miércoles, 20 de enero de 2021

CHEMA, UN ORNITÓLOGO DE ALTOS VUELOS

 



Chema, un ornitólogo de altos vuelos.

A sus 54 años, José María García Jiménez, “Chema”, es todo un referente en el estudio de las aves, especialmente, en Ávila. Y no me equivoco ni un ápice al decir que es uno de los más expertos ornitólogos, ya sea a nivel local, regional o nacional. Aunque él prefiere ser considerado un pajarero.

Nació en Gallegos de Altamiros en 1966 y aunque se fue a vivir a Ávila con solo un año, ciudad en la que reside actualmente, no ha perdido su vínculo con el pueblo, donde ha plantado decenas de árboles, mantiene los pequeños huertos de su padre y conserva los muros de piedra.

Profesionalmente, es técnico auxiliar de carreteras y, por tanto, personal fijo de la consejería de Fomento de la Junta de Castilla y León. Pero, en sus ratos libres, su verdadera pasión son las aves. Según dice, cuando era joven voló en parapente durante varios años para saber interpretar el vuelo de las aves veleras.

Cuenta, que el gusanillo del campo se lo inculcó su abuelo, que era un furtivo de los de aquellos tiempos. Los programas del Hombre y la Tierra de Félix Rodríguez de la Fuente y varios amigos con los que compartía inquietudes de infancia y juventud, le hicieron cambiar el tirachinas por los prismáticos.

Fue socio fundador de ADECAB, mítica asociación que, durante casi dos décadas, se dedicó al estudio y la defensa de los ecosistemas abulenses. También perteneció a ADENEX y a la Sociedad Española de Herpetología. Actualmente es miembro de la Sociedad Española de Ornitología.


Ha participado en innumerables trabajos de campo dedicados al estudio de la naturaleza, sobre buitre negro, buitre leonado, águila real, águila imperial, halcón peregrino, milano real, avutarda, aves acuáticas, migración de aves por el estrecho de Gibraltar, cigüeña blanca, cigüeña negra, grulla, anfibios y reptiles, lobo, atlas de fauna, guías de aves, zonas húmedas, arbolado, fauna atropellada… entre muchos más. En algunos casos, como destacado colaborador, en otros, como coordinador.

Desde el año 2009 censa de forma prácticamente continua las lagunas de El Oso, uno de los parajes naturales más destacados de La Moraña, con un prestigio a nivel internacional fuera de toda duda. El primer año por encargo de la fundación Global Nature para el Ayuntamiento de El Oso, con nuestro común amigo Pepe Rodríguez.  Después, como él dice, por inercia, para el blog del que es editor: “Aves Acuáticas de La Laguna de El Oso (Censos Quincenales de La Laguna de El Hoyo, El Oso, Ávila)”. Salvo contadas excepciones, ha realizado censos de la laguna del Hoyo, cada quince días y durante un periodo de once años, los cuales publica puntualmente en su blog, al que ayuda a mantener M. Cruz González. En estos censos han participado de forma puntual la flor y nata de la ornitología abulense.

Ha publicado varios artículos sobre sus trabajos de campo. El último es:  La Grulla Común (Grus grus) migración e invernada en la laguna del Hoyo, El Oso, Ávila. 2010-2020. II jornadas nacionales sobre grulla común en España. Pero tiene otras publicaciones sobre anfibios y reptiles, milano real, buitre leonado y vertebrados muertos por causas no naturales. Además, ha participado como colaborador en decenas de publicaciones. Por poner dos ejemplos cercanos: “Guía de las aves de La Moraña y Tierra de Arévalo” o “La avutarda en Ávila y Madigal-Peñaranda”.

Chema dedica a las aves todo el tiempo libre que le permiten sus obligaciones familiares o laborales. Y dice que lo que más le ha decepcionado en su relación con natura es la destrucción progresiva de sus hábitats. Reconoce que su afición le ha aportado momentos inolvidables, muchos amigos y algún que otro coscorrón con otros colegas. Confiesa que, con la experiencia vivida, no volvería a hacer ciertas cosas, pero que eso ahora no tiene sentido, pues si no las hubiese hecho no habría llegado hasta aquí, a lo que es actualmente. “El balance, por supuesto, es positivo. y disfruto como un niño con zapatos nuevos saliendo al campo y haciéndome constantemente preguntas de por qué este pájaro hace o viene o va”.

A nivel personal, he de reconocer que he tenido la inmensa suerte de contar con su colaboración en varios trabajos de campo y, desde que nos conocemos, que ya ha llovido y se ha secado, con su grata amistad, lo que nos ha llevado a compartir momentos inolvidables en plena naturaleza.

En Arévalo, a 31 de octubre de 2020.

Luis J. Martín.

(Publicado en La Llanura número 138, de noviembre de 2020)




Fotos de Pepe Rodríguez y LJM: Luis J. Martín.



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