En
la plaza de la Villa,
más
bella de la ciudad,
las
casas están vacías,
tristes,
muy tristes están.
Sobre
empedrado pasea
un
elefante triunfal,
camina,
camina lento
con
su correa y trompal.
¿Por
qué están así las casas?
le
pregunta al concejal.
Por
qué si vacías quedan
no
se vuelven a ocupar.
Así
contesta aquel hombre,
así
dijo al animal:
Sobre
esta plaza tan bella,
proyecto
municipal
no
hay para habitar el barrio,
privada
es la propiedad.
El
elefante cavila,
piensa y lo vuelve a pensar.
Y esta de Hernández Luquero
bajo
el amplio soportal,
¿no
es ya del Ayuntamiento
que
la ha querido comprar?
El
hombre resopla un poco,
resopla
y vuelve a resoplar.
Todo
papá Ayuntamiento
lo
debe solucionar,
deja
que me dé el paseo,
déjame
pasear en paz,
no
me agobies con cuestiones
que
se responden tan mal.
Luego
se vuelve despacio,
se
va para otro lugar
por
una de aquellas calles
que
dan a san Nicolás.
El
paquidermo ahora grita,
grita
alto y grita más
¿Por
qué casa de los sexmos
no
es ya casa cultural?
Mas
concejal se hace el sordo
como el que oye barritar.
El
casco antiguo de Arévalo
hermoso
y vacío está,
ni
unas cañas ni unos vinos
en
él te puedes tomar.
Dejadez
de Ayuntamiento,
desidia
municipal,
que
no toma iniciativas
que
al barrio puedan salvar
del
vacío y del olvido,
en
esta bella ciudad.
Arévalo, a veinticinco de enero de 2017.
Luis José Martín García-Sancho
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