miércoles, 18 de septiembre de 2019

LOS MOLINOS DEL LUGAREJO





LOS MOLINOS DEL LUGAREJO

Por Luis José Martín García-Sancho.



Vengo de moler morena
de los molinos de arriba,
duermo con la molinera,
olé y olé y olé,
no me cobra la maquila,
que vengo de moler morena.

Vengo de moler morena
de los molinos de abajo,
duermo con la molinera,
olé y olé y olé,
no me cobra su trabajo,
que vengo de moler morena.

Vengo de moler morena
de los molinos del medio,
duermo con la molinera,
olé y olé y olé,
no lo sabe el molinero,
que vengo de moler morena.

(Canción popular)



En el arroyo de Palacios Rubios, a la altura del anejo de Arévalo de “El Lugarejo”, existen dos antiguos molinos. Se trata de los Molinos de las Monjas, que junto con el Molino del Obispo, también conocido como “del Cubo”, que se encuentra ya cerca de su desembocadura en el río Arevalillo, utilizaban el agua de este pequeño arroyo para moler los cereales.
El último que trabajó en estos molinos fue Paco el Molinero que según el documentalista Carlos Oviedo utilizó al mismo tiempo tanto el suyo, es decir, el del Obispo o del Cubo, como los dos de las Monjas, propiedad de los dueños de la finca agraria de El Lugarejo, y lo estuvo haciendo hasta la década de los años cincuenta del pasado siglo.
Pero en esta ocasión me voy a ceñir a los dos Molinos de las Monjas: El molino de las Monjas de arriba y el molino de las Monjas de abajo (Imagen A2), tal y como dice la canción popular.


A2: Localización de los dos molinos de las Monjas con toda su infraestructura hidráulica. El nombre de arroyo de Vinaderos de la imagen extraída de Gmaps, es erróneo.

A3: Molino de las Monjas de arriba

1.- Molino de las Monjas de arriba:

Se encuentra en la ribera derecha del arroyo de Palacios Rubios, es un molino de los llamados de cubo, luego veremos por qué. (Im. A3).
Tiene aún su infraestructura bastante bien conservada y se puede saber perfectamente el camino que seguía el agua desde el arroyo hasta el molino:

- El azud: El agua se remansaba en un pequeño embalse o pesquera cuya cola se encontraba a 440 metros del molino (A2 y A4). En la actualidad el azud ya no cumple la función de retener agua, cosa que sí hizo hasta mediados del siglo pasado. La falta de agua es debida, entre otras causas, al descenso de la capa freática, al descenso de las precipitaciones y también, y no menos importante, porque una parte del mismo ha sido labrada e incorporada a las tierras de cultivo circundantes, así como varios tramos del propio arroyo Palacios Rubios y de su tributario, el arroyo de Vinaderos, que han desaparecido “fagocitados” por lar tierras de labor que no han respetado los cauces de estos arroyos que pertenecen al Dominio Público Hidráulico y, por lo tanto, si no me equivoco, ni pueden ni deben ser ni enajenados ni privatizados.
A4: azud o pesquera en el arroyo de Palacios Rubios, en el centro se aprecia el inicio de la presa y del caz.

- La presa: El agua del azud era embalsado gracias a una presa que se sitúa a unos 300 metros del molino (A2). De la presa queda actualmente la parte baja en la totalidad de su recorrido, se conservan unos 25 metros ligeramente arqueados hacia la corriente (A5). Está construida a base de piedra rajuela unida con mortero de cal y arena. Su factura es similar a los restos de otras antiguas presas presentes en el río Arevalillo, tanto en el término de Arévalo como en el de Nava de Arévalo. Desde la presa, por una compuerta lateral se derivaba parte del agua del arroyo al molino a través del caz (A6).
A5: presa del Azud.


A6: Arranque de la presa a la altura del inicio del caz.

- El caz: es el canal que conducía el agua desde el azud hasta el molino (A2). Por su parte derecha aprovechaba el talud del propio arroyo como barrera lateral y por la parte izquierda se retenía el agua lateralmente tanto con un alomado de tierra arcillosa en algunos tramos (A9), como con una pared de ladrillo o rajuela en otros (A7 y A8). El agua conducida por este caz recorría una distancia de unos 300 metros desde la presa hasta el cubo del molino. En algunos lugares, al caz también se llama aceña o acequia.
A7: vista de un tramo del caz desde la carretera.


A8: vista del caz desde lo alto del talud fluvial con pared longitudinal de ladrillo revocada con mortero.


A9: vista del caz desde lo alto del talud fluvial con un alomado longitudinal de tierra arcillosa.

- La alberca: El agua del caz se remansaba en una balsa. Servía para proveer el agua necesaria al molino para poder efectuar su trabajo durante el máximo tiempo posible. En el caso del molino de la Monjas de arriba, la alberca queda en la parte más alta del molino ya que la boca del cubo de éste se sitúa por encima del nivel del tejado (A10, A11 y A12). La alberca del molino tiene paredes de ladrillo revocadas de cal. En la parte más próxima al molino también se utiliza piedra rajuela en el exterior del muro de la alberca, donde la diferencia de altura con el cauce del arroyo es considerable.
A10: vista de la alberca.


A11: Vista del fondo de la alberca con su entrada al cubo del molino.


A12: vista de la alberca desde el muro izquierdo. Se ve la Lugareja al fondo.

- El cubo: El agua de la alberca se pasaba a través de una pequeña compuerta hasta el cubo del molino. Se trata una construcción casi cilíndrica, ligeramente tronco cónica, ya que tiene una menor sección en la parte baja. Es una especie de tubo o pozo con una profundidad de más de cinco metros (A13, A14 y A15). La misión del cubo es crear una columna vertical de agua que produce una gran presión y, por tanto, una mayor potencia en el chorro que incide en los álabes del rodezno que se encargan de hacer girar la muela. Estas partes mecánicas se verán más adelante. El cubo del molino de las Monjas de arriba es de rajuela unida a base de cal y arena, excepto la parte más alta que es de ladrillo mudéjar. Y tiene unas dimensiones considerables, en torno a dos metros de diámetro en la parte más alta y más de cinco de profundidad.
A13: vista exterior del cubo. La construcción más alta del molino de las Monjas de Arriba.

A14: vista parcial de la boca del Cubo.


A15: interior del cubo.

- El cárcavo: Se encuentra en la parte más baja del molino y es el lugar por donde sale el agua del cubo a gran presión a través de la tobera o saetino, que se sitúa justo por encima del rodezno donde se encuentran los álabes, que son las paletas que, por la fuerza del agua, hacen girar el árbol, eje vertical que transmite el movimiento circular a la muela volandera, situada en la planta habitacional o de trabajo del molino que veremos más adelante. También, junto al árbol, se aprecian dos barras verticales: el alivio que sirve para levantar o bajar el rodezno para dar una mayor o menor velocidad en la molienda y el tirante que sirve para regular la cantidad de agua que sale por la tobera, aunque esta última barra se encuentra caída hasta el suelo y, por tanto, descolocada, ya que tendría que estar unida a una pequeña compuerta situada en la tobera que se ha perdido (A17).
A16: interior del cárcavo, con su techo de ladrillo abovedado.

A 17: Partes de la maquinaria hidráulica aún existente en el cárcavo.

El cárcavo del molino de arriba está hecho de ladrillo mudéjar con bóveda de cañón, aunque la parte basal es de rajuela, y un arco exterior de ladrillo mudéjar de medio punto (A16). Por la parte exterior existe una pequeña pasarela adosada al cárcavo con un arco rebajado de ladrillo que se superpone al anterior, lo que le da cierta peculiaridad con respecto a otros cárcavos (A26). El agua que sale por el cárcavo se incorpora nuevamente al arroyo para ser reutilizada nuevamente unos metros más abajo por el molino de las Monjas de abajo, pero eso lo veremos más adelante.

- La planta de trabajo: actualmente solo se conservan los muros exteriores ya que el tejado hace tiempo que se ha derrumbado por completo. Aún se pueden ver entre el caos de vigas y tejas las dos piedras molederas o muelas: volandera, que es la que estaba conectada al árbol para girar, y durmiente o solera, piedra fija sobre la que giraba la volandera para moler el grano y convertirlo en fina harina, pienso o salvado (A18). También se aprecia lo que pudo ser, o bien parte de la cabria que se utilizaba para levantar las muelas para cambiarlas o labrarlas cuando se desgastaban, o parte de las burrillas que sujetaban la tolva donde se iba echando el grano para moler (A19).
A18: interior del molino donde aún se conservan las dos piedras.


A19: entre el amasijo de vigas se aprecia lo que tal vez fuera una parte de la cabria.


A19b: vista desde el interior del molino de uno de los muros más deteriorados.

No es una planta cuadrangular ya que la pared orientada al sur tiene dos tramos formando una especie de cuatro o zigzag, estando más metido el que da al este (A20), llama la atención las pocas ventanas con que cuenta, solo una pequeña en la cara sur, una cuadrada y abocinada en la cara este, otra tapiada en la misma cara (A20) y dos ventanucos triangulares al norte en lo que seguramente fue buhardilla (A1). La puerta se encuentra en la fachada este.


A20: planta interior con el tejado totalmente derruido.

- Fachadas: la entrada se encuentra en la fachada este, es toda ella de ladrillo macizo y sobre la puerta hay un arco rebajado (A23) posee una ventana abocinada y otra más pequeña tapiada (A20). La fachada sur, como ya se ha dicho tiene forma de cuatro o zigzag y posee una ventana alta casi a nivel del tejado (A1, A22). Es de ladrillo, aunque en algunos tramos está revocado de mortero y en la parte cercana a la alberca esta reforzada con rajuela. La fachada oeste es donde se encuentra el cubo ya descrito que ocupa casi la mitad de la fachada, la otra mitad está formada por machones de ladrillo y cajones de mampostería revocados de cal, este tramo es el que se encuentra en peor estado ya que presenta una gran grieta que recorre la fachada de arriba abajo y, en la unión con la fachada norte se ha derruido el machón de esquina de ladrillo por lo que ambos muros están divididos por un gran boquete, este machón descansa sobre el suelo a escasa distancia (A19b y A21). La fachada norte es la más visible desde la carretera, está formada por varios machones de ladrillo entre los que se sitúan varios cajones de mampostería revocados de cal, separados horizontalmente por varias verdugadas de ladrillo. En lo que seguramente fue buhardilla posee dos ventanucos triangulares de ventilación (A1, A19b, A22).
El tejado vertía todas las aguas hacia el este, es decir hacia la entrada y era de teja árabe. Y tenía un gran desnivel que, con toda seguridad era aprovechado por una buhardilla (A20).
A21: vista de la fachada oeste con el cubo y los muros bastante deteriorados. El machón de esquina derruido, descansa en el suelo.

A22: vista de la fachada sur desde lo alto de la loma fluvial.


A23: vista de la entrada principal orientada al este y parte de la fachada norte.

- El puente y la pasarela: A la entrada principal se accede por un pequeño puente mudéjar hecho enteramente a base de ladrillo macizo y argamasa de cal y arena, que salva o salvaba las aguas del arroyo. Tiene la anchura de un carro y un único y potente arco rebajado (A24 y A25). Para salvar el agua que salía por el cárcavo y pasar al otro lado del molino hay una pequeña pasarela hecha enteramente de ladrillo mudéjar que tiene un arco rebajado, que forma una peculiar superposición de arcos de ladrillo (A26).
A24: Puente por donde se accede a la entrada. 


A25: Vista del arco rebajado del puente.

A26: Pasarela de ladrillo de arco rebajado superpuesta al arco de medio punto del cárcavo. 



2.- Molino de las Monjas de abajo:

Se trata también de un molino de cubo y se encuentra a unos 165 metros aguas abajo del anterior (A2) y en la ribera contraria del arroyo de Palacios Rubios, es decir, en la izquierda (B27). Como veremos a continuación tiene las mismas estructuras que el anterior para aprovechar el agua del arroyo.
B27: vista general del lugar donde se aprecian los restos del molino de las Monjas de Abajo.

- Azud y presa: Aunque no es tan claro como en el molino anterior a escasos metros del molino de arriba existen los restos de un pequeño arco de ladrillo en el lugar desde donde se desviaba el agua remansado del arroyo hacia el caz del molino (B28). Justo por encima de una pequeña cascada de metro y medio de caída.
B28: Resto de un pequeño arco, único indicio que queda de la represa para desviar el agua del arroyo al caz del molino de las Monjas de Abajo.

- Caz: la conducción del agua desde la pequeña pesquera hasta el cubo del molino se hacía a través de un caz de unos 135 metros de longitud. Mucho más estrecho que el del molino anterior pero igual de funcional. En la parte izquierda aprovecha el talud del propio arroyo y en la derecha se levanta un pequeño muro de ladrillo mudéjar revocado de mortero por el interior para impermeabilizarlo y en otros tramos un alomado de tierra arcillosa. (B29 y B30). Aunque no se conserva entero si se aprecian varios tramos, especialmente en la parte más próxima al molino.
B29: detalle del caz del Molino de las Monjas de abajo con murete de ladrillo.


B30: detalle del caz del molino de las monjas de abajo con alomado de arena arcillosa.

- Alberca: La balsa donde se retenía el agua antes de pasarla al cubo del molino se conserva en su totalidad. Con muros de ladrillo y rajuela revocados con mortero por el interior (B31). Esta balsa es más pequeña que la del molino anterior, cosa que por otra parte es lógica, ya que era el molino de arriba el encargado de retener el agua necesaria y el molino de abajo reutilizaba el agua usada en el molino de arriba por lo que, mientras tuviera agua la balsa de arriba también tendría la de abajo.
B31: Alberca del molino de las Monjas de Abajo.

- Cubo: Aunque no se ve tan bien como en el molino anterior sus dimensiones son muy parecidas, incluso más grande (B32 y B33). Se encuentra al final de la alberca y adosado al muro oeste del molino. La parte inferior es de rajuela y la superior de ladrillo y el interior estuvo enteramente revocado de cal (B32). Tiene un diámetro en torno a los dos metros y una profundidad superior a los cinco, siendo ligeramente tronco cónico, al ser de menor sección la parte inferior. Por la parte de la alberca tenía la compuerta para llenar el cubo que aún conserva las acanaladuras de la puerta de apertura y cierre vertical (B 33).
B32: interior del cubo del molino de las Monjas de abajo.


B33: compuerta desde la alberca al interior del cubo.

- Cárcavo: se encuentra en la parte más baja de la fachada este. Por el exterior tiene un potente arco de ladrillo de medio punto (B34). La parte interior es una bóveda de cañón, siendo la parte abovedada de ladrillo macizo y los muros de rajuela donde, al menos la parte más cercana al rodezno, estuvo revocada con cal (B35). En el interior del cárcavo aún se conserva la tobera por donde salía el agua a gran presión desde el cubo, aunque el suelo del cárcavo parece estar recrecido por barro o escombros pues la tobera debería situarse algo más alta y no a ras del suelo como se encuentra en la actualidad, por lo que solo se aprecia parcialmente el rodezno (B36), no así los álabes que, seguramente, se encuentren bajo este recrecimiento. Sí se puede ver el árbol que transmitía el movimiento giratorio a las muelas, con un mecanismo de engranaje en la parte superior y una barra metálica que acaba en este engranaje, la cual haría el efecto del alivio, como el de un embrague (B35). Falta la barra del tirante que regulaba el caudal de agua que salía por la tobera.
B34: exterior del cárcavo.


B35: interior del cárcavo.

B36: partes hidráulicas en el interior del cárcavo.

- Planta de trabajo y fachadas: El tejado se ha hundido en su totalidad. Una buena parte de la planta del molino fue destruida al construirse la actual carretera que une Arévalo con Palacios Rubios, como así lo atestiguan los restos de un muro al otro lado de la carretera que perteneció a las dependencias del molino (B41).  En el interior aún se pueden ver las dos muelas. La fachada norte que es la que da a la carretera es la que se encuentra más deteriorada (B39 y B40). El resto de las fachadas, aunque con grietas, todavía se conservan bastante bien. Están construidas a base de pilares o machones de ladrillo mudéjar con varios cajones de mampostería revocados de mortero blanco, separados horizontalmente por varias verdugadas de ladrillo (B37 y B38).
B37: vista parcial del muro de la alberca y de la fachada sur, la que mejor se conserva.

B38: vista parcial de la fachada este, por encima del cárcavo.

B39 y B40 vista parcial de la fachada norte donde se encontraría la entrada principal derruida por la construcción del nuevo trazado de la carretera. 

B41: Restos del molino, seguramente las cuadras, al otro lado del nuevo trazado de la carretera de Palacios Rubios.


La historia de estos molinos es larga y muy interesante. Según me comenta Carlos Oviedo, gran estudioso de documentos históricos relacionados con esta importante industria, base de una buena parte de la economía local y regional durante un dilatado periodo de tiempo, los molinos de las Monjas de arriba y de abajo ya se citan en el siglo XIII en la Bula de Inocencio IV datada en el año 1245. Así como en otros documentos tales como la Real Cédula de Juan II datada en el año 1373, o en el libro de rentas del molino que data de 1458.
Tenemos entonces dos molinos que han estado funcionando desde, al menos, mediados del siglo XIII, hasta mediados del siglo XX, es decir, durante setecientos años, los mismos que tienen algunas iglesias de Arévalo, más que alguno de los monumentales puentes o el castillo… Duele ver cómo todo este patrimonio que fue un importante generador de riqueza, de trabajo, que asentó población, que creó una cultura asociada… se puede perder, puede quedar en el olvido en tan solo sesenta o setenta años.
Lo doloroso de esto es que pocos, muy pocos, vemos o somos conscientes de que bastan siete décadas para acabar con siete siglos de historia y cultura. Y es que en esta ocasión no es solo que haya pasividad por parte de las administraciones, que la hay y siempre es dolorosa, sino que hay un profundo y grosero desconocimiento.

Es muy difícil conservar lo que ni siquiera se conoce.

En Arévalo, septiembre de 2019.



Bibliografía:
- Monjas Eleta, M.; Oviedo Martín, C. “La Harinería y los Molinos de Agua en Arévalo, Capítulo IV”. En ejecución.
- De Montalvo, J.J. 1928. “De la historia de Arévalo y sus Sexmos”, Institución Gran Duque de Alba.
- Díaz de la Torre, J.M. 2001. “De paneras y casonas”. ASODEMA.
- Sanchidrián Gallego, J.M. 1999. "Los molinos del Adaja en la ribera de Zorita y Mingorría". Piedra Caballera.

Puerta principal del molino de arriba con arco rebajado de ladrillo.

Arco rebajado de ladrillo del puente del molino de arriba.

Vista del cubo del Molino de las Monjas de Arriba.

Imagen de Baraka arqueólogos.

Todas las imágenes son propiedad de los autores: 
- LJM: Luis J. Martín. 
- Baraka arqueólogos.



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