miércoles, 11 de julio de 2018

PASEANDO CON MAROLO PEROTAS

Marolo Perotas Muriel.


CON MAROLO PEROTAS EN EL RINCÓN DEL DIABLO.

Una de las “Rimas callejeras” del cronista y escritor arevalense Marolo Perotas Muriel (Arévalo, 1896 – 1969) es el romace que dedica al Puente de los Barros. El poema empieza así:
“Podemos asegurar
sin temor a equivocarnos
que uno de los monumentos
más viejos y despreciados
de nuestra hidalga ciudad
es el Puente de los Barros.”

A lo largo del poema hace una descripción detallada, no solo del puente, sino también de su entorno inmediato y de otros elementos presentes en el paisaje como la vegetación propia del lugar.
He leído el poema en varias ocasiones, pero al releerlo hoy me he interesado especialmente por el significado de algunas palabras utilizadas en el texto.
En el fragmento que reproduzco a continuación utiliza la palabra “Oraño”:

“El sujeto se ocultaba
siempre en el rincón más alto
del lienzo de la muralla
por almenas flanqueado,
y desde allí vigilaba
los caminos del Oraño.
He ahí por qué al rincón
que hay detrás de casa Hurtado
el pueblo, por tradición,
le llame «El rincón del Diablo».”

Puente de los Barros y Rincón del Diablo

La palabra Oraño como tal no existe en ninguno de los diccionarios que tengo a mano: Diccionario de la Lengua Española y María Moliner. Hasta ahora había pensado que al decir: “los caminos del Oraño”, se refería a los caminos del oeste y más sabiendo que todos los caminos que concurren en el puente de los Barros vienen del poniente arevalense.
Otra posibilidad era que El Oraño fuera el nombre de un lugar, es decir, un topónimo situado al oeste de Arévalo, pero he buscado en varios mapas y no he encontrado referencia alguna a ningún lugar que reciba ese nombre en los términos de Arévalo, Aldeaseca o Nava de Arévalo.


Topónimos situados al oeste de Arévalo, hacia el término de Aldeaseca

Recientemente, curioseando en diccionarios y redes, la teoría de punto cardinal ha sido reforzada por el hecho de que oraño se utiliza en un lenguaje criollo, conocido como papiamento, hablado en varias regiones de América del sur, para referirse al color anaranjado y también al dorado de la puesta de sol, es decir del poniente, tal y como escribe el autor al describir el paisaje que se observa desde el rincón del Diablo en uno de los últimos versos “Sol poniente, sol dorado”. Por lo que oraño podría derivar de color oro, es decir dorado.
Pero ayer un amigo natural de Aldeaseca, para más señas José Fabio López Sanz, me dice que, aunque el topónimo de “El Oraño” no venga en los mapas, sí existe en la memoria de los labradores y viejos del lugar. Según Fabio, se sitúa entre los términos de Arévalo y Aldeaseca, concretamente, al sur de la desaparecida fuente de los Lobos, al final del camino conocido como “del Lavajuelo”, que desde la Caminanta se dirige recto hacia el oeste y que al pasar al término de Aldeaseca recibe el nombre “camino de las Monjas” o “parada de las Mulas”, seguramente, porque el mencionado camino acaba en Langa donde antaño se celebraba un afamado mercado de mulas. Por todo lo dicho, se trata de un paraje situado al oeste de Arévalo y, por tanto, los caminos del Oraño, o del dorado poniente, se divisan perfectamente desde el Rincón del Diablo.
Zona entre Arévalo y Aldeaseca conocida como "El Oraño" desde el camino del Lavajuelo

Un poco más adelante hace una descripción de la vegetación del río Arevalillo citando la palabra “verguerón”:

“Chopos, verguerones, álamos.
El mezquino «Arevalillo»
vierte chorros plateados
por la incipiente pesquera.”

La palabra verguerón, como tal, no viene en el diccionario. Sí Existe “verguear”: varear, sacudir con verga o vara. Que a su vez viene de verga que, aparte de pene, es vara. De ahí, por tanto, se puede deducir que “verguerón” es el árbol o arbusto que produce varas, como lo son varias especies del género Salix, es decir los sauces.


Grupo de sauces entre el molino de Valencia y el puente de los Barros.

Al indagar sobre la palabra verguerón he recordado otra palabra que busqué hace años sin resultados: el topónimo “La Verguería” asociado al río Adaja. Bastantes personas de Arévalo asocian este lugar al tramo del Adaja situado entre Arévalo y Donhierro que se encuentra al norte del cerro Cantazorras, pero el enclave como tal no existe en los mapas. Sí existe, en cambio, el topónimo “La Alberguería” en la zona del Adaja perteneciente a Donhierro y el lugar conocido como “Casa de la Alberguería”: una serie de construcciones ruinosas situadas al norte del término de Arévalo que se localizan entre el río Adaja y la vía pecuaria conocida como Cordel Real de Merinas, en su tramo de Arévalo al Puente Runel.


La "Verguería" podría situarse entre Cantazorras y las casas de la Alberguería, entre el Adaja y el Cordel Real de Merinas.

Por lo tanto, al no venir “La Verguería” en los mapas pensé que podría ser una deformación de “La Alberguería” que sí viene. Pero ahora, después de profundizar en el poema de Perotas, tengo mis dudas y pudiera ser que “La Verguería” pueda ser un lugar donde abundan los “verguerones”, que producen vergas o varas, es decir los sauces que en esta zona del Adaja al norte de Cantazorras, ciertamente, abundan.

El poema acaba con otra palabra desconocida para mí y que tampoco viene en el diccionario, se trata de “cardoncha”:

“Golondrinas y vencejos.
Cardonchas en el ribazo.
Ovejas rebuscadoras.
Sol poniente, sol dorado.
Visión admirable y pura
de un paisaje castellano.”

Cardo de cardador o cardencha.

Aunque este término, sí viene en algunas enciclopedias o guías botánicas para referirse a la cardencha o cardo de cardador (Dipsacus fulloum) que es el cardo que se utilizaba antiguamente para cardar tejidos, trabajo también conocido como perchar o afelpar. Y este cardado, perchado o afelpado se hacía precisamente golpeando con insistencia el paño con la inflorescencia de esta especie de cardo, ya que cada involucro termina en una especie de gancho o anzuelo ideal para esta tarea. Por tanto, la palabra cardar viene de cardo, concretamente de esta especie de cardo.
Precisamente, el cardo de cardador es bastante abundante en el tramo del río Arevalillo descrito en su poesía entre el molino Valencia y el puente de los Barros.
Grupo de cardos de cardador o "cardonchas" junto al molino Valencia.

Por lo tanto, leyendo o releyendo a nuestros antiguos autores, a nuestros viejos poetas, podemos conocer cómo era el paisaje en el momento en que ellos lo describían, cómo se encontraba nuestro patrimonio monumental o natural y, también, palabras o localismos que al caer en desuso han sido olvidadas pero que pertenecen, igualmente, a nuestro patrimonio cultural. Un patrimonio que fue contado de forma magistral por Marolo Perotas Muriel, un arevalense universal, desde el alba hasta el oraño.

En Arévalo, a 10 de julio de 2018.
Luis José Martín García-Sancho.

A continuación, reproduzco el poema de Marolo Perotas completo:

EL PUENTE DE LOS BARROS.

Podemos asegurar
sin temor a equivocarnos
que uno de los monumentos
más viejos y despreciados
de nuestra hidalga ciudad
es el Puente de los Barros.
Su antigüedad se remonta
a cientos y cientos de años:
Dicen algunos arqueólogos
que es obra de los templarios,
otros, que si de los godos
es su ejecución y ornato;
de lo que no cabe duda,
porque así está demostrado,
es que su traza y estilo
es puramente romano.
El puente que nos ocupa,
histórico y olvidado,
fue tuerto toda su vida,
mas al nacer le adornaron
con dos puertas ojivales
protegidas por dos arcos.
La de la parte de fuera
daba al silencioso campo,
y la de dentro, se abría
para cobrar los portazgos,
las prebendas, los impuestos
y otros derechos de «paso».
Cerrábanse los portones
para repeler asaltos
en las epidemias graves
portadoras de contagios,
en las traidoras sorpresas,
en los feudales agravios,
y cuando daba la «Queda»
el reloj de los milagros.
El puente, por su estructura,
tomó el nombre de los Arcos,
y al guardián de aquella mole
que era un astuto criado
de la iracunda nobleza,
la gente llamaba «El Diablo»,
por su rara vestimenta
y por su picudo casco.
El sujeto se ocultaba
siempre en el rincón más alto
del lienzo de la muralla
por almenas flanqueado,
y desde allí vigilaba
los caminos del Oraño.
He ahí por qué al rincón
que hay detrás de casa Hurtado
el pueblo, por tradición,
le llame «El rincón del Diablo».
En el transcurso del tiempo
desmoronaron los arcos,
desapareció el portillo,
los muros, el subterráneo,
la garita, los machones,
y hasta el rústico vasallo.
Una brecha en la muralla,
de ignominioso tamaño,
dio entrada a los de Medina,
Madrigal y Sinlabajos,
por lo que el antiguo
puente quedó apenas transitado...
En cuanto caen cuatro gotas
o surge cualquier chubasco,
la tierra arcillosa y suave
que se extiende en el barranco
se pega como la liga
a la suela del zapato
y se cogen..., sin querer,
unos amigables «zancos».
Esa tierra pegajosa,
ese lodo y ese fango
es el que dio nombre al puente
que llamamos de los Barros.
Ruinas, soledad, silencio,
un molino abandonado
que se puede aprovechar
y puede ser destinado
al desarrollo de industrias.
Chopos, verguerones, álamos.
El mezquino «Arevalillo»
vierte chorros plateados
por la incipiente pesquera.
La ermita, en el altozano
acurrucada y ascética
abre sus augustos brazos
a la fecunda llanura
del buen pan y el buen garbanzo.
Un arco de medio punto
retador y solitario.
Golondrinas y vencejos.
Cardonchas en el ribazo.
Ovejas rebuscadoras.
Sol poniente, sol dorado.
Visión admirable y pura
de un paisaje castellano.
(Marolo Perotas Muriel).

APÉNDICE FOTOGRÁFICO:


Vista del puente de los Barros desde el Rincón del Diablo.

Molino Valencia

Sauce blanco en el Río Arevalillo, nombrado como "verguerón" por Perotas.

Grupo de "cardonchas" en el molino Valencia, citadas por Perotas .

Cerro de cantazorras

Arriba y abajo, lo que popularmente se conoce como la "Verguería".

Lugar conocido como "casas de la Alberguería".

Cordel Real de Merinas de Arévalo al puente Runel.

Restos de la muralla medieval conocida como el Rincón del Diablo.

"Camino de las Monjas" o "Parada de las Mulas" en Aldeaseca.

"Camino del Lavajuelo" situado al oeste de Arévalo, que atraviesa el paraje conocido como "el Oraño".





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