jueves, 7 de noviembre de 2013

EN EL BOSQUE HERIDO


EN EL BOSQUE HERIDO


Entonces Braulio les llamó a voces para que se juntaran bajo el olmo y sentado a horcajadas en una de las ramas más bajas les contó la historia del bosque herido:

"Los tres amigos se acercaron al bosque herido.
        Aunque sus ojos miraban lo mismo, en cambio, cada uno veía algo diferente.
- Las leyes humanas -dijo Onamu-, permiten que este bosque sea urbanizado para el necesario desarrollo rural de nuestros pueblos. La ley de suelo de 1998, en su artículo 10 dice claramente: “todo suelo que no tenga la condición de no urbanizable, tendrá la consideración de suelo urbanizable”. Nada podemos hacer para salvar este valioso bosque pues cumple con la normativa vigente.
- Las leyes divinas -añadió Sesoid-, erigieron al hombre como centro de la creación: “Creced y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla”. Por tanto puede imponerse al bosque para su disfrute. He aquí un claro ejemplo de como el hombre puede dominar a la naturaleza y someterla a su antojo.
- Amigos -repuso Arutan-, estaréis de acuerdo conmigo en que el hecho de que este bosque desaparezca es una necedad. Pensad en lo mucho que lo disfrutamos y en todo lo que nos aporta. Recordad que las leyes humanas son efímeras, que las leyes divinas son invención humana y que sólo las leyes naturales perduran.
         Comenzó a llover con fuerza. Los tres amigos hubieran preferido no mojarse. Pero llegaron a casa empapados."

Pero, cuando Braulio acabó de hablar se dio cuenta de que nadie le escuchaba, pues estaban todos embobados pidiendo un autógrafo a la estrella del momento que, casualmente, pasaba por allí: la rutilante Leticia Caracolejo, cuyo principal mérito para la fama había sido el noviazgo, casorio y divorcio, todo ello en el tiempo récord de tres meses, con el torero del momento, Francisquín de Gonadal.

En Arévalo, a siete de noviembre de 2013.
Luis J. Martín

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