sábado, 14 de febrero de 2015

TROICA CUATROPEA

Mucho se está hablando de la troica como órgano de decisión en asuntos económicos, sociales y políticos de la Unión Europea.

Al parecer, el origen de la palabra es ruso, troika: trineo tirado por tres caballos.

Castellanizada, troica se define como un equipo dirigente integrado por tres miembros. Al menos es la acepción que da el diccionario de la Real Academia Española.

El caso es que no me salen las cuentas, porque siempre que en los diferentes medios de comunicación se habla de la troica europea se suele referir a la presidenta del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, al presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, al presidente de la Unión Europea, Jean-Claude Juncker y, esto es lo que ya no me cuadra, a la primera ministra de Alemania, Angela Merkel que, si las matemáticas no fallan, suman cuatro miembros, no tres.


Por si acaso, he buscado “cuatroica” por si viniera en el diccionario de la RAE pero no viene, me remite a “cuatrinca” que se aplica a un tribunal de cuatro miembros en las oposiciones a cátedras, una acepción demasiado académica para el uso que los medios dan al término. También, me remite a “cuatropea” que lo define como, 1: Derecho de alcabala (impuesto) por la venta de caballerías en los mercados. 2: Bestia de cuatro pies (sí, pies no patas, lo cual puede estar abierto a interpretaciones) y 3: Lugar de la feria donde se vende el ganado.

Es curioso pero, sin saber muy bien por qué, cuando he leído las acepciones me ha parecido más apropiada la palabra cuatropea para designar a la troica europea de cuatro miembros tan cacareada en medios de comunicación. Veamos si tiene algo de fundamento o, simplemente, se trata de una elucubración mía.

La troica europea exige a los países miembros el pago de una deuda que han adquirido los diferentes gobiernos y que, en cambio, los ciudadanos somos los auténticos paganos. Para la palabra “pagano”, nuevamente la RAE da la siguiente definición: Persona que paga, generalmente por abuso, las cuentas o las culpas ajenas. Vamos, que no hay una acepción que se acerque más a la realidad.

Pero, curiosamente, muchos gobiernos de los países miembros lo único que pueden pagar de la deuda, adquirida por ellos mismos para salvar su sistema financiero, son los intereses que genera y que cada año la hacen mayor. La deuda, entonces, se convierte en algo impagable y la troica europea, lejos de suavizar la presión, la aumenta obligando a los estados miembros a recortar en derechos sociales básicos, convirtiéndonos a los ciudadanos en paganos de este abuso creado por cuentas y culpas ajenas. Como ven, efectivamente la troica europea se convierte en cuatropea.

Tratan a los ciudadanos como ganado al recortar en sanidad, vivienda, educación, investigación, medio ambiente... aceptando las condiciones de una deuda impagable. Por  lo tanto, se puede decir que venden a sus propios ciudadanos como ganado porque les quitan derechos sociales básicos recogidos por la Constitución. Nuevamente, la troica europea se comporta como cuatropea al convertirse en el lugar donde se vende el ganado, es decir donde se venden a los sistemas financieros los derechos de los ciudadanos europeos más desfavorecidos, en muchos países, una gran mayoría de la población.

La troica defiende más los intereses de la banca y empresas energéticas que las necesidades básicas de los ciudadanos. Se comporta como una auténtica plutocracia, de hecho lo es, donde siempre priman decisiones que favorezcan a los poseedores de las fuentes de riqueza. Muchos gobiernos han obedecido ciegamente a la troica, incluido el nuestro, de ahí la reforma del artículo 135 de la Constitución Española pactada entre PSOE y PP en 2011 y que da prioridad absoluta al pago de la deuda pública en los presupuestos generales, sin enmienda o modificación posible y por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos. Vergonzoso, ¿verdad? Ahora encaja todo, dice el refrán que no hay que buscar tres pies al gato pero, sin lugar a dudas, si buscas cuatro pies a la troica los encuentras: FMI, BCE, UE y Alemania.

¿Qué derecho tiene Alemania de regir sobre los ciudadanos europeos?, ¿qué derecho tiene el FMI?, ¿qué derecho tiene el BCE?, incluso, ¿qué derecho tiene el presidente de la CE de favorecer intereses económicos por encima de los intereses básicos de los ciudadanos europeos? Así que, finalmente, puedo decir sin temor a equivocarme que la troica se está comportando como la segunda acepción de la palabra cuatropea, como una auténtica bestia de cuatro pies.


Lo peor de todo es que el resto de los ciudadanos, además de paganos, nos comportamos como ganado que se puede comprar o vender en la feria de los intereses, pues aceptamos sin inmutarnos que la troica cuatropea negocie con nuestros derechos, eso sí, preservando siempre los suyos.

Arévalo, a 14 de febrero de 2015.
Luis J. Martín García-Sancho.


 

viernes, 6 de febrero de 2015

PAPELES EN LA TRASTIENDA


SEAT 600
CUANDO COMPRAR UN COCHE NO ERA TAN FÁCIL.
SEAT 600  de Domingo Martín Castelló en 1962. Dentro sus nietos Luis José y Julio César. (Álbum familiar)

Curioseando viejos papeles de mi tienda he encontrado una serie de documentos referentes a la compra de un coche.

El primer escrito es la copia de una petición de un 600 por parte de Domingo Martín Castelló, mi abuelo, a la Sociedad Española de Automóviles de Turismo, S.A, con acrónimo mucho más conocido: SEAT.

La fecha de esta carta es de 15 de junio de 1960.

Esta es la transcripción: "

15 de junio de 1960

(Valderribas, 75

Madrid – 7)(anotación a mano)

Sociedad Española de Automóviles de Turismo

Madrid


Muy Sres. mios:

                             Formulo la presente, rogando a ustedes den las órdenes oportunas para que me sea adjudicado un automóvil

SEAT tipo 600

                             Espero confirmen esta petición, y si es posible me digan fecha aproximada de entrega, precio y condiciones habituales de pago.

                             En esta espera, saluda atte."

 
El 11 de agosto de 1960 contesta la SEAT de la siguiente manera. Ni siquiera es una confirmación de pedido, tan solo “toman nota” de los deseos de mi abuelo de adquirir un coche. Dan de plazo, como mínimo, ¡seis meses para conseguir un 600!:

Al parecer el dicho de “el que tiene padrino se bautiza” estaba muy vigente es esos años. Por eso ante la tardanza de la SEAT y un intento fallido cuatro años atrás con la citroen, tal y como se aprecia al margen escrito a mano, mi abuelo busca alguna influencia según esta carta de 11 de noviembre de 1960:
El caso es que este padrinazgo no debió ser muy efectivo y la cosa siguió su curso normal. El 24 de febrero de 1961, ocho meses después de que el bueno de Domingo solicitara su 600, recibe la esperada confirmación de pedido por parte de la SEAT:

En el mejor de los casos, ¡siguen faltando seis meses!

Enseguida Domingo Martín hace entrega del anticipo de 3.500 pesetas, el 5% del precio del coche que era 70.000 pesetas, una fortuna para la época. Esta es la copia de la comunicación del ingreso de 3.500 pesetas en el Banco Español de Crédito de 4 de marzo de 1961:
En agosto de ese mismo año nací yo. Se puede decir que no llegué con un pan bajo el brazo, como era el uso de la época, sino con un flamante SEAT 600, según el siguiente documento fechado el 23 de agosto de 1961.
Al haber sido viajante, mi abuelo había recorrido España de cabo a rabo, en tiempos ciertamente difíciles, pero siempre en transporte público. Jamás condujo este coche ni ningún otro, nunca tuvo carnet de conducir ni le atrajo la idea de sacárselo. Le entregaron el coche catorce meses después de solicitarlo.
Eran otros tiempos.
César Martín y Luis J. Martín en 1962. (Álbum familiar).
 
Arévalo, a cuatro de febrero de 2015.
Luis J. Martín García-Sancho.