jueves, 13 de marzo de 2025

Divide y vencerás

 


“Divide et vinces”.

Don Mas es una persona rica, muy rica.

Pedro es un trabajador serio, responsable, cumplidor, comprometido con sus compañeros. Trabaja para Don Mas.

Pablo es un buen trabajador, compañero y amigo de Pedro.

Pedro reclama a Don Mas unas horas extras que toda la plantilla ha hecho el mes pasado. Lo reclama para todos sus compañeros. Sabe que les corresponden y que no tienen nada que perder, al contrario, lo que pide es justo y beneficia a toda la plantilla.

Don Mas niega el que esas horas extras se hayan realizado y rechaza pagarlas. Don Mas sabe que Pedro es una persona carismática, querida y respetada por sus compañeros.

Pablo, por su parte, también reclama las horas extra, alegando que sí las han hecho.

Don Mas le dice a Pablo que ya ha pagado las horas extras a Pedro, porque le dijo que ese día sólo había trabajado él.

Don Mas sabe que lo que dice es mentira, pero enseña a Pablo una nómina falsa en la que aparece el nombre de Pedro y el número de horas extras que reclaman. Y le dice que él ya ha cumplido, que reclamen a Pedro por mentir. Cuando sabe que el mentiroso es él.

Don Mas sabe que Pablo tiene una hija adolescente y añade que Pedro ha hecho un comentario poco apropiado sobre ella.

Pablo se enfada y pregunta qué ha dicho de su hija. Don Mas le contesta que se lo pregunte a Pedro, que él es incapaz de repetirlo, que le da vergüenza. Pero que prefiere avisarle, no sea que Pedro sea un pederasta.

Pablo se siente traicionado por su amigo. Va en su busca, le pregunta qué le parece su hija. Pedro responde que es una preciosidad de niña… y muy inteligente, iba a añadir, pero el puñetazo de Pablo directo a la boca no le deja terminar.

Pedro y Pablo se enzarzan, hasta que algunos compañeros logran separarlos.

Don Mas saborea su victoria con una sonrisa. Divide y vencerás.

Sin mancharse las manos y sin arrugarse el traje, el bulo ideado por Don Mas ha dado los frutos deseados.

El caso es que, dos días después, Pedro se despide porque no aguanta la tensión a la que ahora le someten sus compañeros, porque le creen traidor, mentiroso y pederasta.

Al día siguiente, Don Mas despide a Pablo por agredir a un compañero durante el trabajo, causa de despido procedente.

Bien le ha salido la mentira a Don Mas. Se ha ahorrado el pagar horas extras y se ha librado de los dos únicos trabajadores que se habían atrevido a reclamarlas.

Ahora puedes llevar esta historia ficticia a la vida real. Cada día la clase dirigente, enfrenta a los componentes de clase trabajadora, usando los bulos de “están destruyendo la clase media” o el de “se rompe España” o ese de “el gobierno nos roba”, para que nos peleemos entre nosotros y nos olvidemos de asuntos vitales que están intentando desmantelar, como la sanidad o la educación públicas, el derecho a una vivienda digna o a un trabajo bien remunerado en el que se pueda conciliar, sin problema, con la vida familiar y el ocio.

Ese enfrentamiento da sus frutos, produce disputas entre nosotros, los trabajadores, y con nuestras peleas les hacemos el trabajo sucio.

Los dirigentes, los poderosos, los extremadamente ricos, con sus bulos, consiguen lo que quieren, que sin pagar nada, sin coste alguno, sigan manteniendo sus privilegios y sus multimillonarios beneficios, sin ensuciarse las manos, sin arrugarse sus preciosos trajes.

Así, ellos podrán seguir pagando 250.000 euros por tres noches de hotel en una paradisiaca isla con playa exclusiva, mientras que la clase trabajadora, que se cree clase media por poder clavar su sombrilla en una playa masificada, discuten entre ellos por clavar su sombrilla en un metro cuadrado en segunda o tercera línea. Para después ponerse de acuerdo entre ellos porque “este gobierno nos roba” y “están rompiendo España”.

Y cuando, por casualidad, el poderoso que ha lanzado esos bulos ve unas imágenes de una playa española masificada, no puede evitar que una sonrisa ilumine su rostro, mientras piensa: qué necio es el pobre que, en su miseria, se cree rico y se alía con él.

En Arévalo, a trece de marzo de 2025.

Luis J. Martín.