viernes, 30 de noviembre de 2012

PLUTOCRACIA


¿Quién nos gobierna?

¿Hemos elegido a nuestros gobernantes?


            La plutocracia es un sistema de gobierno en el que el poder lo ostentan quienes poseen las fuentes de riqueza. Se puede decir que es una oligarquía en la que, además, está reservado el derecho de admisión.

            ¿Realmente nuestro gobierno gobierna para el pueblo?
   
A La izquierda último Gobierno del PSOE,   a la derecha actual Gobierno del PP

            Sinceramente, no lo parece. Gobiernan para o al dictado de instituciones tales como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Central Europeo y para grandes empresas energéticas, de comunicaciones o financeras. Siguen sus órdenes aunque ello suponga la pérdida de derechos sociales, despidos, cierres, privatizaciones, desahucios, aumento del paro y pobreza. De esta manera, nuestros representantes se aseguran el futuro ingreso en los consejos asesores de estas empresas con unos sueldos desmesurados, mientras el grueso de los ciudadanos seguimos perdiendo poder adquisitivo.

            ¿Quién ha elegido a la directora del FMI o al del BCE? ¿Hemos elegido nosotros, los ciudadanos, a los directivos de estas instituciones, a los que fijan el precio de la energía?

            No, por supuesto que no.

            Entonces, ¿qué derecho tienen ellos a dirigir nuestro futuro?

            Ninguno.

            Dicen que es por la deuda. Que España, para ser un país respetado, debe pagar su deuda.

            ¿Qué deuda?

            Yo no debo nada a nadie.

            Cuando dicen esto, se entiende que es la deuda que los bancos o empresas financieras han adquirido por negocios de alto riesgo que les han salido mal y por eso han tenido que rescatarlos, socializando estas pérdidas. Pero, por otro lado, grandes bancos publican beneficios millonarios cada año. Un banco, como cualquier otra empresa, debería responder ante sus malos actos o ante sus equivocaciones, únicamente, con su capital o con sus bienes, como cualquier hijo de vecino, especialmente cuando sus directivos cobran al año millones de euros. De eludir esta responsabilidad, estarían cometiendo un delito contra la sociedad. Al menos así lo vieron los ciudadanos islandeses y no pagaron la deuda adquirida por grupos financieros. Fue muy simple, se negaron a pagar y acusaron a los responsables de estas entidades por haber cometido un delito.

            Entonces, ¿por qué nuestros políticos nos castigan a los ciudadanos con subidas de impuestos, de la tarifa eléctrica, de los carburantes, con pérdida de derechos sociales?, ¿por qué nos hacen responsables de los malos actos de un reducido grupo de privilegiados?, ¿por qué socializan las pérdidas del sector financiero en el que sus directivos cobran cifras astronómicas? Esta práctica, tan insolidaria y muy extendida en la actualidad, se conoce con el eufemismo de neoliberalismo económico que no es otra cosa que un capitalismo salvaje en el que siempre ganan unos pocos que, curiosamente, son siempre los mismos y siempre perdemos todos los demás.

            Pero, ¿por qué tengo que pagar yo la deuda de estos malos banqueros?

            No les he pedido nada, no les debo nada

            Para mi corto entender, nuestros gobernantes electos hacen todo lo contrario a lo que la sociedad les demanda. Con un 26% de paro, y ante el estallido anunciado de la burbuja del ladrillo, ¿crean empleo?, al contrario lo destruyen, ¿bajan los precios para que aumente el consumo?, no, suben el IVA, permiten que suba la luz, los carburantes, los artículos de primera necesidad y los culturales para que el consumo se desplome. Nuestros gobernantes, al dictado de la élite financiera, abaratan el despido, paralizan obras públicas, aumentan la edad de jubilación, suben impuestos de productos de consumo diario, disminuyen prestaciones sociales, congelan oposiciones, suben tasas académicas, judiciales, sanitarias. Consiguiendo que derechos fundamentales como la vivienda, la sanidad, el trabajo, la justicia o la educación, sean un privilegio para ricos. Cuando todos sabemos que la cultura para ricos es incultura y la justicia para ricos es injusticia.

            Creo que nuestros gobernantes están jugando con fuego porque un pueblo discriminado es potencialmente peligroso o, en el mejor de los casos, se hace radical en sus planteamientos. Cuando unos pocos estrangulan a una gran mayoría social es lógico que reaccionemos contra la mano que nos aplasta.

            Siempre he pagado orgulloso a la Seguridad Social porque es un organismo solidario del que depende una sanidad para todos, las pensiones, el paro. Ahora quieren privatizar la sanidad. Pero, eso sí, sin dejar de cobrar las cotizaciones a la seguridad social. Pretenden cobrarnos por lo que ya pagamos, por lo que estamos pagando cada mes, en mi caso desde hace treinta años. Ahora pretenden clasificar a los enfermos según sean rentables o no para un sistema sanitario nuevo, pero terriblemente insolidario, ya que un enfermo no debe ser considerado como un cliente sino, simplemente, como un paciente y atenderle lo mejor posible. Al menos con esa intención pago la seguridad social puntualmente el último día de cada mes. Para que todos seamos atendidos por igual, independientemente del coste de nuestro tratamiento. Así ha sido siempre y así debe continuar.

            No podemos permitir que nadie venga a desbaratarnos un sistema que funciona y que siempre se ha puesto como ejemplo. No podemos permitir que los gobernantes que han salido de las urnas den la espalda a los que les votaron y a los que no les votaron para seguir el turbio dictado de oscuros intereses financieros que pretenden cobrarnos una deuda que ellos mismos han creado a través de una herramienta que dominan a la perfección: la especulación.

 

            Especulan con los precios, con la energía pero también con nuestro trabajo, con nuestra vivienda, con nuestra salud, con nuestra cultura y los hacen suyos sin serlo.

            ¿Realmente nuestro gobierno gobierna para el pueblo?

            La plutocracia es un sistema de gobierno en el que el poder lo ostentan quienes poseen las fuentes de riqueza. Se puede decir que es una oligarquía en la que, además, está reservado el derecho de admisión.

            ¿Hemos elegido a nuestros gobernantes?

         ¿Quién nos gobierna?

Arévalo, 30 de noviembre de 2012
Por: Luis J. Martín
 
 
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1 comentario:

  1. Un pueblo discriminado es potencialmente peligroso. Cierto pero sólo potencialmente, porque en la práctica vocea, protesta pero traga. Traga con todo aunque sean los mayores recortes sociales de la historia, empezados por los socilistas y continuados y mucho más recortados por los populares.

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