Decidme, por qué tiemblan bosque y río
cuando por la llanura se os ve venir,
por qué huyen los pájaros del camino
y volando se alejan raudos de allí.
Por qué manantiales y fuentes de siglos,
sin más, se quedan secos, les llega el fin,
y grandes cauces con ruinas de molinos
son solo un lecho de arena y polvo vil.
Decidme por qué aquel pueblo querido
antaño bullicioso y trabajador febril
ahora se encuentra abandonado, vacío,
ya a nadie le importa ni octubre ni abril
pues se han ido o se han muerto los vecinos,
olvidado queda hogar, techo, cubil,
por qué el mañana no existe, se ha ido
con el aire del agricultor gentil.
Dónde está el agua que bebían los cultivos,
dónde la fuente, el prado, el rebaño, el redil,
dónde queda ahora el orgullo campesino
el pueblo que labraba su destino
trazado a golpe de arado y surcos mil.
Decidme por qué el vergel ahora es hostil,
Decidme quién borró aquel recto camino
que iba hacia un horizonte sin fin.
En
Arévalo, a dieciséis de julio de 2017.
Luis
José Martín García-Sancho.
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Puff, cierto y conmovedor.
ResponderEliminarPreguntemos a los necios a los que votamos para que nos sigan engañando.
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