El
19 de noviembre de 2016 falleció en Madrid Luis García-Sancho, a la edad de 78
años. Un maldito cáncer nos arrebató la vida de una gran persona y un médico
brillante.
No
es porque fuera mi tío, hermano de mi madre, lo cierto es que solo tengo de él
gratos recuerdos, los que se tienen de buenas e íntegras personas. Tanto antes
como después de su muerte, son muchos los comentarios que de él he oído de
gentes muy diversas, tanto de grandes profesionales de la medicina, como de
humildes y casi anónimas personas que agradecían el trato recibido por mi tío
en algún momento en que su vida o la de algún ser querido se vio amenazada por
alguna grave enfermedad. Todos ellos coinciden en el trato cercano del médico y
en la generosidad y sencillez de la persona. Lo cierto es que la humildad hace aún más grande al sabio.
De
hecho a lo largo de su dilatada carrera como profesional de la medicina siempre
inculcó a los innumerables discípulos que por su cátedra pasaron, el amor y la
entrega a los enfermos, así como un trato amable. Por tanto, ha formado también
a grandes médicos y cirujanos que han tenido y tienen en él un ejemplo a
seguir.
En
este particular fui testigo privilegiado de la humanidad del profesional de la
medicina hacia el paciente: Hace unos 25 años estaba ingresado en el hospital
La Paz porque me habían operado de múltiples papilomas en la vejiga. Me habían
aconsejado que bebiera mucha agua, recuerdo que en poco tiempo había bebido más
de dos litros. Pero la sonda se obstruía con los coágulos procedentes de las
heridas, por lo que la vejiga se iba llenado de líquido cada vez más. Una de
las enfermeras la limpió metiendo a través de la sonda una solución salina que
hacía salir a los coágulos. Pero en poco tiempo se me había vuelto a taponar.
Ana había llamado al timbre para que acudiera la enfermera y ésta había dicho
que la sonda estaba bien.
Yo
sentía como la vejiga crecía y crecía por el líquido ingerido, sin que saliera
ni una sola gota a la bolsa. Ana volvió a llamar, la enfermera dijo que si me
seguía molestando me lo cambiaría el siguiente turno. Yo le dije que no era
molestia que era un dolor inaguantable que parecía como si me fuera a estallar
la vejiga. Pero no hizo nada por segunda vez.
Afortunadamente
llegó tío Luis. Venía vestido de paisano, había venido a ver a unos pacientes a
los que había operado por la mañana. Se lo contamos y fue a buscar a la
enfermera. Se identificó. Recuerdo que dijo: "Soy el doctor García-Sancho, jefe del Departamento de Cirugía", creo que el rostro de la enfermera palideció. Recuerdo, igualmente, que en ningún momento
levantó el tono de voz para decirle que hiciera el favor de desobstruirme la
sonda. Afortunadamente así lo hizo.
¡Qué
alivio! Si te das cuenta de la sensación placentera que experimentas al orinar después
de contenerte durante un buen rato, pues multiplícalo por mil, esa era mi
sensación de alivio.
Después,
con un tono de voz suave a la par que enérgico recriminó a la enfermera su
conducta haciéndola ver que un cambio de turno no era razón para tratar así a
un paciente, que su trabajo consistía, precisamente, en intentar paliar en lo
posible el sufrimiento del enfermo.
Sí,
así era como médico y como persona.
A
continuación voy a reproducir el artículo que sobre el Doctor Luis
García-Sancho se publicó en la Llanura de Arévalo hace casi dos años. Un momento
en el que miraba al futuro con ilusión tanto por su vida familiar en compañía
de su mujer, hijos y nietos, como por los proyectos que como académico de la
Real Academia de Medicina tenía entre manos, con la satisfacción, como siempre,
del trabajo bien hecho:
Luis
García-Sancho Martín
El Dr. García-Sancho, por
razones familiares, de amistad y de paisanaje, siempre se ha mantenido
vinculado a esta tierra y en no pocas ocasiones ha sido el cirujano, o cuando
menos, el consejero o asesor de muchos de sus vecinos en cuestiones de sus
enfermedades.
Aunque no nació en Arévalo
siempre se ha sentido arevalense pues vivió en esta Ciudad desde 1942, en la
que su padre ejercía como Médico Estomatólogo. Su lugar de nacimiento fue
Montuenga (Segovia), el 20 de enero de 1938, en cuya escuela pública comenzó la
enseñanza primaria, que continuó después en el Colegio de las Amantes de Jesús
de la Plaza del Real de Arévalo, para continuar con el Bachiller en el Colegio
Nuestra Señora de las Angustias. En su discurso de ingreso en la Real Academia
Nacional de Medicina dice: “Quiero recordar en este momento a D. Hilario Díez
Martín, el maestro con quien di mis primeros pasos en el mundo de la enseñanza
hasta el ingreso de Bachiller, y a todos los profesores del Colegio Nuestra
Señora de las Angustias, de Arévalo, donde preparé el Bachiller para ir a
examinarme “libre” al Instituto de Ávila”.
Durante sus estudios de
Medicina continuó su vínculo con Arévalo. Recuerda cómo los médicos D. Lucas
Gómez Fortado y D. Francisco Marcé Mauri le permitían hacer prácticas durante
sus estancias veraniegas y fines de semana.
Es licenciado en Medicina y
Cirugía por la Facultad de Medicina de Valladolid (1955-1962), con la
calificación de Premio Extraordinario de la Facultad, obteniendo el Premio
Nacional Fin de Carrera de Medicina de 1962.
Desde entonces su carrera es
brillante. Siempre por Oposición:
- En 1962 es Médico interno
en la Cátedra de Cirugía de Valladolid del Profesor Durán Sacristán, en la que
ejerce como Ayudante de Clases Prácticas y se forma y ejerce en la especialidad
de Cirugía General en el Hospital Provincial de Valladolid.
- En 1969, se traslada con
su Maestro, el Prof. Durán, a la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense
de Madrid, al Hospital Clínico de San Carlos, desempeñando los cargos de Jefe
Clínico de Cirugía y de Profesor Adjunto de Cirugía en la Facultad de Medicina
de la Universidad Complutense de Madrid.
- En 1972 presenta en esta
facultad su tesis doctoral que es calificada con Premio Extraordinario.
- En 1975 obtiene la plaza
de Profesor Agregado de Cirugía de la Facultad de Medicina de Bilbao, y pasa a
dirigir el puesto de Jefe del Servicio de Cirugía del Hospital de Basurto
(Bilbao) y Director del Departamento de Cirugía de la Facultad de Medicina de
la Universidad del País Vasco.
- En 1976 obtiene la Cátedra
de Cirugía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura en
Badajoz, así como Jefe de Departamento de Cirugía de la Residencia Sanitaria
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Badajoz. Durante su permanencia en esta
Universidad desempeña los puestos de Vicedecano de la Facultad de Medicina y de
Vicerrector de Investigación de la Universidad de Extremadura.
- Su última y más larga
etapa profesional (1982-2008) corresponde a la Cátedra de Cirugía de la
Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid. Durante este mismo
período ha sido, por concurso-oposición nacional, Jefe del Departamento de
Cirugía del Hospital Universitario La Paz de Madrid, y en dos etapas de este
lapso de tiempo, ha sido Director del Departamento de Cirugía de la Facultad de
Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, lo que significa la
responsabilidad de la organización y coordinación asistencial de todos los
servicios quirúrgicos del hospital y de las tareas docentes de las disciplinas
encuadradas en el Departamento de Cirugía en el conjunto de hospitales
adscritos a la Facultad de Medicina.
Además:
- Es Académico
Correspondiente de la Real Academia Nacional de Medicina desde 1990.
- Es Académico de Número
(sillón nº 21) de la Real Academia Nacional de Medicina desde 2005. -Es
Profesor Emérito de Cirugía de la Facultad de Medicina de la Universidad
Autónoma de Madrid, desde octubre de 2008.
- Es Coautor del “Tratado de
Patología y Clínica Quirúrgicas” en tres volúmenes y, también coautor del
“Compendio de Cirugía”. Dos obras de consulta para cualquier estudiante o
profesional de la cirugía.
También es autor de más de
200 publicaciones en revistas científicas españolas y extranjeras. Ha dirigido
y participado en varios proyectos de investigación. Ha dirigido 40 tesis
doctorales y ha sido miembro de centenares de tribunales.
- Como académico es
codirector y coautor del Diccionario de Términos Médicos de la Real Academia
Nacional de Medicina. Una herramienta para la normalización y el buen uso del
lenguaje médico en español que cuenta con 52.000 entradas y 65.000 acepciones e
incluye unos 35.000 sinónimos. Actualmente, participa en la segunda edición del
diccionario y en la elaboración de un Diccionario Panhispánico de Términos
Médicos en colaboración con las Academias de Medicina de habla hispana.
La actividad desarrollada
durante 46 años de ejercicio profesional comprende, como la de cualquier
docente clínico, tres facetas fundamentales: actividad asistencial, docente e investigadora.
Ha sabido imbuir a sus discípulos la necesidad de la formación continuada, el
espíritu de sacrificio y la abnegación que exige la práctica de la cirugía, la
honestidad, la honradez, el entusiasmo por la profesión, el amor y la entrega a
los enfermos, así como su trato afable. Bajo su dirección y supervisión se han
formado varios centenares de cirujanos generales o han recibido la formación
básica en cirugía general otros especialistas quirúrgicos.
Siempre ha rechazado ofertas
del ramo privado, pues ha preferido ejercer en exclusiva la sanidad y la
docencia pública, lo que le convierte en una persona enamorada de su trabajo y
que siempre lo ha ejercido de forma humilde, comprometida y honesta. Todo esto
como profesional, como persona es aún mejor.
Artículo publicado en el nº
67 de La Llanura de Arévalo, de diciembre de 2014.
Luis José Martín
García-Sancho
P.D.: Una de sus últimas voluntades fue que sus cenizas reposaran en el cementerio de Arévalo.
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