyecto de Fran de Parque Fluvial de Arévalo sí sabe valorar este espacio con el que la naturaleza nos regala y pretende que todos podamos sacar provecho de ella disfrutando de las riberas y laderas de los ríos Adaja y Arevalillo.
En realidad estas riberas se pueden considerar como un gigantesco museo al aire libre con exposiciones temporales cambiantes según la época del año, siempre diferentes. Ahora mismo están brotando las hojas de los árboles, a medida que avanza la primavera, diversos tonos de verdes irán matizando las riberas y laderas de los ríos. Al final del verano, y a medida que avanza el otoño, el cromatismo aumentará considerablemente con varias tonalidades de amarillos, ocres, dorados, incluso rojizos. Así en invierno, tras la caída de las hojas, los árboles desnudos nos permitirán disfrutar de la grandiosidad en vertical de los valles de los ríos y la alfombra bajo ellos nos transmitirá diferentes colores y olores al ser removidas bajo nuestros pies.
También, se pueden considerar un auditorio abierto donde solistas como el ruiseñor, el mirlo, el petirrojo, el chochín o la curruca capirotada, acompañados por una sinfonía de jilgueros, pardillos, verdecillos, verderones, pinzones, escribanos, currucas, herrerillos, carboneros, acompañados, a su vez, por la percusión de los carpinteros o el ritmo del cuco y el rumor de la corriente del propio rio, el aire entre la fronda y, además, los olores…

Ribera del Arevalillo en el tramo del puente de los Barros al puente de Medina. Foto Luis J. Martín.

 
Todo esto existe, repito, siempre ha estado ahí para nuestro disfrute, el proyecto que hoy nos presenta Fran ha sabido verlo, ha sabido valorarlo y va a permitir que todos podamos disfrutarlo.
Por eso nos alegra, al menos a mí personalmente me alegra, que Fran decidiera hacer su proyecto de master fin de carrera sobre las riberas de los ríos Adaja y Arevalillo a su paso por Arévalo.
Nos alegra que Fran decidiera presentar este proyecto al Ayuntamiento de Arévalo con la intención de ejecutarlo.
También nos alegra que el Ayuntamiento haya tenido a bien aprobar una parte del proyecto de Parque Fluvial de Arévalo de Fran y dotarlo con un presupuesto económico para realizarlo en fechas próximas.
Y, Por último, nos alegra que Fran haya tenido la valentía de presentar, en este acto público, su proyecto de Parque Fluvial de Arévalo antes de su realización. Aunque, por otro lado, esto debería ser lo normal. Es decir, que un proyecto se presente al público antes de ejecutarlo para que la ciudadanía pueda opinar o aportar algo al mismo. Aunque, también hay que reconocer que no es lo habitual ya que la mayoría de los proyectos, o no se presentan nunca, o se presentan cuando ya se han llevado a cabo, con lo cual se pierde la opinión de la ciudadanía o sus aportaciones.
Y ya para terminar, decir, que en Arévalo en particular y en Castilla y León en general, necesitamos a jóvenes que, como Fran, utilicen los conocimientos adquiridos en sus estudios o carreras en beneficio del lugar que les ha visto crecer. Pues lo habitual es que estudiantes brillantemente formados en nuestra comunidad, una vez concluidos sus estudios, abandonen el lugar o la comunidad que les ha visto crecer. Y por eso, este proyecto que hoy nos presenta Fran, repito, es bienvenido.”

Enlaces relacionados:
- Por una cuestas más bellas:
http://arevaceos.blogspot.com.es/2012/04/por-unas-cuestas-mas-bellas.html
- Repoblaciones históricas en Arévalo:
http://arevaceos.blogspot.com.es/2014/06/reforestaciones-historicas-en-arevalo.html
- Carta al Presidente de Castilla y León:
http://arevaceos.blogspot.com.es/2012/06/carta-al-presidente-de-castilla-y-leon.html
- Por qué arden las cuestas:
http://arevaceos.blogspot.com.es/2013/07/por-que-arden-las-cuestas.html
- El Parque Fluvial de Arévalo:
https://parquefluvialarevalo.wordpress.com/
- Rutas ecodeportivas:
http://la-llanura.blogspot.com.es/2010/06/rutas-ecodeportivas-el-video.html
- Agua=Vida:
http://arevaceos.blogspot.com.es/2014/07/agua-vida.html
- El bosque de los gamusinos:
http://arevaceos.blogspot.com.es/2014/06/el-bosque-de-los-gamusinos.html


jueves, 9 de abril de 2015

LA PELA ES LA PELA


Monedas de peseta, empezando por arriba: Perra gorda, dos reales, cuz de la peseta, cara de la peseta, un duro, cinco duros y diez duros
La peseta fue la moneda oficial de España desde el 19 de octubre de 1869 hasta su desaparición el 28 de febrero de 2002.
El 1/01/2002 comenzó a circular el euro como moneda oficial y tras dos meses de convivencia la peseta deja de ser moneda de curso legal.

Estas son algunas de las monedas de peseta y algunas monedas en céntimos de peseta.
- La moneda de 10 céntimos era conocida como perra gorda y tiene un valor equivalente de 0,0006€
Arriba: Cruz de la moneda de diez céntimos. Abajo: Cara de la moneda de diez céntimos

Había también la perra chica que era una moneda de 5 céntimos.
 
- La moneda de 50 céntimos era conocida como dos reales y tiene un valor equivalente de 0,003€. Se solía utilizar como tope en la guita de los peones.
Arriba: cruz de la moneda de 50 céntimos. Abajo: Cara de la moneda de 50 céntimos.

También había el real que era una moneda de 25 céntimos.

- La moneda de una peseta tenía muchos apodos: rubia, pela o cala. Y tiene un valor equivalente de 0,006€
Cara y cruz de la moneda de peseta
- La moneda de 5 pesetas era conocida como duro. Era habitual calcular el valor de las cosas en duros en lugar de en pesetas. Y tiene un valor equivalente de 0,03€
Arriba: cruz de la moneda de cinco pesetas. Abajo: cara de la moneda de cinco pesetas.


- La moneda de 25 pesetas era conocida como cinco duros. Tiene un valor equivalente de 0,15€
 Arriba: cruz de la moneda de 25 pesetas. Abajo: Cara de la moneda de 25 pesetas.

- Y la moneda de 50 pesetas era conocida como diez duros. Tiene un valor equivalente de 0,30€
 Arriba: cruz de la moneda de 50 pesetas. Abajo: cara de la moneda de 50 pesetas.

 Arévalo, a ocho de abril de 2015.
Texto y Fotos: Luis J. Martín García-Sancho.

domingo, 5 de abril de 2015

ENTRE EL ZAPARDIEL Y EL TRABANCOS


Cementerio de El Ajo

El 12 de abril de 2015, daremos un paseo entre la estepa cerealista de la Terra de Arévalo y La Moraña.

Entre las localidades de San Cristóbal de Trabancos, Cisla y El Ajo. El Paisaje es ondulado con una sucesión de redondeados cerros y alargadas lomas. Las tierras de labor se encuentran salpicadas de encinas centenarias, como la encina de la cruz de hierro. 
 
Encina de la cruz de Hierro
En estos campos abiertos habitan las aves esteparias, entre otras muchas especies: cogujada, calandria, terrera común, bisbita campestre, collalba gris, triguero, aguilucho cenizo, cernícalo primilla, perdiz roja, codorniz, alcaraván, sisón y avutarda, la reina de las llanuras.  
Sobre uno de los cerros se encuentra "El Torrejón de Piteos" únicos restos que quedan en pie de un antiguo despoblado medieval:
Torrejón de Piteos
Y también merece una visita la iglesia de San Cristóbal de Trabancos, templo que cuenta con una bella cabecera mudéjar:
http://estampasdelallanura.blogspot.com.es/2011/11/san-cristobal-de-trabancos.html
Iglesia de San Cristóbal
El recorrido será de 13 Km.

Salida de Arévalo: Plaza del Arrabal.

Domingo 12/04/2015

Hora: 8:00 am.

Si el tiempo lo permite. 
Trinidad: paisaje con encinas
 
 Texto y fotos Luis J. Martín