sábado, 28 de junio de 2014

ADIÓS

Plaza el Arrabal, Arévalo, Ávila. Foto: Luis J. Martín.
 

Y conocerás un lugar
y oirás mi nombre
y serás nada
y serás nadie
y disfrutarás con mi compañía.
  
Fragmento de "El Cuaderno Azul":
37.- Adiós.
Arévalo, junio de 1984.
Por: Luis José Martín García-Sancho.

ENTRADA RELACIONADA:
NADIE:
http://arevaceos.blogspot.com.es/2013/12/nadie.html

miércoles, 25 de junio de 2014

EL BOSQUE DE LOS GAMUSINOS

Río Arévalillo y MUP 25 entre Arévalo y Tiñosillos
Texto y fotos: Luis José Martín García-Sancho

Dicen que el gamusino se esconde en los pinares, tiene largas piernas como los troncos, brazos y dedos como las ramas y cuerpo regordete como las copas de los pinos para pasar inadvertido. Pero no tengáis miedo, nunca ataca, sólo observa, es el protector del bosque. A ver quien es el primero que ve uno”.

            Esto les decía a mis hijos cuando les llevábamos las primeras veces al pinar, pero al poco tiempo David decía: Creo que los gamusinos no existen, porque no vemos ninguno. “Gusino”, balbuceaba María señalando con el dedo y negando con la cabeza. David, inquieto como nadie, se alejaba a subirse al árbol torcido. Su hermana María, que empezaba a andar, a duras penas le seguía, tropezando con tamujas, ramas y piñas caídas. David subía a María al tronco tumbado y se perdía por las ramas altas. María quería seguirle, pero si apenas sabía andar, difícilmente podría trepar tras él.
David subido al "pino torcido" del pinar de Arévalo

            Volvían los dos arañados por las cortezas del pino y manchados de resina. Pero no importaba, la ropa era la apropiada para mancharse. Para ellos, eso de vestir de domingo, era ponerse la ropa de ir al campo.

            Posteriormente, en el colegio, esta disposición para subirse a los árboles, les valió el mote de mono y mona, y así les conocen aún. Por otra parte, esta actitud también les ha servido para conocer, respetar y valorar los pinares cercanos a Arévalo y al bosque en general. Recuerden, el hogar del gamusino.

Lo cierto es que en esta comarca altamente deforestada, curiosamente tenemos muy poco apego al árbol, lo destruimos, ignoramos o menospreciamos. Vivimos de espaldas al bosque, como gamusino inexistente, sin entender que es nuestro benefactor. Porque, no les quepa duda, que los escasos espacios arbolados que nos quedan en La Moraña, a todos benefician. Vamos muy deprisa, queremos correr más que el tiempo. Cuando se tala un pinar maduro estamos destruyendo un hábitat que ha tardado entre 80 y 100 años en formarse.

Pinar de Arévalo
Muchos se preguntarán qué beneficio pueden reportarnos cuatro pinos añosos, agrietados y llenos de viejas cicatrices provocadas al haber sido resinados reiteradamente en el pasado: Bien, aparte del beneficio obvio, y ya de por sí importante, que nos proporciona cualquier planta al ser productora de oxígeno o el ocio de meriendas y paseos o el económico en forma de madera, resina y frutos ¿Qué otro beneficio nos reportan los pinares de La Moraña?

Los bosques de la comarca se extienden mayoritariamente por el corredor de los ríos Adaja y Arervalillo, que discurre, como todos sabemos, desde el sur hacia el norte de la comarca, al encuentro del Duero. Acompañando a los sotos de estos ríos, se encuentran los pinares de pino resinero y, en menor medida, de piñonero. En la zona de contacto entre sotos y pinares se da la mayor biodiversidad de toda la comarca.

Corredor del Adaja.
Este corredor natural es utilizado por la flora y fauna como una carretera verde para sus desplazamientos entre el norte y el sur de la Cuenca del Duero, lo que le confiere una importancia única y excepcional, especialmente en una zona tan deforestada como la que nos ocupa. Este notorio valor biológico de los bosques de la comarca, si les parece, lo dejamos para otra ocasión pues, dada su importancia, merece un comentario mucho más extenso.

Pero centrémonos más: ¿Qué beneficio proporcionan los pinares a las personas?

Estos pinares del corredor del Adaja y Arevalillo se extienden sobre antiguas dunas continentales, con un porcentaje de finas arenas superior al 90%. Pero no sólo sujetan el terreno para evitar la erosión, estas masas arboladas asentadas sobre suelos arenosos son la mejor zona de recarga del acuífero de los Arenales que, como les comentaba en mi anterior intervención, se encuentra preocupantemente contaminado y al borde de la sobreexplotación.

Pinar de Palacios de Goda
 La enorme importancia hidrogeológica de los pinares de la comarca radica en que, al estar asentados mayoritariamente sobre duna continental, toda el agua caída en forma de lluvia, nieve, niebla o escarcha, es retenida por las tamujas de los pinos y pasa al acuífero casi en su totalidad, pues apenas existe la escorrentía es estos terrenos arenosos y arbolados, y además es agua limpia al ser filtrada por las arenas sin mezclarse con productos agrarios peligrosos.

Mientras que en las tierras de labor, una buena parte del agua se pierde por las acequias y cunetas, acabando en los ríos por escorrentía y el volumen que se filtra al acuífero puede contaminarse al entrar en contacto con abonos orgánicos, inorgánicos y pesticidas, en los pinares casi toda el agua es absorbida por las arenas como una gigantesca esponja y pasa al acuífero limpia.

Por eso, dado el estado lamentable y preocupante de “nuestro embalse” acuífero de los Arenales, sería conveniente proteger todas estas masas de pinares del corredor de los ríos Adaja y Arevalillo asentadas sobre arenas. Por tratarse de la única zona de recarga del acuífero con aguas limpias, es decir, estos pinares aportan al acuífero agua de calidad y en cantidad. Recuerden: Agua = Vida.

Gotas de agua retenidas por las tamujas en un día de niebla.
Hasta ahora he presenciado como un mero espectador la política forestal de la Junta de Castilla y León, comprobando como concedían Declaraciones de Impacto Ambiental favorables a proyectos destructores del escaso bosque morañego y de sus beneficiosas arenas, por el simple hecho de situarse en montes de titularidad privada.

Ahora estoy convencido de que la Junta de Castilla y León puede y debe realizar Declaraciones de Impacto Ambiental desfavorables a proyectos tanto particulares como públicos que puedan perjudicar las pocas masas forestales que nos quedan y las importantes arenas sobre las que se asientan. Especialmente porque sólo el 3,3% de la superficie de La Moraña es forestal. Cuantificando esta escasez, de 150.000 ha. que ocupa la comarca, sólo 5.000 son arboladas y, de estas, 800 corren el riesgo de desparecer por una urbanización autorizada desde la Junta.

Urbanización ilegal de Villanueva de Gómez
Lo cierto es que los acuíferos se encuentran cada vez en peor estado: Al borde de la sobreexplotación y contaminados por arsénico y nitratos. Por otro lado necesitamos a los pinares porque nos proporcionan agua potable. Por ello, aunque sólo sea por puro egoísmo o afán de supervivencia, seamos inteligentes: Pidamos a Junta de Castilla y León y Confederación Hidrográfica del Duero que protejan adecuadamente los pinares del corredor de los ríos Adaja y Arevalillo, por ser la mejor área de recarga del acuífero de los Arenales con agua de calidad y en cantidad.

En Arévalo a seis de octubre de 2009.

Artículo publicado en el nº 5 de "La Llanura de Arévalo" en octubre de 2009.

sábado, 14 de junio de 2014

PLANTADORA DE ÁRBOLES

Ardilla roja  (Sciurus vulgaris) Foto: David Martín Fernández

                     
                     Subida al pino una ardilla

                      se recrea y se deleita

                      mordisqueando una piña.

                      Y con la boca repleta

                      baja hasta el suelo muy pilla,

                      escava un hoyo somero

                      y vacía sus mejillas.

                      Al año siguiente brotan

                      de la despensa perdida

                      las ramas tiernas de un pino.

                      Frágil memoria de ardilla

                      repuebla con nuevos bosques

                      que dan millones de piñas.
 

                      En Arévalo, 14 de junio de 2014

                        Luis José Martín García-Sancho

REFORESTACIONES HISTÓRICAS EN ARÉVALO



Vista de Arévalo desde la Loma
Texto y fotos: Luis José Martín García-Sancho.

 A lo largo de los siglos son varias las deforestaciones y reforestaciones llevadas a cabo en Arévalo. Desde el neolítico, el paisaje dominante en lo que hoy son llanuras cerealistas eran cerrados bosques de encina y enebro, quizás, con pequeños pinares en las zonas más arenosas correspondientes al interfluvio Adaja/Arevalillo.
Los primeros poblados permanentes fueron poco nocivos para los bosques, limitándose a deforestar parcelas pequeñas donde cultivaban diferentes productos y pastaban sus ganados. En la época celtíbera se sabe que en determinados castros la bellota era un alimento importante tanto para el ganado como para los humanos que la consumían y conservaban en forma de harina. Es, por tanto, razonable pensar que no destruirían el bosque de encinas a gran escala.
Con la romanización se produce una mayor deforestación pero sólo en las zonas destinadas a villas y granjas. En el periodo visigodo el paisaje cambia poco, pues se sabe que en la época musulmana estas tierras no fueron apenas pobladas si se comparan con el sur peninsular. Al parecer la población visigoda se replegó hacia norte de la península y la musulmana pobló principalmente el sur, quedando una amplia franja de terreno de dominio musulmán pero muy poco poblada, con densos y extensos bosques de encina y enebro prácticamente impenetrables.
Es durante la repoblación acaecida en la baja edad media cuando se produce una deforestación a gran escala. El número de villas y pueblos era muy superior al actual y las extensiones de pastos y tierras de cultivo se multiplican hasta el punto de que en los siglos XV y XVI se producen las primeras reforestaciones a gran escala por la necesidad de madera y leña demandada por los pueblos. Pero esta reforestación no se realiza con encina, de crecimiento muy lento, sino con los pinos existentes en las dunas del interfluvio Adaja/Arevalillo, de crecimiento mucho más rápido. Desde entonces, se empieza a reforestar con pino resinero y pino piñonero. Quedando la encina y el enebro relegados a laderas de ríos y perdiendo, definitivamente, el protagonismo sobre las coníferas.
Esta deforestación se viene produciendo hasta la primera mitad del siglo XX debido al predominio de las tierras de cultivo sobre las forestales. La imagen 2, tomada en Arévalo en la primera mitad del siglo XX, muestra el grado de deforestación no sólo de las laderas del río Adaja sino de la propia ribera si la comparamos con la imagen 3 tomada en el mismo sitio pero en la actualidad.
Imágenes 2 y 3: foto antigua y actual de la ribera del Adaja a la altura del matadero (la imagen 2 pertenece a la colección de la familia García Varas)

Es, precisamente, en la década de los cincuenta del pasado siglo cuando se acometen varias reforestaciones en tres zonas de las laderas de los ríos Adaja y Arévalillo a su paso por Arévalo según se detalla en la imagen 4. Son tres repoblaciones forestales llevadas a cabo en tres áreas diferentes de las cuestas de los ríos y que se analizan con más detalle a continuación:

Imagen 4 zonas reforestadas
- Área 1: La Loma                                          A: Castillo 
- Área 2: Butano                                             B: Puente del cementerio
- Área 3: La Junta                                           C: Puente de Medina
- Área 4: Casas del castillo                             D: Almacén de butano
- Área 5: Caminanta - los Barros                    E: Puente de los barros
                                                                        F: Matadero
                                                                        G: Colegio del Corralón

- Área 1: La Loma
Es la más extensa de las tres. Se localiza en la ladera derecha del Adaja a la altura de la Loma. Ocupa una superficie aproximada de diez hectáreas desde el puente del cementerio hasta las escuelas del corralón, aunque a partir de aquí se extiende por una estrecha franja de terreno hasta las proximidades del puente de la estación. La especie utilizada es el pino piñonero (Pinus pinea). Todos los pinos fueron plantados por el sistema de ahoyado, seguramente, realizado a mano. Esta técnica consiste en realizar un hoyo para cada pino plantado, sin recurrir a las impactantes terrazas.
La pendiente en esta parte de la ladera es muy pronunciada. A pesar de la inclinación y del sustrato esta reforestación ha tenido bastante éxito pues los árboles han llegado a formar un bosquete cerrado, alcanzando varios pinos un gran porte. El sotobosque es escaso limitándose a algunos arbustos espinosos de aulaga (Genista scorpius), encina (Quercus ilex), rosal silvestre (Rosa canina), Majuelo (Crataegus monogyna), tomillo (Thymus zygis) y plantas herbáceas entre gramíneas y leguminosas. En los bordes o límite superior se forman manchas de piorno blanco (Astragalus granatensis), retama común (Retama sphaerocarpa), jarilla (Halimiun sp) y en el inferior se dan frutales como en cerezo (Prunus avium), peral (Pyrus communis) o plantas propias de ribera como el Fresno (Fraxinus angustifolia) o la nueza (Tamus communis). (Ver apéndice fotográfico).
Imagen 5: reforestación de la ladera derecha del Adaja a la altura de la loma, Se aprecia la pronunciada pendiente
A pesar del éxito de esta repoblación forestal el pinar, como tal, no llega a regenerarse de forma natural pues no existen retoños de pino. Los más jóvenes tendrán una edad aproximada de 20 años y son muy escasos. Sí se ha producido una regeneración natural y, por tanto espontánea, de encina, retamas, piornos, rosales y frutales pero, curiosamente, el pino no se está regenerando lo que puede ser negativo de cara a la conservación del espacio en el tiempo. También se ha notado la ausencia de algunos mamíferos que, como la ardilla, favorecen la reforestación natural al enterrar una buena parte de los piñones que recolectan. En cambio, sí existen otros que, como el conejo, pueden consumir brotes tiernos o plantones de cualquier especie arbórea o arbustiva.
El pinar nunca ha sido olivado, por lo que todos los pinos tienen las ramas más bajas secas, muchas de ellas a ras de suelo. El único trabajo forestal al que ha sido sometido tras su plantación es una tala a lo largo de un tendido eléctrico que lo atraviesa para impedir que las ramas altas puedan llegar a tocar los cables. Después, se han triturado los despojos y han sido amontonados en dos o tres puntos.
Este bosque ha cumplido a la perfección su efecto contra la erosión, ya que se puede observar como en varios sitios las raíces de los pinos han sujetado incipientes deslizamientos de tierras que hubieran seguido ladera abajo hasta el fondo del valle. (Ver Apéndice Fotográfico)
-Imagen 6: En el área de la Loma las raíces de los pinos sujetan el terreno y evitan corrimientos

- Área 2: Butano
Ocupa una superficie aproximada de tres hectáreas en la margen izquierda del río Arevalillo entre el puente de Medina y el Castillo. La plantación realizada también es de pino piñonero por el sistema de ahoyado. Es probable que esta repoblación sea un poco posterior a la de la Loma ya que, aunque los árboles gozan de buena salud, no alcanzan el porte de los pinos de la Loma. La pendiente es también pronunciada, si bien, es más acusada en las proximidades del puente de Medina. El estrato arbustivo es aún más escaso reduciéndose a algunas retamas comunes y tomillos. En la parte baja, cerca del fondo del valle, existen algunos olmos (Ulmus minor) que se secan por efecto de la grafiosis cuando llegan a alcanzar porte arbóreo, regenerándose una y otra vez a partir de las raíces. Entre los pinos crecen algunos pies de encina de escaso porte, especie que hay que entender que ha progresado allí de forma espontánea. (Ver apéncice fotográfico).
Imagen 7: Reforestación de la ladera izquierda del Arevalillo a la altura del almacén de butano.
Este pinar, como el anterior, tampoco se regenera de forma natural, no existiendo ningún retoño de pino. Tampoco se ha detectado presencia de ardillas que pudieran enterrar el exceso de piñones ayudando así a que broten nuevos árboles. En cambio la población de conejos de esta ladera es aún mayor que la de la Loma.
Este pinar, próximo al almacén de butano, sí ha sido olivado recientemente, aunque los despojos de la poda de las ramas bajas permanecen bajo los pinos en lugar de haber sido retirados o triturados como procede en un trabajo forestal que pretenda minimizar el peligro de incendios forestales. (Ver Apéndice Fotográfico)

- Área 3: La Junta
Esta repoblación forestal también fue realizada en la década de los cincuenta del pasado siglo. Se extiende a lo largo de una superficie aproximada de una hectárea y media justo por debajo del castillo, en la zona que se conoce como la Junta, por ser donde se produce la desembocadura del Arevalillo en el Adaja. Se encuentra justo en el pico que forman la ladera izquierda del Adaja con la derecha del Arevalillo. Aunque la mayoría de los pinos son piñoneros, también hay tres pies de pino carrasco (Pinus halepensis) en la vertiente del Adaja. El sotobosque es algo más cerrado que en las dos repoblaciones anteriores, Existiendo una gran profusión de cambronera (Lycium barbarum) en la zona más baja y olmos en la parte media que al adquirir porte arbóreo comienzan a secarse por efecto de la grafiosis. Recientemente han empezado a aparecer pies jóvenes de ailanto (Ailanthus altissima) especie foránea e invasora que va ganando espacio entre los olmos y los pinos, pudiéndose llegar a apoderar con el tiempo de la ladera. (Ver apéndice fotográfico).
Imagen 8: Reforestación en la Junta
Tampoco se ha observado regeneración natural de pinos, aunque si lo están haciendo las cambroneras, olmos y ailantos. Tampoco se ha observado la presencia de ardillas que pudieran dispersar los piñones. Hay una buena población de conejo que se puede alimentar de retoños y brotes tiernos.
Este pinar sí ha sido olivado por lo que no hay ramas secas en la parte inferior de los pinos y la madera ha sido convenientemente retirada para evitar el riesgo de incendios forestales. (Ver Apéndice Fotográfico)

A parte de estas tres zonas de repoblación en las laderas de los ríos Adaja y Arevalillo a su paso por el casco histórico de Arévalo, existen otros dos puntos donde se ha reforestado con pinos piñoneros. Una treintena de pinos piñoneros frente a las casas del Castillo y veintidós pinos piñoneros entre la Caminanta y el puente de los Barros (Áreas 4 y 5 en la imagen 4). Estas dos repoblaciones son más modernas ya que se realizaron en la década de los ochenta y el sistema también es distinto pues se trasplantaron árboles jóvenes procedentes del pinar de Arévalo con una buena parte de su cepellón. De esta misma época son los pinos que hay en el teso viejo.
Estas dos últimas repoblaciones no se pueden considerar estrictamente de ladera ya que se encuentran en la parte más alta del valle del Arevalillo en el área 4 y junto la Caminanta y el camino que, desde la ermita, baja al puente de los barros en el área 5.
Es curioso cómo, desde los años ochenta, en todos los programas electorales de las distintas corporaciones municipales, se promete o se propone la limpieza y repoblación de las cuestas sin que hasta la fecha se haya llevado a cabo, salvo una plantación de gramíneas en una reducida superficie.
- Plantación de gramíneas realizada en las cuestas del Arevalillo en la década de los noventa.
Por otro lado son ya varias las asociaciones, particulares o estudios medioambientales que proponen o han propuesto tanto la utilización de riberas y laderas para diversas rutas eco-deportivas, como su reforestación con un amplio abanico de especies autóctonas o la adecuación de estas riberas y laderas como un espacio verde más para el disfrute de todos los arevalenses.
Es de sobra conocido el proyecto presentado al Ayuntamiento en el año 2010 por la Asociación la Alhóndiga de Arévalo con el apoyo del club de Senderismo los pinares, el club ciclista Vázquez Palomo y la asociación de hosteleros de Arévalo ASADHOS. Se trata de una ruta eco deportiva que une las riberas del Adaja y Arevalillo con los pinares próximos a la Cañada a través de un sendero que permite tanto el senderismo como la práctica del ciclismo.
También en 2010, el autor del presente artículo hizo una propuesta de repoblación de las cuestas del Arevalillo desde el castillo hasta el puente de los Lobos por ser la zona más deteriorada y donde se produce un mayor número de corrimientos de tierras.
El pasado año Francisco Durán, licenciado en Ciencias Ambientales, hizo su proyecto de fin de carrera sobre estas cuestas y riberas proponiendo su adecuación para poder ser puestas en valor y para el disfrute de los arevalenses o turistas. Actualmente está ampliando los estudios sobre esta zona concreta y las actuaciones a realizar.
Hasta la fecha, ninguna corporación municipal ha realizado una limpieza y reforestación de cuestas. Incluso en alguna ocasión el presupuesto destinado a repoblar ha sido utilizado para otro fin como es el pilotaje con hormigón para que la “muralla” levantada a la altura de la iglesia de San Miguel no se viniera abajo. Resultan bastante curiosas, por no decir desproporcionadas, algunas de las obras realizadas en las laderas de los ríos para frenar deslizamientos, como por ejemplo la nueva "muralla" levantada en el entorno de San Miguel, las grandes rocas colocadas en esta misma ladera a modo de malecón, las piedras alambradas y escalonadas situadas en la ladera del Adaja a la altura del asilo de Ancianos o el arreglo de la ladera de la calle de los negrillos.
 Las laderas del Arevalillo son utilizadas como escombrera ilegal

Corrimiento de tierras a la altura del rincón del diablo en las cuestas del Arevalillo
Las reforestaciones históricas comentadas en el presente artículo y llevadas a cabo en las laderas de los ríos Adaja y Arevalillo con muy pocos medios técnicos y bastante mano de obra, demuestran que sí es posible repoblar para evitar la erosión y los corrimientos de tierras que de forma periódica se vienen produciendo en el entorno del casco histórico. Por otro lado, estas reforestaciones y su mantenimiento proporcionarían empleo a lo largo de varios años.
Erosión de ladera frenada con éxito por la reforestación de la Loma.
Que nadie diga hoy que no se pueden reforestar las cuestas de los ríos. Cuando sabemos que nuestros antepasados con menos medios sí pudieron, sencillamente, porque así lo quisieron.
(Ver Apéndice Fotográfico)

En Arévalo, a trece de junio de 2014.
Mis agradecimientos a Pepe Rodríguez Matías por la identificación de algunas plantas.

 
Por una cuestas más bellas (por Luis J. Martín):
 
Ruta eco-deportiva por Arévalo (Por la Alhóndiga asociación de cultura y patrimonio):
http://www.lallanura.es/CUADERNOS/CDN9.pdf

Parque Fluvial de Arévalo (por Francisco Durán):
http://parquefluvialarevalo.wordpress.com/

Plantadora de árboles:
http://arevaceos.blogspot.com.es/2014/06/plantadora-de-arboles.html

APÉNDICE FOTOGRÁFICO:
- Aulaga (Genista scorpius) en el pinar de la Loma:

 - Piorno blanco o mancaperros (Astragalus granatensis) en floración en el pinar de la Loma:

- Piorno blanco brotando en primavera: 

- Retama común (Retama sphaerocarpa) presente tanto en la Loma como en el Butano:

- Jarilla (Halimium sp) en la Loma:

- Cambronera (Lycium barbarum) Foto: Pepe Rodríguez:
 
- Detalle de la flor de Lycium barbarum

-  Erosión de ladera frenada por la repoblación de la Loma:
- Regeneración natural de pinos en el pinar de Orán de Arévalo:
En los pinares de repoblación estudiados no se produce esta regeneración natural.

- Piñas roídas por una ardilla en el pinar de Orán de Arévalo, en los pinares estudiados no se han encontrado restos de ardilla:

 - Entre los pinos de la Junta, brotan olmos (Ulmus minor) que se secan una y otra vez por acción de la grafiosis:

- Ailantos (Ailanthus altissima) en la Junta, planta invasora que, con los años se puede apoderar de toda la ladera:

- Las encinas (Quercus ilex) se regeneran de forma natural tanto en la Loma como en el Butano, no así en la Junta. Estas encinas se encuentran en la zona repoblada con pinos del Butano:

 - Cuestas del Arevalillo incendiadas, se aprecia como los escasos matorrales leñosos verdes de las cambroneras se han librado de la quema. Una plantación ordenada podría hacer el efecto de cortafuegos.
"Que nadie diga hoy que no se pueden reforestar las cuestas de los ríos. Cuando sabemos que nuestros antepasados con menos medios sí pudieron, sencillamente, porque así lo quisieron".

sábado, 7 de junio de 2014

DECICATORIA


 
A vosotros señoritingos de pit y po

que os creéis señores de la ciencia.

A vosotros, grandes figuras

que destacáis en una materia.

A vosotros dioses

que hincháis el pecho.

A vosotros enormes

que eleváis lo que habéis hecho.

A vosotros señores

que todo va para el cesto.

A vosotros superiores

que lo mejor es lo vuestro.

A vosotros mayores

 que ocupáis el centro.

A vosotros que menospreciáis dolores

que os sentís reyes y dueños

que no entendéis de olores ni de colores

que no os inclináis por lo poco

que no creéis en los sueños,

os digo que no estoy loco.

A vosotros pulgas

que para llegar saltáis.

A vosotros sencillos

que no necesitáis anillos.

A vosotros insignificantes

que os gusta el tomillo.

A vosotros "porras"

que nunca vais delante.

a vosotros los del illo

que aún así sois primeros

que sentís con corazón sincero

que sois grandes por lo poco,

por lo que os quiero,

me estáis volviendo loco

Fragmento de "El Cuadeno Azul"

6.- Dedicatoria

Arévalo, octubre de 1981

por Luis José Martín García-Sancho.

 

lunes, 2 de junio de 2014

ENTRE ELCHE Y SANTA POLA

Torre Tamarit, salinas de Santa Pola, Alicante.
 
 
Texto y Fotos: Luis José Martín García-Sancho.
 

El sureste español siempre se asocia a un espacio seco o semidesértico, pero lo cierto es que en el sur de alicante, entre Elche y Santa Pola se encuentran tres zonas húmedas de gran importancia socio ecológica, se trata de las Salinas de Santa Pola (1), el humedal de El Hondo (2) y el Clot de Galvany (3). Es indudable la importancia socio económica que tienen las dos primeras para una comarca donde las precipitaciones brillan por su ausencia.

1: salinas de Santa Pola, 2: El Hondo, 3: Clot de Galvany, 4 Dunas de la Marina y Guardamar.

Las salinas de Santa Pola se localizan en el espacio que ocupó una antigua albufera mucho más amplia. Pero la colmatación natural a través de las mareas o los aportes del río Vinalopó, que atraviesa el humedal antes de su desembocadura y, especialmente, la ingeniería humana con los aterramientos producidos en el siglo XVII, han ido ganando espacio al mar para tierras de cultivo creando una zona húmeda seminatural que puede encharcarse o desecarse a través de varios canales de llenado o drenaje que conectan multitud de balsas poligonales de las que se extrae sal natural tras su desecación por evaporación. Las salinas son parque natural desde 1988 y tienen una extensión protegida de 2570 hectáreas entre los términos municipales de Santa Pola y Elche.
Salinas de Santa Pola


El Humedal de El Hondo o El Fondo, es otra zona húmeda de gran extensión creada por la mano del hombre como embalse para proporcionar agua a los regadíos y huertos de la comarca. El agua procede de uno de los dos brazos del río Vinalopó y, especialmente, del bombeo que se efectúa desde la desembocadura del río Segura, a unos 8 kilómetros de distancia. El enclave es parque natural desde 1988 y ocupa una extensión de 2495 hectáreas entre los términos municipales de Elche y Crevillente. Aunque es parque Natural su explotación es privada perteneciendo a la Comunidad de Riegos de Levante.
Embalse de El Hondo


El Clot de Galnany (clot se puede traducir como Hoyo) es un humedal de 366 hectáreas, por su extensión, mucho más modesto que los dos anteriores. Se trata de una zona húmeda que se encontraba degradada y que ha sido recuperada y puesta en valor en los últimos años. Se encuentra entre las urbanizaciones de Arenales del Sol, perteneciente a Elche y Gran Alacant, perteneciente a Santa Pola. Tiene un gran valor al encontrarse entre dos zonas costeras densamente urbanizadas que han destruido uno de los biotopos de dunas litorales más importantes del levante español. Es paraje natural municipal protegido desde 2005.
Clot de Galvany
 
A estos espacios naturales hay que unir una de las zonas costeras menos alteradas de la comunidad valenciana, donde aún se respeta la franja de dunas naturales que se extiende entre las playas, prácticamente vírgenes, y el interior. Un interesante espacio que forma un biotopo muy curioso y valioso que, por desgracia, no ha sido respetado en el litoral mediterráneo. La presencia de estas dunas y playas alejadas de los circuitos turísticos proporcionan a la zona una mayor biodiversidad de especies de flora y fauna. Se extienden desde el sur de Santa Pola hasta La Marina y Guardamar de Segura, estando las primeras incluidas en el parque natural de las salinas de Santa Pola y las de la Marina y Guardamar (4) son Lugar de interés comunitario LIC.

dunas

En estas zonas húmedas todavía podemos encontrar algunas de las especies de aves más amenazadas y escasas de nuestra fauna como son la cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris) y la malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala) y, también la focha cornuda (Fulica cristata), calamón (Porphyrio porphyrio), gaviota de audouin (Larus audouinii) garza imperial (Ardea purpurea), garcilla cangrejera (Ardeola ralloides), avetorillo (Ixobrychus minutus), morito (Plegadis falcinellus) o zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis).

Gaviota de adudouin

Garza imperial

Zampullín cuellinegro

Por las largas y casi desiertas playas podemos ver corretear al corerrelimos tridáctilo (Calidris alba) o zambullirse al charrancito (Sterna albifrons) al charrán común (Sterna hirundo) o al charrán patinegro (Sterna sandvicensis)


Correlimos tridáctilo


En la época reproductora es fácil observar el celo de muchas especies, en el caso de los charranes, conocidos como golondrinas de mar, el macho ofrece a la hembra su pez recién capturado, si esta acepta, se produce el vínculo de pareja al que seguirán las cópulas y la nidificación. Curioso y grácil es también el celo de la avoceta (Recurvirostra avosetta) en el que el macho empieza a moverse en torno a la hembra, que tiene el pico algo menos curvado hacia arriba. En un momento determinado la hembra adopta una postura estática con el cuello estirado y paralelo al agua. El macho, después de moverse junto a los dos flancos de su compañera se sube a su dorso en difícil equilibrio, en un escaso segundo se produce la cópula y acaba todo hasta la próxima, porque repetirán la operación en varias ocasiones.

Celo de avoceta


 Avoceta con pollo:
 

Curiosas son las persecuciones que el macho de malvasía cabeciblanca dedica a los competidores cuando está intentando conquistar, casi acosar, a su hembra. Con la cola erguida y cabeza por delante sale como un bólido a expulsar a otro macho que intenta acercarse. Después se pavoneará otro rato delante de su hembra con la cola completamente vertical.

Forman interesantes colonias reproductoras charranes, charrancito, avoceta, cigüeñuela (Himantopus himantopus), gaviota picofina (Larus genei), gaviota reidora (Larus ridibundus), gaviota patiamarilla (Larus cachinnas), canastera (Glareola pratincola)…

Cigüeñuela
 
Gaviota picofina

Gaviota reidora

Gaviota patiamarilla

Durante la época de celo las aves se vuelven un poco más confiadas y se dejan acercar un poco más cuando se entregan a sus artes amorosas. Así, el chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), el tarro blanco (Tadorna tadorna), porrón común (Aythya ferina), focha común (Fulica atra), Vuelvepiedras (Arenaria interpres) o las huidizas y desconfiadas ardeidas como la garza real (Arcea cinerea) o la garceta común (Egretta garzeta) se dejan acercar un poco más.

Chorlitejo patinegro

Tarro blanco macho

Porrón común

Focha común

Vuelvepiedras

Garceta común
            


   Casi todas las especies de aves se esfuerzan en la cría de sus pollos. Resulta especialmente curioso el comportamiento del somormujo lavanco: el nido es una pequeña plataforma flotante que utilizan sólo para la incubación. En cuanto los pollos eclosionan empiezan a subirse al dorso de uno de los progenitores que se convierte en una especie de nido flotante. Allí son cebados con las pequeñas capturas del otro progenitor y, también, de allí son desalojados con un pequeño aleteo e inclinación de espalda cuando el padre o la madre que hace las veces de nido, decide bucear en busca de alimento.
Incluso una de las aves más numerosas y llamativas de este espacio como es el flamenco (Phoenicopterus roseus) aunque no llegue a reproducirse de forma habitual sí se le puede observar en el ritual de apareamiento donde el baile colectivo de cuellos estirados, despliegue de alas y pasos sincronizados supera al más renombrado de los coreógrafos. Podría decirse que, incluso, bailan al alimentarse puesto que suelen mover ritmicamente las patas para agitar el fondo mientras buscan con el pico sumergido los mutrientes que quedan en suspensión.
Flamenco alimentándose junto a una avoceta

Flamencos jóvenes
 
En resumen: Si el sureste español es árido, este espacio es un vergel de biodiversidad, un oasis de vida. Donde hombres y animales aprenden a convivir.







 
En Arévalo, a 29 de mayo de 2014