martes, 6 de noviembre de 2018

DEJADME



DEJADME

Dejadme salir, dejadme.
No me atéis corto a la estaca
clavada en el duro suelo
de obligaciones creadas.
Dejadme libre en el campo
dialogando con los pájaros,
trasteando entre los álamos
y entre los rastrojos bajos.
Dejadme salir, dejadme.
Dejad que arranque la estaca
a la que me habéis atado
con una soga de aire,
con una cuerda de agua
y un sedal de nube blanca,
nube que oculta el camino
y cubre toda la estancia.
Dejadme salir, dejadme,
¿no veis que me está esperando?
No me impidáis que me vaya.
Dejadme he dicho, dejadme.
¡Espera, espera, no partas!
Espérame en la alameda
bajo las desnudas ramas,
quiero ser libre contigo
y amarte como te amaba,
como te amo ahora mismo,
como te amaré mañana.

En Arévalo, a nueve de octubre de 2018.
Luis José Martín García-Sancho.

"y un sedal de nube blanca".





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