Laguna del Lavajuelo, Aldeaseca, con el cerro Gorría y La Serrota, completamente nevados, al fondo.
El agua tiene memoria, aunque al hombre se le olvide.
La especie humana se empeña en robar al agua su territorio, ocupar cuencas de río, desviarlas, urbanizar en la costa, en las riberas, desecar zonas húmedas.
Pero el agua nos recuerda una y otra vez que volverá a pasar por donde pasaba o volverá a inundar la cuenca desecada.
Les muestro algunos ejemplos de lo dicho. Cómo el agua recupera lo que siempre ha sido suyo, solo hace falta que llueva copiosamente, como así ha ocurrido en los últimos días.
- Arroyo de la Mora.
A este modesto arroyo, de unos 15 km. de rrecorrido, que nace en Montuenga y desemboca en el Adaja en Arévalo, para eliminar el paso a nivel de la carretera del cementerio con el ferrocarril, hace unos 28 años, se desvió su cauce por la cuneta de la nueva carretera del cementerio, la de Donhierro. Ese mismo invierno, el de 1996-97, las lluvias fueron copiosas y el modesto arroyo se comió la carretera del cementerio. Estuvo cortada más de un mes.
¿Se subsano el error?, ¿se recuperó su antiguo cauce?, pues no, simplemente se arregló la carretera y se reforzó la cuneta con hormigón.
En estos días, del 18 al 20 de enero de 2024, las lluvias han sido muy copiosas y ha vuelto a pasar lo mismo que ya pasó hace 27 años, la riada del arroyo ha saltado la carretera y ha hundido y desplazado el asfalto en varios tramos. Por lo que la carretera del cementerio ha tenido que ser cortada nuevamente.
No aprendemos. Seguro que volverán a arreglar la carretera y dejarán el cauce del arroyo desviado y dentro de unos años pasará lo mismo. El agua tiene memoria, aunque al hombre se le olvida.
Socavones y corrimientos producidos por la riada del Arroyo de la Mora el 20/01/2024.- Arroyo de Palacios Rubios o del Lugarejo:
A la altura de la Lugareja pasa el cauce de un modesto arroyo que recoge el agua de una buena parte de los términos de Nava de Arévalo y Aldeaseca. Además dio energía a tres molinos o aceñas harineras hasta la década de los sesenta del pasado siglo, Los molinos de las Monjas de Arriba y de Abajo, en el Lugarejo, y el molino del Cubo, cerca de su desembocadura en el Arevalillo.
Este arroyo ha sido maltratado desde hace muchos años, su cauce ha sido roturado, ocupado, arado, desviado, vallado... en varios puntos, por los dueños de algunas parcelas agrarias que atraviesa.
Con estas últimas lluvias el mortecino arroyo ha renacido con todo su esplendor. Su espectacular riada, ha roto caminos que lo atravesaban sin respetar la zona de vadeo. Ha anegado tierras de labor que ocupaban su cauce. Ha tumbado cercas que lo atravesaban.
Otro ejemplo de que el agua tiene memoria, aunque al hombre se le olvide.
Arriba: arroyo de Palacios Rubios a la altura de la Lugareja anegando tierras aradas.
Abajo: la riada del arroyo de Palacios Rubios a roto uno de los caminos que lo atravesaban sin respetar su cauce.
Arriba: el arroyo de Palacios Rubios cerca del Lugarejo, ha anegado algunas tierras y recuperado su antiguo cauce.
Abajo: Arroyo de Palacios Rubios o del Lugarejo pasando por el molino de las Monjas de Arriba.
Pero con las últimas lluvias las tierras de labor que ocupaban la laguna del Lavajuelo, a pesar de estar drenadas, se han inundado para recordarnos que el agua tiene memoria, aunque al hombre se le olvide.
Arriba: Laguna del Lavajuelo con los lavajos de los Ejidos por detrás y la sierra de las parameras al fondo.
Arriba y abajo: laguna del Lavajuelo con el cerro Gorría y la Serrota al fondo.
© Imágenes: LJM.
Buen artículo, como siempre. El agua tiene memoria pero el ser humano no.
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