Foto: Luis J. Martín
En un mar de soledades
se pierde la muchedumbre
sin gloria y con
vanidades
de estar llegando a
la cumbre.
Y miran con pesadumbre
al valle verde y frondoso
de la infancia, de la
lumbre,
del recuerdo cariñoso.
A paso lento
y nervioso
se alejan de la llanura
y con un gesto orgulloso
recomponen su figura.
Nadie dice ni murmura,
no deben hablarse atentos
ni pueden mostrar
ternura,
tragarse los desalientos.
Arriban sus pensamientos
al puerto de
dignidades,
caminan lentos, muy
lentos
sin ver sus debilidades,
no parecen muy contentos,
en un mar de soledades
alcanzan los sentimientos
la cumbre de vanidades.
Arévalo, 26 de marzo de 2014
Luis J. Martín
García-Sancho.
Foto: clandestinodeactores.com
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