Luis José Martín García-Sancho.
En el año 2010, desde la Alhóndiga solicitamos
que se concediera un caudal ecológico al río Arevalillo, soltando para ello
parte del agua que se suelta al río Adaja desde la presa de las Cogotas al río
Arevalillo a través de la balsa de Nava de Arévalo.
El Alcalde de Arévalo jamás apoyó esta
solicitud, al contrario, se opuso a ella, entre
otras razones porque “se trataba de un trasvase”. Desde la Confederación
Hidrográfica del Duero (CHD), también se negaron a dotar al Arevalillo de este
caudal ecológico, a pesar de que la solicitud iba respaldada por más de 800
firmas. En el año 2016 nos enviaron un escrito oficial haciéndonos saber que si queríamos agua para el Arevalillo lo
pagásemos a precio de concesión, indicándonos, incluso, la tarifa que nos
sería aplicada.
Al poco tiempo, en cambio, desde la CHD, piden
nuestro apoyo para respaldar un programa LIFE destinado a recuperar el
acuífero, los ríos y las lagunas desde el norte de Ávila hasta el sur de
Valladolid, en las comarcas de La Moraña y Medina. Es decir, nos piden apoyo
para lo mismo que ellos rechazan. Podríamos habernos negado, pero desde la
asociación los apoyamos sin dudar. Y volvimos a hacerlo al año siguiente, ya
que en el primer intento no lo consiguieron. En esta segunda ocasión aportamos
además nuestros proyectos, ideas y conocimientos sobre el patrimonio natural e
histórico que podría salir favorecido.
Esta vez sí se lo han concedido: Un programa
LIFE es el El Programa de Medio Ambiente y Acción por el Clima. Es el
instrumento financiero de la Unión Europea dedicado al medio ambiente para el
periodo 2014-2020. Su objetivo general se basa en catalizar los cambios en el
desarrollo y la aplicación de las políticas mediante la aportación de
soluciones y mejores prácticas para lograr los objetivos medioambientales y
climáticos, así como mediante la promoción de tecnologías innovadoras en
materia de medio ambiente y cambio climático. En resumen, hay dinero europeo
para ejecutar programas medioambientales.
Qué duda cabe que la propuesta medioambiental
del proyecto LIFE será muy beneficiosa para las comarcas de Arévalo y Medina.
Se trata de recuperar los ríos Arevalillo, Zapardiel y Trabancos para que se
filtre agua al acuífero de Medina, ascienda el nivel de la capa freática,
mejore la calidad de las aguas y se recuperen algunas lagunas y lavajos tanto
en el norte de Ávila como en el sur de Valladolid.
Para conseguir la recuperación hídrica, vital
para estas comarcas, está proyectado trasvasar
agua del río Tormes, canalizando parte del agua del Azud de Riolobos hasta los
ríos Trabancos y Zapardiel. Y soltar agua del Adaja al Arevalillo a través del
desagüe de la balsa de Nava de Arévalo. Esta última medida es una antigua
reivindicación de la Alhóndiga que, por fin, será tenida en cuenta y llevada a
efecto.
Esta medida beneficiará, primero, a los
agricultores que utilizan agua subterránea para sus regadíos, a aquellos
pueblos que no puedan beber el agua de sus grifos por la elevada concentración
de arsénico, a la biodiversidad de los tres ríos y arroyos tributarios, a
varias zonas húmedas que, en forma de lagunas lavajos, bodones o charcas,
salpican estas comarcas, al paseo fluvial de Arévalo por contar, al fin, con un
río Arevalillo con agua y, sin duda, al turismo natural o convencional que
acude a estos parajes a disfrutar del campo.
El alcalde de Arévalo al fin podrá ser un poco
más sincero con su pueblo y su comarca y reconocerá públicamente lo que antes
negaba. Antes decía que soltar agua del Adaja al Arevalillo no era posible
porque era un trasvase, a pesar de que sabía que el agua volvía al Adaja por
debajo del castillo, cuando ahora, con este proyecto financiado con fondos de
la U.E. que él apoya abiertamente, sí se
va a trasvasar agua desde la cuenca del Tormes hasta las cuencas del Zapardiel
y Trabancos. Ahora sí apoya, para otros ríos que no pasan por Arévalo, lo que antes negaba para el Arevalillo, para su
pueblo, por lo tanto, no debía ser tan malo ni tan imposible soltar agua a ríos
secos desde infraestructuras hidráulicas destinadas al regadío, sin perjudicar
estos y para que mejore la calidad de vida y la biodiversidad de la comarca,
algo que, desde la Alhóndiga, llevamos solicitando desde el año 2010.
Desde entonces, han pasado ya ocho años para
que, por fin, se imponga la lógica y el sentido común sin necesidad de recurrir
al maquillaje de la mentira y a la manipulación de la verdad. En un futuro
cercano, por fin, correrá agua por los ríos, como siempre hemos dicho. Con esta
medida gana Arévalo, gana la comarca, ganamos todos y, en definitiva, ganan
también los que siempre se han negado a admitir que esta mejora ecológica y
económica para la comarca era posible y necesaria.
En Arévalo, a siete de mayo de 2018.
Desagüe de la balsa de Nava de Arévalo al río Arevalillo.
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