Tanto monta, monta
tanto
Quiñones como
Gallardo.
Pido la dimisión:
Del consejero de Medio Ambiente y, también, del vicepresidente de la Junta de Castilla y León.
1:
El jueves 22 de julio de 2022
el puesto de mando provincial de Zamora preguntaba:
- “¿Por qué no se
incorpora el manguerista de la C-6.9”
La respuesta de los compañeros
fue clara y muy cruda:
- “El manguerista de la C-6.9
es Daniel Gullón, fallecido recientemente en acto de servicio en el incendio de
Losacio”.
Esa pregunta debió de sentar
como un tiro a los compañeros de Daniel, y seguro que les dio la impresión de
que sólo son números para la administración, que no son personas con sus
familias, sus vidas y sus preocupaciones.
Días antes, la Junta había
declarado un día de luto oficial por Daniel Gullón Vara. Este bochornoso
incidente, demuestra la hipocresía institucional del acto y lo que en realidad
les importan las personas que tienen por oficio extinguir incendios, es decir,
bomberos, diga lo que diga la administración.
El pasado 20 de julio, pocos
días después de la muerte de Daniel Gullón en acto de servicio intentando
apagar el incendio de Losacio, y tras una reunión del consejero de medio
ambiente con sindicatos y patronal, en la mesa de diálogo social, para abordar
el tema de los incendios forestales en Castilla y León, Suárez-Quiñones hizo
las siguientes declaraciones tras ser preguntado sobre las reivindicaciones de
los bomberos forestales:
“Por otra parte, en cuanto a
la reivindicación de establecer la figura de bombero forestal, el consejero de
Medio Ambiente ha aclarado que “no hay líneas rojas en nada”, pero considera
que “detrás de las palabras” tiene que haber “contenido” y el modelo de
Castilla y León no es el de bombero forestal, que es quien apaga el fuego, sino que se realizan otros trabajos."
Desafortunadas declaraciones
del máximo responsable en la lucha contra los incendios forestales en Castilla
y León, tras el mayor incendio de la historia de España, que demuestran su nula
sensibilidad hacia los profesionales del sector, que se juegan la vida cada día
cumpliendo con su trabajo de apagar fuegos, y ponen en evidencia la escasa
catadura moral del político.
Suárez-Quiñones culpa a los
ecologistas de los incendios:
El 25 de julio de 2022, en
declaraciones a la cadena Ser, el consejero de medio ambiente culpó a los
ecologistas como responsables de los grandes incendios forestales: “Las nuevas
modas del ecologismo respecto a la limpieza en las riberas de los ríos que
dificulta la limpieza de los montes están en la base de esta problemática”.
El propio periodista de la Ser
le preguntó que si estaba echando la culpa a los ecologistas de los grandes
incendios forestales, y le tuvo que recordar que quien se ocupa de la limpieza
de los montes en Castilla y León es la administración autonómica, no los ecologistas.
Esta postura es propia de un agitador:
culpar a otra persona o a otro colectivo de las equivocaciones o errores
propios. Este tipo de soflamas o bulos tienen gran calado en la sociedad, que
termina culpando de los errores de la administración, a colectivos o grupos que se
han enfrentado en alguna ocasión a determinadas decisiones del gobierno
autonómico, pero que no tienen ningún poder de decisión en las políticas o
actuaciones de la Junta.
Estas declaraciones en forma
de soflama o bulo son muy peligrosas porque producen un enfrentamiento social
innecesario e injustificado. El consejero de Medio ambiente lo sabe, pero
recurre a este recurso nada ético, para crear mal ambiente en la sociedad y
desviar hacia el colectivo ecologista la responsabilidad de los errores
cometidos por la administración autonómica en materia de control de incendios forestales,
operativo del que Suárez-Quiñones es el máximo responsable.
4:
El Diario de Burgos preguntó al Vicepresidente
de la Junta de CyL que si
cree que hay que destinar más recursos a la prevención de incendios forestales
en invierno. La respuesta de García-Gallardo fue culpar directamente a los ecologistas de los grandes incendios:
“El ecologismo radical y las
políticas verdes han convertido el campo en un polvorín, evitando que se apoye
con más intensidad a la ganadería extensiva; evitando que se puedan limpiar los
montes y hacer cortafuegos durante el año; evitando que se puedan hacer quemas
controladas durante el año que favorecerían la extinción de incendios en verano.”
Repite el mismo bulo, la misma
soflama que el consejero de medio ambiente, generando el enfrentamiento entre
distintos sectores de la sociedad. De nuevo la misma manera de agitar a sus
posibles seguidores contra un colectivo determinado, el ecologista, para
desviar la atención sobre la responsabilidad de la Junta de Castilla y León en
la prevención de incendios forestales, única administración con dicha
competencia, y, por tanto, quien debe decidir si los bosques se limpian en
invierno, si se realizan cortafuegos o quemas controladas o si apoya de forma
eficaz a la ganadería extensiva y no solo a las macrogranjas, modelo por el
que, al parecer, ha apostado el gobierno de coalición de Castilla y León.
A raíz de las declaraciones de
Pedro Sánchez en la Sierra de la Culebra, advirtiendo que los grandes incendios
forestales son consecuencia del cambio climático, el vicepresidente
García-Gallardo respondió que “eso es
una soberana estupidez porque los incendios que visitó él fueron provocados”,
cuando sabía perfectamente que fueron debidos a varios rayos.
Añadió también que “algunos
incendios en Castilla y León se han visto perjudicados por unas altas temperaturas,
por unas rachas de viento fuerte y por unos niveles de humedad muy bajos, por las condiciones del clima en ese
momento. Quiero dejar claro que el deterioro del medio ambiente no es culpa
de las clases trabajadoras de occidente, que son las que pagan las
consecuencias del ecologismo radical y de las políticas verdes.”
Como vemos el vicepresidente
de la Junta de Castilla y León niega el cambio climático, asegurando que estas
olas extremas de calor son algo puntual, para echar después, nuevamente, la
culpa de los incendios a los ecologistas, intentado desviar así la
responsabilidad de la Junta de Castilla y León en la prevención de incendios
forestales, única administración con dicha competencia.
García-Gallardo deja claro que es un negacionista del cambio climático. Lo cual, con la que está cayendo, es irresponsable e incompatible con el cargo que ocupa al frente de la vicepresidencia del gobierno de Castilla y León.
Suárez-Quiñones: “mantener el
operativo antiincendios durante todo el año es absurdo y un despilfarro”. Esta
ha sido siempre la política del consejero de medio ambiente de Castilla y León.
Concretamente, estas declaraciones son de febrero de 2018. De aquellos lodos estos barros.
Su política “anti despilfarro”, a lo largo de los últimos años, ha dado pie a los mayores incendios forestales de la historia de España. Mantener el operativo anti incendios activo los 365 días del año genera puestos de trabajo y estabilidad laboral, precisamente, en la España vaciada, tan necesitada de este tipo de políticas integradoras. Su negativa a lo largo de estos años ha sido nefasta para el medio ambiente y para la supervivencia en los pequeños pueblos que tras los grandes incendios ven como se pierde lo poco que aún les quedaba. El gasto que provoca la extinción de incendios y la regeneración de los espacios perdidos, tienen un coste muchísimo más elevado que el “despilfarro” que supondría su prevención manteniendo el operativo anti incendios al cien por cien durante todo el año.
Ahora que se ha comprobado la necedad de su forma de actuar, es más fácil agitar a la sociedad contra los ecologistas, mediante viles soflamas y meditados bulos, convirtiéndoles en responsables de la ineficacia de su política medioambiental en materia de incendios forestales.
También resulta muy arriesgado negar la evidencia: que
mantener un operativo anti incendios al cien por cien durante todo el año,
además de prevenir grandes fuegos, lejos de ser un despilfarro, evita gastos
multimillonarios durante y después de los grandes incendios, que,
dado el innegable cambio climático, cada año puede que sean más numerosos. A no
ser que la administración de Castilla y León, la única con estas competencias,
admita que se ha equivocado y que su política “anti despilfarro” en materia de
incendios forestales ha sido una catástrofe para una gran parte de Castilla y
León, la más vulnerable, la más olvidada, la más necesitada de políticas
integradoras que reviertan el abandono y la ceguera institucional que vienen sufriendo desde hace muchos años, demasiados.
Por todo lo expuesto y
documentado: pido la dimisión del
consejero de Medio Ambiente y del Vicepresidente de la Junta de Castilla y León,
porque tanto sus palabras como sus hechos no están a la altura de los cargos
que desempeñan. Porque, tanto sus palabras como sus actos, demuestran odio y
rencor hacia un determinado colectivo, el ecologista, buscando y produciendo el
enfrentamiento con parte de la sociedad mediante bulos y soflamas. Hecho muy
grave que, por el cargo que ocupan, deberían evitar a toda costa, pues su labor es la de servir por igual a todos los sectores de la población, evitando en todo momento
su enfrentamiento y, de ninguna manera, provocándole.
Ni un consejero ni un vicepresidente de la Junta de Castilla y León pueden ser agitadores. Pero lo cierto es que sus declaraciones agitan a una parte de la opinión pública, de forma calculada y premeditada, contra los grupos ecologistas de la comunidad, colectivos que ni toman decisiones ni tienen competencia alguna en materia de incendios forestales ni en su prevención.
Con la que está cayendo, un negacionista del cambio climático o del calentamiento global no debe tener cabida en un gobierno democrático, porque posturas tan alejadas de la realidad son muy arriesgadas y peligrosas, ya que pueden favorecer grandes incendios, destrucción y muerte.
Dada la gravedad de los hechos, la dimisión, o en su defecto el cese, del consejero de Medio Ambiente y del vicepresidente de la Junta de Castilla y León, se deberían producir de forma inmediata,
para evitar que este tipo de aviesos comportamientos se repitan en una
administración que está al servicio de todos los castellanos y leoneses.
En Arévalo, a veintiséis de
julio de 2022.
Luis J. Martín.
Enlaces relacionados:
1:
-
Desconocimiento por parte de la administración de la muerte del manguerista
3: -
Suárez-Quiñones culpa a los ecologistas de los incendios
4
y 5: -
García-Gallardo culpa a los ecologistas de los incendios y niega el cambio
climático
6: -
Suárez-Quiñones: “Mantener el operativo de incendios todo el año es absurdo y
un despilfarro”
Menudos impresentables el muñeco y su gallardo títere.
ResponderEliminarSe suele decir "tenemos lo que nos merecemos", pero esto no se lo merece nadie.
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