Los tres momos sabios, en una gran parte del
lejano oriente, es una norma moral, casi una filosofía. Entre el pueblo japonés durante la Edad Media el
sentido de esta manera de pensar era, simplemente, dejarse dominar por el poder,
un código de conducta que recomendaba prudencia para no ver ni oír la
injusticia, así como no hacer pública ninguna protesta.
Pero no hace falta irse tan
lejos para encontrar la misma corriente de pensamiento impuesta por las clases
dominantes desde tiempos inmemoriales. Aquí ha sido y es un recurso tácito, una norma
no escrita. No hace tanto se imponía por el miedo, de tal manera que aquel que
veía o escuchaba algo que no le convenía al poder establecido era castigado con
dureza. Y no digamos si decía algo inconveniente para las clases dominantes,
entonces el castigo se podía convertir en la muerte del que se había ido de la
lengua e, incluso, de aquellos que le habían escuchado.
Esa conducta agresiva
utilizada por aquellos que tenían el poder hacia los que se salían del tiesto,
mantenida durante tanto tiempo, generó un miedo atávico que aún perdura en la
actualidad. Desgraciadamente la frase de “ver,
oír y callar”, todavía es de uso corriente y, lo peor de todo, que se usa
como norma vital.
Pongamos algunos ejemplos
concretos referidos a nuestro querido Arévalo para que nos orienten sobre lo
que estamos explicando.
- Si pasas por el puente del
Cementerio, no mires el estado
ruinoso en el que se encuentra el viejo monumento mudéjar. Aunque una tercera
parte de su estructura se haya caído ya al lecho del Adaja, para qué vas a
mirar y llevarte un mal trago sobre el estado de un monumento importante de
nuestra historia que fue una de las cinco puertas de la amurallada ciudad de
Arévalo. No, no merece la pena, no mires.
RUINAS DEL PUENTE DEL CEMENTERIO O DE VALLADOLID.
- Si alguien te dice que el
río Arevalillo podría tener agua de forma permanente o intermitente regulada
desde el embalse de las Cogotas, no
escuches. No, ni se te ocurra. Aunque te digan que beneficia al acuífero
del que nos abastecemos, aquel con el que regamos nuestros cultivos o del que
bebemos, cocinamos o nos lavamos. Aunque te digan, que aumentaría la
biodiversidad de río y ribera, aunque te digan que se recuperarían lagunas y
lavajos perdidos o que aumentaría la oferta de ocio y turística de la zona. Ni
con esas, ni se te ocurra escuchar.
RÍO AREVALILLO SECO BAJO EL PUENTE DE MEDINA
- Aunque escuches o veas el
estado de la nueva muralla de San Miguel que ha costado un millón largo de
euros, no digas que se está
tumbando, que se está agrietando, que se está retorciendo. No, no seas subversivo,
ni se te ocurra, no lo digas jamás, según nuestros munícipes, decir algo tan
evidente, perjudica la imagen de nuestra ciudad.
RUINAS DE LA NUEVA MURALLA DE ARÉVALO EN SAN MIGUEL.
Así que, ya sabes, si no
quieres que te llamen antiarevalense, jamás mires a una ruina, jamás escuches a
quien te dice que ese edificio o monumento es ruina, y por nada del mundo se te
ocurra decir que el Ayuntamiento de Arévalo se ha negado a solicitar un caudal
para el Arevalillo, o que se ha gastado más de un millón de euros para
construir una muralla nueva que amenaza ruina, o que está dejando que se hunda
uno de los tres puentes mudéjares de la localidad. No, por favor, eso nunca.
Como los tres monos sabios, cuando
veas algo que no te agrada tápate los ojos, cuando escuches alguna crítica
hacia ayuntamiento, iglesia o cualquier colectividad, tápate los oídos y, por
supuesto, jamás se te ocurra ser tú el que critica. Si alguna vez tienes la
tentación de decir una verdad incómoda para una determinada facción de la
población, inmediatamente, tápate la boca.
Sigue los consejos de tres
monos si no quieres ser tachado de antiarevalense.
Aunque por otro lado
convendría que te preguntaras si en verdad eres más arevalense por no querer
ver, no querer oír o no querer decir lo que realmente pasa en tu ciudad.
Publicado como editorial en
el número 89 de La Llanura de Arévalo, en octubre de 2016.
Archivo fotográfico;
Arriba: séptimo ojo del puente del cementerio por su cara de aguas arriba. Se ha derrumbado parte del muro y el pretil.
Abajo: el mismo ojo por la cara de aguas abajo.
Este monumento está incluido en la Lista Roja del patrimonio, Nos preguntamos si el Ayuntamiento de Arévalo tiene alguna intención de salvarlo de la ruina total.
Arriba: río Arevalillo bajo el puente de medina.
Abajo: el mismo emplazamiento sin agua
Nos preguntamos por qué el Ayuntamiento de Arévalo se ha negado a solicitar un caudal ecológico para el río Arevalillo, necesario para el bien común.
Nueva muralla de San Miguel; la foto no está mal tomada, la muralla se está tumbando.
Arriba: Restos de la muralla medieval de Arévalo en el Rincón del Diablo, como puede apreciarse, en un estado lamentable
Abajo: detalle de una de las profundas grietas de la muralla medieval de Arévalo en el Rincón del Diablo
Nos preguntamos si el millón largo de euros empleados en construir una muralla nueva en San Miguel, que se está cayendo, no hubieran sido más provechosos para arreglar este paño de muralla auténtica o en evitar la ruina del puente del Cementerio.
Tremenda reflexión... pero ni una duda me cabe que prefiero que se me tache de "anti-loquequieran", que negar la evidencia y la estupidez humana.(lupus_lynx)
ResponderEliminarQue tomen ejemplo de esta opinión, gracias por exponerla.
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