Pino negral sano talado en Arévalo.
Texto y fotos Luis José Martín García-Sancho
Durante los días 7 y 8 de este mes se está
produciendo la tala de varios pinos negrales (Pinus pinaster) sanos, vigorosos y centenarios en el barrio
conocido como Las Malvinas situado entre la avda. Severo Ochoa y el campo de
fútbol. Estos pinos, junto a los que fueron cortados en este mismo lugar en
marzo del pasado año, suman ya varias decenas de árboles cortados sin un motivo
justificado o razonado que aconseje su tala.
Pinos negrales cortados en el barrio de Las Malvinas.
La Ordenanza municipal reguladora de parques
y jardines protege el arbolado urbano de Arévalo. Y lo califica como bien de
dominio y uso público. Según esta Ordenanza los árboles urbanos están protegidos
y no se permite su tala y, por tanto, cualquier tala necesita un informe
técnico previo. La pregunta es clara, ¿existen informes técnicos de los
responsables municipales previos a la tala que aconsejen la corta de estos
pinos por su estado de salud o debilitamiento?
El pino negral o pino resinero es la especie
arbórea característica en los suelos arenosos que rodean la ciudad de Arévalo
tanto hacia el norte como hacia el sur, en el espacio natural conocido como
corredor del Adaja. Pinos como los que nos ocupan son difíciles de encontrar
pues su porte y edad los convierte en árboles singulares y representativos de
los terrenos de duna continental propios del sur de la cuenca del Duero.
Aspecto característico de un pino negral de porte similar a los cortados.
El pino negral ha sido y es fuente de
ingresos de varios municipios que utilizaban y utilizan su resina y su madera
para proporcionar ingresos a las arcas municipales. Concretamente Arévalo hasta
la década de los 80 del pasado siglo cubría su presupuesto municipal con la
explotación organizada y racional del pinar.
A pesar de la historia y de la cultura
pinariega que se ha desarrollado entorno al pino, relatada de forma magistral
por José María Lara Sanz, todo parece indicar que el Ayuntamiento Arévalo, que
debería ser uno de sus principales defensores, es uno de sus principales
detractores como lo demuestran cortas de pinos negrales sanos y esplendidos completamente
injustificadas e innecesarias en el espacio urbano que nos ocupa.
Uno de los pinos talados, como puede observarse, completamente sano.
Es como si, por ejemplo, Elche hubiera
declarado la guerra a las palmeras. Al contrario, esta localidad alicantina, a
pesar del elevado número de palmeras con que cuenta, las mima y las cuida una a
una y es rarísimo que se corte una sola. Elche sabe que su identidad como
ciudad va unida a este árbol. ¿Por qué esto no sucede aquí? Si hay un elemento vegetal que concede
signo de identidad al pueblo de Arévalo, sin dudarlo un solo momento, yo diría
que es el pino, ¿por qué a pesar de todo lo que históricamente ha dado el
pino a la localidad se le trata con tanto desprecio?
Los tocones de los pinos cortados en marzo
del año pasado aún se pueden ver entre las especies foráneas plantadas en el
lugar que antes ocupaban estos majestuosos árboles, ¿por qué se cortaron pinos
autóctonos representativos de la Tierra de Arévalo para plantar en su lugar
especies ornamentales foráneas?, ¿qué sentido tiene sustituir un árbol autóctono y singular, por su porte y edad, para plantar en el lugar que ocupaba otros árboles?
Tocones de los pinos talados innecesariamente en marzo del pasado año.
El comportamiento que el concejal de medio
ambiente de Arévalo y el alcalde, como último responsable de las decisiones
municipales, ejercen sobre el arbolado urbano, en una comarca altamente deforestada
como la nuestra, es casi de odio a pesar de que, repito, debería ser al menos
de respeto por todo lo que el pino negral representa, ha aportado y aporta a
la economía municipal y a la cultura histórica y social de la Tierra de
Arévalo.
Los pinos hoy cortados ya llevaban allí mucho tiempo antes de que el barrio de Las Malvinas fuera siquiera un proyecto.
Arévalo, a ocho de febrero de 2017.
Aspecto del barrio conocido como Las Malvinas desde la avda. Severo Ochoa con sus característicos y singulares pinos negrales.
Sin estos pinos el sitio perdería uno de sus principales signos de identidad.
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