miércoles, 7 de diciembre de 2016

VOLUNTARIADO EN EL AREVALILLO


Grupo de voluntarios plantando un pino. Foto: Julio Pascual

El pasado 20/11/2016 se realizó una campaña de voluntariado en el entorno del paseo fluvial destinada a la limpieza del terreno y a la plantación de algo más de 200 árboles.
La jornada pudo celebrarse gracias a una subvención para actividades de voluntariado ambiental que la Diputación Provincial de Ávila concedió al Ayuntamiento de Arévalo cuyo importe era de 2500 euros, de los cuales la Diputación aportaba 2000 y los 500 restantes el Ayuntamiento de Arévalo , que fue quien se encargó de dotar el material necesario para la plantación de árboles y para la limpieza de cuestas.
Los árboles comprados para la ocasión con el dinero de la subvención eran en su mayoría pino piñonero (Pinus pinea) y encina (Quercus ilex), aunque también había unos diez pinos silvestres (Pinus sylvestris) y diez acebos (Ilex aquifolium), estas dos últimas especies consideradas foráneas en la zona que nos ocupa.
Francisco Durán Vian (Fran) se encargó de los preparativos para que el Ayuntamiento solicitara la subvención. También de hacer el llamamiento para que los voluntarios acudiesen y de la planificación y organización.
La actividad consistió en la forestación y limpieza de la ladera este del río Arevalillo en el tramo comprendido entre los puentes de los Barros y de los Lobos, uno de los tramos de ladera más deteriorados tanto por la falta de vegetación arbórea como por los desechos de todo tipo arrojados por incívicos desaprensivos.
Aunque según todos los pronósticos meteorológicos la mañana amenazaba lluvia, a las 10:00 acudieron a la cita 75 voluntarios con ilusión y ganas de trabajar en favor del medio ambiente arevalense. Y lo cierto es que el agua respetó bastante la jornada, pues solo cayeron unas pocas gotas que, hasta cierto punto, se agradecieron porque refrescaban los calores derivados del trabajo y del esfuerzo.
Fran se encargó de dirigir la plantación con la ayuda de personal del Ayuntamiento y la presencia de Agustín Carpizo, concejal de medio ambiente. Todos los asistentes se dividieron en dos grupos: El primero, con menos aptitudes para la movilidad en ladera, se encargaría de la plantación y limpieza en terrenos con pendiente suave propios del fondo del valle. Y el segundo realizaría las mismas faenas pero en las zonas con una pendiente más acusada, que ocupan la mayor parte del terreno a forestar.
Mientras el primer grupo empezaba a plantar con los aperos necesarios facilitados por el Ayuntamiento (guantes, azadones, azadas, azadillas, palas...) el segundo comenzaba la limpieza de las cuestas en la zona de mayor pendiente con guantes y bolsas de basura.
Grupo de voluntarios plantando en la parte baja de la ladera. Foto: Julio Pascual
Grupo de voluntarios en tareas de limpieza por la empinada ladera. Foto: Julio Pascual

La primera parte estaba programada que durara hasta las 11:45 pero se alargó casi media hora. Así que el cambio de turno se produjo a las 12:15. Los que habían estado limpiando en ladera pasaban a plantar en la misma zona y los que habían estado plantando en el fondo del valle pasaban ahora a limpiar. En este segundo turno de plantación, según las primeras instrucciones de Fran, se deberían haber plantado árboles por las zonas de ladera con pendiente acusada.
En torno a las 13:00 se hizo una parada para almorzar y, finalmente se terminaron de plantar los pocos árboles que quedaban. dando por concluidas las tareas de voluntariado hacia las 14:00 horas.

Ahora voy a pasar a analizar primero los aspectos positivos de la jornada y después los que, bajo mi punto de vista, se pueden considerar negativos.

1. Luces de la jornada de voluntariado:
- El éxito de asistencia de público a la campaña de plantación y limpieza, a pesar de los malos augurios del tiempo, es el primer dato positivo a tener en cuenta para animar a los organizadores a que se realicen campañas similares en el futuro.
- La ilusión y las ganas de trabajar por el medio ambiente de todos y cada uno de los participantes y el buen ambiente de trabajo, hicieron que las faenas de limpieza y plantación se convirtieran más en una fiesta que en un trabajo a pesar de la dureza de la labor efectuada.
Grupo de voluntarios en tareas de limpieza por la empinada ladera. Foto: Julio Pascual:

- La percepción de sentir como propio, por parte de los voluntarios,  algo que por ser municipal pertenece a todos los arevalenses, es uno de los principales logros a tener en cuenta en este tipo de trabajo con voluntarios. Al final de la jornada cada voluntario pudo sentir que el terreno plantado o limpiado, realmente, le pertenece o que pertenece a la colectividad.
- La intención de conservar, mejorar y embellecer a través del trabajo voluntario un espacio que, gracias al proyecto del paseo fluvial efectuado por Fran, cada vez es más frecuentado por una buena parte de los arevalenses y que ahora sienten como algo propio y digno de admiración y respeto.
Grupo de voluntarios plantando un pino. Foto: Julio Pascual

- Plantar árboles a través de voluntariado hace que sean respetados, vigilados y considerados como algo propio o al menos que no es ajeno a los arevalenses.
- En muchos casos el trabajo del voluntario no acaba tras la plantación o limpieza, ahora una buena parte de los voluntarios con sus comentarios a amigos y conocidos harán que cada vez más y más personas se interesen por el medio ambiente, lo cuiden y lo hagan respetar.
 - Todo lo anterior nos lleva a mantener limpio el espacio a cuidar su entorno y a sentirnos identificados con su fauna y flora.
También es tarea del Ayuntamiento ayudar a que esta actitud perdure en el tiempo.

2. Sombras de la jornada de voluntariado:
A continuación paso a explicar las debilidades de esta jornada de voluntariado que, por supuesto, nada tiene que ver con el trabajo realizado por los voluntarios sino, más bien por las deficiencias en la planificación y coordinación de estas y otras tareas tanto anteriores como posteriores a la jornada en sí. Y lo hago, no con la intención de faltar el respeto al Ayuntamiento, ni a Fran, ni mucho menos a los voluntarios, sino con la voluntad de que este tipo de actos mejoren en un futuro, aprendiendo de los errores que se puedan haber cometido.
Estas son, bajo mi punto de vista, las debilidades de la jornada de voluntariado ambiental:
- En la primera parte de la plantación se plantaron unos 130 ó 140 árboles, lo que quiere decir que la gran mayoría de los árboles se plantaron en la zona donde era menos necesario plantar, en el fondo de valle y proximidades, donde el terreno tiene menos pendiente que es, precisamente donde Fran había llevado a cabo el grueso de su actuación del paseo fluvial.
Árboles plantados próximos a la senda del paseo Fluvial. Foto Luis J. Martín.

- En cambio en la zona de mayor pendiente de las laderas, que ocupa la mayor parte de la superficie a forestar tan solo se plantaron unos 40 árboles ya que entre 15 y 20 se colocaron en la zona donde comienza el paseo por el puente de los lobos, una zona que ya había sido forestada anteriormente durante la realización del proyecto de paseo fluvial.
Zona de máxima pendiente con muy pocos árboles plantados. Foto Luis J. Martín.

- Entonces la zona más despoblada, la que mayor pendiente, corrimientos y erosión tiene fue plantada de forma claramente insuficiente. Siempre bajo mi punto de vista, las proporciones deberían haber sido inversas a como se llevaron a efecto, es decir, más de la mitad en ladera y menos de la mitad en fondo de valle.
- Bastantes árboles carecían de tutor (palo o caña que mantiene recto al árbol) o estaba roto, por lo que algunos ejemplares recién plantados acabaron tumbados en el suelo por efecto de la lluvia y el viento.
Pino piñonero tumbado por tener el tutor roto. Foto Luis J. Martín.

- En alguno de los árboles el hoyo de plantación era claramente insuficiente, por lo que quedaba una parte del cepellón por fuera lo que perjudica su supervivencia. Faltó, tal vez, una lección previa de cómo plantar un árbol correctamente.
Árbol con el cepellón insuficientemente enterrado. Foto Luis J. Martín.

- Alguno de los alcorques que se hicieron en torno a los árboles para que retengan el agua de la lluvia fueron destruidos al ser regados con mangueras desde el camión de los bomberos.
Árbol con el alcorque destruido. Foto Luis J. Martín.

- Ante la negativa de algunos voluntarios de plantar pinos silvestres y acebos, especies foráneas y poco indicadas para la zona elegida a forestar, ya que lo que se intentaba con la plantación era, en la medida de lo posible, naturalizar las cuestas, finalmente fueron plantados todos, en total 20, en lo alto de la ladera, en el paseo del Poniente. Por lo que si esos 20 ejemplares hubieran sido, por ejemplo pinos negrales (Pinus pinaster) se podrían haber añadido a los plantados en las laderas.
Acebo plantado en el paseo del poniente. Foto Luis J. Martín.

- Después de la jornada de voluntariado ambiental el concejal de Medio Ambiente, en lugar de ordenar poner los tutores que faltaban a los árboles tumbados, ordenó desbrozar una parte de la ladera donde hay gramíneas de unos 30 ó 40 centímetros de altura que sujetan el suelo de forma natural y que protegen del viento a los árboles plantados. 
Zona incomprensiblemente desbrozada. Foto Luis J. Martín.

- Por culpa de estos desbroces llevados a cavo en los últimos meses se han perdido varios de los pinos y encinas de bajo porte plantados en el paseo fluvial así como algunos arbustos y, también, ha sido dañado peligrosamente el tronco de algunos árboles plantados de mayor porte.
Encina destrozada tras un desbroce en el paseo fluvial. Foto Luis J. Martín.

A pesar de estos aspectos negativos, animo tanto a Fran como al Ayuntamiento a que sigan organizando jornadas de voluntariado ambiental para que se mantengan limpios espacios valiosos, se aprenda y ayude a forestar terrenos desnudos y erosionables y que continúen poniendo en valor las riberas y laderas de nuestros ríos en toda su extensión.
Entre todos conseguiremos una naturaleza cercana y esplendida al alcance de aquel que quiera disfrutarla, un aliciente más tanto para el turismo medioambiental, cada vez más en auge, como para aquellos vecinos que pretendan, simplemente, pasar un buen rato y pasear por algunos de los rincones más bellos de Arévalo, donde el hombre, la fauna y la flora vayan de la mano en armonía.
Ahora ya solo queda que, de una vez por todas, el Ayuntamiento solicite a la Confederación Hidrográfica del Duero el agua que el Arevalillo necesita para que el espacio esté al completo.
Recuerda que plantar árboles te acerca a la eternidad.

En Arévalo, a ocho de diciembre de 2016
Luis José Martín García-Sancho

Memoria fotográfica:
Algunos aspectos de la campaña de limpieza y plantación en la cámara de Julio Pascual:










Algunos aspectos negativos en la cámara de Luis J. Martín:

Pino piñonero destrozado tras un desbroce.
El pino silvestre es una especie alóctona, inadecuada parea estos terrenos

Pino piñonero dañado gravemente por el desbroce.


Zona de la muralla medieval muy erosionada y con grave riesgo de desplome, sin que haya sido suficientemente forestada

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