miércoles, 29 de enero de 2020

UNA ENORME FALTA DE RESPETO


A VUELTAS CON LOS CERDOS

ALMACENAMIENTO DE BASURA PORCINA SOBRE EL SUELO EN ESPINOSA DE LOS CABALLEROS (ÁVILA) EL PASADO 19/01/2020.


El pasado 19 de enero recibí de forma privada un comentario a un vídeo que había publicado en Facebook relativo al almacenamiento sobre el suelo desnudo de basura procedente de una de las macrogranjas porcinas que la empresa NILASA, S.A. tiene en Espinosa de los Caballeros (Ávila), municipio muy cercano a Arévalo. La empresa responsable de estos vertidos contaminantes es la misma que pide autorización para aumentar el número de plazas porcinas de 2.000 a 7.200 cerdos, en una macrogranja construida en el año 2018, a 275 metros de la captación de agua potable para Arévalo y 13 localidades más. Decir que la potabilizadora, tecnicamente: Estación para el Tratamiento de Aguas Potables (ETAP) comenzó a funcionar en el año 2010.
A continuación, reproduzco el comentario literalmente, sin cambiar nada, pero respetando el anonimato del comentarista al que llamaremos por sus iniciales A.G.
A.G.:
“Si deseara crear la alarma que tú estás haciendo haría la siguiente pregunta ¿Que se hizo antes la granja o la depuradora? Y disculpa si no es la depuradora (*) no me acuerdo ahora exactamente si es eso. ¿No había otro lugar donde poder hacerla para evitar estos problemas?"

(*) Al decir depuradora, en realidad, quiere referirse a la potabilizadora (ETAP) Mancomunidad Agua de los Arenales, que proporciona agua potable a 14 localidades: Aldeaseca, Arévalo, Canales, Fuente el Sauz, Fuentes de Año, Langa, Magazos, Nava de Arévalo, Noharre, Palacios de Goda, Palacios Rubios, Tornadizos de Arévalo, Villanueva del Aceral y Vinaderos. Un total de 10.500 habitantes. Que comenzó a funcionar en el año 2010.


El comentario es bastante significativo ya que la Potabilizadora se hizo en el año 2010 y la macrogranja para la que se pide ampliación es de 2018 y, aunque reconoce que no sabe si se hizo antes la potabilizadora o la granja en cuestión, la "solución" para A.G., en lugar de, sencillamente, no autorizar la ampliación del número de cerdos de la macrogranja, la "solución", repito, para A.G. es cambiar la potabilizadora de sitio. Es decir, lo que me está diciendo A.G. es que prevalezcan los intereses particulares de un empresario de porcino frente a la población de una buena parte de la comarca. Que prevalezca el beneficio particular frente al bien común, que se dé prioridad a una actividad privada, que según el Estudio de Impacto Ambiental solo genera un puesto de trabajo, perjudicando para ello a colectividad y al medio ambiente que nos sustenta.
Esto, en principio, puede parecernos algo grotesco, incluso, pintoresco. El comentario, tal vez, de un ganadero de porcino defensor a ultranza del corporativismo, es decir, de los intereses de todos los empresarios productores de porcino a nivel industrial, cuyo destino es muy mayoritariamente el mercado asiático, especialmente chino.
Pero lo pintoresco o grotesco, se institucionaliza en el mismo momento en que la Junta de Castilla y León (JCyL), formada por administradores públicos que deberían velar de forma prioritaria por la colectividad y el bien común, está a partir un piñón con estas empresas, favoreciendo su implantación en la región, creando un efecto llamada al autorizar macro instalaciones porcinas en suelo rústico a pesar de ser consideradas producción industrial. Y lo hacen, además, sin estudiar los efectos acumulativos de tal cantidad de granjas sobre el medio que las sostiene, sabiendo, como saben, que el colapso sobre acuíferos y suelos por contaminación de nitratos de origen agropecuario es un hecho que se agrava y aumenta en la misma medida que aumentan las macro explotaciones porcinas.
La JCyL lo sabe, y a pesar de ello lo permite, lo favorece.
Así que el comentario de A.G. bien podría ser el de uno de estos administradores de lo público que favorecen los intereses particulares de un empresario dedicado a la producción industrial de porcino, por encima de los intereses de la colectividad. Llegando a comprometer la tranquilidad, el bienestar, incluso la salud de la inmensa mayoría de la población. Porque los empresarios de porcino son cuatro, en cambio las personas perjudicadas, cientos de miles.
Porque, qué duda cabe, que la ubicación de esta macrogranja es la peor posible y su aprobación supondría una enorme falta de respeto para los habitantes de Arévalo y comarca.

En Arévalo, a veintiocho de enero de 2020.
Luis J. Martín.



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