miércoles, 18 de marzo de 2015

AMARILLO


26.- En el que se habla de mi amor por el amarillo entre otros temas de menor interés.

 
Quiero contarte algo, entrañable cuaderno azul, o cuaderno azul de mis entrañas. Quiero que me escuches cuando haga crujir mi boli contra esta página, ¿me estás escuchando?, al menos tú no eres sordo cuando hablo en mi idioma, el mudo.

Quería, además de agradecerte tu atención, decirte que tu no existirías si no fuera por ella. Cada uno de estos cuadritos que te llena son suyos. Cada una de estas letras que te ensucian son suyas. Estoy pirado por ella nene y me encanta su calor. Y creo, te lo digo a ti en confianza, que se pueden hacer muchas cosas todavía y que me encanta vivir. Que por fin amanece en las tinieblas, luce el sol, que he ordenado mi cabeza, tú ya sabes, que no he abierto una puerta equivocada, que debo estar llegando al final del túnel porque se ve claridad. Que la yaga ya ni sangre, ni pus, ni escuece, casi. Que no me importa que las ratas que correteen por mi casa sean negras, pardas o azules. Pero, sobre todo, quiero decirte que la quiero.

También quiero decirte, entrañable cuaderno azul, que he pasado buenos ratos contigo y que seguiré pasándolos mejores, que eres grande en lo diminuto.

Quiero decirte muchas cosas en mi idioma que quizás solo tú entiendas, ¿sabes?, es otoño. Me gusta el otoño, tal vez porque mi color favorito desde niño haya sido el amarillo. Desde que hice un dibujo que colgaron en el tablero de la clase, un campo de trigo todo amarillo y grandes haces de paja amarilla. Amarillos están ahora los árboles y el suelo alfombrado de hojas que han acabado su vida anual. Amarillas se pondrán tus hojas con el paso de los años. Amarillos nos pondremos nosotros pero, antes de que eso ocurra, quiero decirte que aún tengo muchas cosas que contarte, más o menos idiotas, más o menos con sentido, pero siempre en nuestro idioma en el que tú y yo entendemos. Pero, sobre todo, quiero decirte que la quiero.
Gracias por escucharme.
También amarillo es el polen y la flor del pino en primavera.
 
Escrito en Arévalo en octubre de 1983.
Fragmento de "El Cuaderno Azul".
Por Luis José Martín García-Sancho

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