Dijo
el cagajón que olía bien,
todos
votaron por él.
Dijo
el cagajón que era un manjar,
todos
fueron a probar.
Y
a pesar de que después
no
pararon de vomitar,
lo
volvieron a comer
dando
por cierto lo falaz.
Y
así, una, otra y otra vez,
sin
ver su verdadero papel
que
siempre les quiso engañar,
que nunca, nunca, fue fiel,
ni
que jamás dijo verdad,
le puso flores de papel
un muy afamado truhan
le puso flores de papel
un muy afamado truhan
y dijo: el cagajón huele bien.
Y volvieron a votar por él.
En Arévalo, a tres de septiembre de 2014
por Luis José Martín García-Sancho
!!!Tanto tiempo de escatologias estructurales!!! y plasticas o de emplastes. Cuanto mas nos valdria usar los cagajones como el culo manda.
ResponderEliminarNo tengo más que añadir sólo tirar de la cadena.
EliminarEstá claro que poder, podemos. Pero parece que, como "buenos", crédulos y obedientes" españoles no queremos.
EliminarAsi de claro,
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