El Oso es un pequeño municipio del norte de
la provincia de Ávila, perteneciente a la comarca de La Moraña. Tiene una
superficie pequeña, de 18,49 kilómetros cuadrados y una población también
pequeña, solo 176 habitantes. En la década de los cuarenta del pasado siglo
contaba con 624 habitantes, por lo que es un claro ejemplo de la despoblación
que sufren los pueblos de la región, uno de los principales y más graves
problemas a los que se enfrenta el mundo rural.
Vista de El Oso desde la torre del centro de interpretación
Se encuentra en medio de la llanura
cerealista castellana, su extensión mayoritaria son las tierras de cultivo,
destinadas principalmente a los cereales de secano. También, como otros muchos
municipios de la comarca, cuenta con pinares isla y pequeñas choperas aisladas
en el cauce de algún arroyo. Como la mayoría de los pueblos de la zona, cuenta
con algunas zonas húmedas de escasa extensión, en forma de saladares, lagunas y
lavajos.
Por tanto, en cuanto al aspecto físico del
municipio, no hay nada especial que le diferencie del resto los municipios de
la comarca. Excepto por una salvedad: tiene agua y el agua es sinónimo de vida.
Laguna del Hoyo (Foto: Pepe Rodríguez)
Una buena parte del municipio de El Oso se
considera una zona de descarga del acuífero. Varios pozos artesianos y
manantiales no dejan de manar, incluso, en épocas de prolongada sequía. Esto ha
hecho que varias zonas húmedas mantengan agua durante casi todo el año. El
conjunto de humedales conocidos como las Lagunas de El Oso, sí son un rasgo
diferenciador del municipio, especialmente la laguna del Hoyo, la mayor de
todas ellas y la más interesante por su variada fauna y flora acuática.
Esta peculiaridad no pasó nunca desapercibida a grupos conservacionistas, como ADECAB, que realizaron censos periódicos de
aves acuáticas, algunos de los cuales fueron incluidos en los censos
nacionales de aves acuáticas invernantes coordinados por la SEO. Tampoco pasó
desapercibida para la fundación alemana “El camino hacia Doñana”, cuando se
puso en contacto con ADECAB para recuperar o preservar algunas lagunas de La
Moraña con una parte de los beneficios obtenidos por el pabellón alemán durante
la Expo de Sevilla 92. Esta fundación invirtió dinero en la laguna del Hoyo, en
un observatorio, y en recuperar un pequeño lavajo cercano al pueblo para convertirlo
en una especie de centro de interpretación.
Grupo de visitantes durante la visita de 26/11/2017
También hay que decir que el Ayuntamiento
creyó desde el principio en el proyecto, en el potencial del agua, de sus
manantiales, de sus lagunas y lavajos y apostó fuerte por su conservación y, también, por un incipiente turismo ornitológico. Delimitó la zona inundable y
llegó a acuerdos con cazadores y ganaderos para que se respetara el ciclo de la
vida asociado a la laguna del Hoyo creando una zona de reserva, cuando todavía
la ceguera o la falta de reflejos de la administración autonómica no había
incluido tan siquiera a este importante humedal en el catálogo de zonas húmedas
de interés especial. Eso, afortunadamente, llegó unos años más tarde, después
de la insistencia de varios grupos ecologistas y del propio ayuntamiento de El
Oso.
El dinero de la Expo de Sevilla 92 destinado
a medio ambiente del pabellón alemán se agotó unos años más tarde, pero no las
ganas del ayuntamiento de El Oso de seguir conservando la laguna, su fauna,
su flora y en mantener el enorme interés que había suscitado en el mundo de la
ornitología. Ahora El Oso estaba en el mapa, en un mapa mundial, gracias a la
laguna y a las citas y publicaciones de muchos ornitólogos. Por lo tanto, no se
amedrentó y llegó a un acuerdo con SEO Birdlife y Diputación Provincial para
seguir por un camino que ya se estaba consolidando, el de un pequeño pueblo
volcado en la conservación de la vida silvestre y su entorno natural como una
apuesta de futuro.
Nuevo observatorio de la chopera de la fuente.
Se contrató a personal especializado en
materia medioambiental para que, desde el ayuntamiento, se trabajara en
mantener lo ya conseguido y, a ser posible, mejorarlo y aumentarlo. Se abrieron
dos nuevos observatorios, se instaló una cámara de vigilancia en la Laguna y se
contó con personal voluntario para realizar estudios periódicos de aves acuáticas
en la laguna. Así, poco a poco, El Oso fue ocupando el lugar que le
correspondía en el mundo de las aves y empezó a aparecer en estudios y listados
internacionales.
Y el proyecto continuó sin flaquear, contando
con aportaciones como Global Nature, y la implicación, ahora sí, de la Junta de
CyL (Fama+ escaparate=votos). Hace poco, esta primavera, se ha inaugurado un magnífico espacio cultural
que con el nombre de “Lagunas de La Moraña” es un centro de interpretación de
la naturaleza señero y de referencia, no solo del municipio de El Oso, sino de
toda la comarca e incluso, me atrevería a decir, de toda Europa.
Centro de interpretación "Lagunas de La Moraña".
Las Lagunas y el entorno de El Oso cuentan con
poblaciones de importancia internacional para varias especies de aves.
Importancia que está reconocida por organizaciones nacionales y europeas. No
así, para la administración autonómica que no pasa de la figura de “zona húmeda
catalogada”, a todas luces insuficiente, y no da el paso siguiente,
completamente necesario y merecido, que es solicitar la declaración de una Zona de Especial Protección para las
Aves (ZEPA).
Bandada de grullas en El Oso el 26/11/2017.
El Oso es un municipio pequeño con una
superficie destinada mayoritariamente a los cereales de secano y que, a pesar
de haber quedado fuera del área de regadío de la Cogotas, ha sabido encontrar y
encaminar su futuro ligado a la conservación de espacios y especies naturales y, ciertamente, parece que con un éxito rotundo.
Otros municipios que agonizan mirando al
cielo y dando la espalda a natura, tal vez deberían preguntarse si este no es un ejemplo
a seguir.
En El Oso, a veintiséis de noviembre de 2017.
Luis José Martín García-Sancho.
Fotos: Pepe Rodríguez y LJM (Luis J. Martín)
Fotos: Pepe Rodríguez y LJM (Luis J. Martín)
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