En la
foto que encabeza este artículo puede verse la muralla de Arévalo o el Arévalo
amurallado, tres elementos: muralla, parte antigua de la ciudad e iglesia de San Miguel que son Bien de interés
Cultural, tres de los ocho monumentos o conjuntos históricos que están protegidos y reconocidos
con esta máxima distinción.
Pero
de muy poco ha servido:
A las
13:30 horas del pasado cinco de enero de este recién estrenado 2021, la muralla
del Rincón del Diablo cayó a las cuestas.
No por
haberlo advertido en varias ocasiones durante los últimos nueve años causa menos dolor
la pérdida de patrimonio. De nuevo, una parte importante de nuestra historia se pierde para siempre. Como ya pasó con el arco ojival del Puente de
Valladolid, el torreón de la puerta de San Juan y, más recientemente, el
Palacio Real, por citar solo tres ejemplos.
Sobre
esta última pérdida irreparable, la muralla medieval del Rincón del Diablo, La Asociación la Alhóndiga ya advirtió sobre su estado en el año 2012. Ante la pasividad institucional, hice
un trabajo bastante descriptivo durante el verano de 2018, donde avisaba
sobre su estado y sobre la necesidad de empezar cuanto antes las obras de restauración
y consolidación para evitar que se derrumbara, cosa que, por desgracia, ha
pasado.
Como este tramo del lienzo sur de muralla era uno de los pocos que quedaban de la muralla medieval original del siglo XII, por el interés histórico del monumento, repito, Bien de Interés Cultural, a continuación, reproduzco la parte descriptiva de la muralla conocida como “el Rincón del Diablo”. (No obstante, pueden consultar el trabajo completo en el enlace que se facilita al final del artículo). También publico algunas de las fotos del artículo de 2018 y las comparo con otras que muestran el estado actual en que ha quedado el monumento:
“En
Arévalo, con el nombre de “Rincón del Diablo”, se conoce la calle que va desde
el torreón del palacio de Valdeláguila, “La Fonda”, hasta las cuestas y que
hace esquina con las calles Principal de la Morería y San Juan y, también, al
paraje que desde el final de la calle se abre a las cuestas del Arevalillo, justo
por encima del puente de los Barros.
Este
espacio se extiende desde las partes traseras del restaurante “La Posada” y del
patio de “casa Hurtado” y está flanqueado, por un lado, por un magnífico tramo
de muralla medieval y, por otro, por las ruinas de una de las dependencias del
antiguo palacio de Valdeláguila, “Fonda del Comercio” hasta 2007.
En
sus “Rimas Callejeras”, Marolo Perotas describe así el Rincón del Diablo en un
romance dedicado al puente de los Barros:
tomó el nombre de los Arcos,
y al guardián de aquella mole
que era un astuto criado
de la iracunda nobleza,
la gente llamaba «El Diablo»,
por su rara vestimenta
y por su picudo casco.
El sujeto se ocultaba
siempre en el rincón más alto
del lienzo de la muralla
por almenas flanqueado,
y desde allí vigilaba
los caminos del Oraño.
He ahí por qué al rincón
que hay detrás de casa Hurtado
el pueblo, por tradición,
le llame «El rincón del Diablo».”
El trozo de muralla que se encuentra en
este espacio es el único y por tanto último resto perfectamente visible que
sigue en pie del tramo oeste del lienzo sur de la muralla de Arévalo, que iba
desde las cuestas del Arevalillo hasta la Puerta de San Juan, desaparecida en
1885 víctima de la ignorancia.
(...)
4.- El tramo que nos ocupa del Rincón del
Diablo, continúa al anterior y llega hasta las cuestas. Es un resto de muralla
medieval del siglo XII construida a base de ladrillo mudéjar, piedra rajuela y
argamasa de cal y arena. Aunque, en una construcción que tiene más de
ochocientos años, habrán sido cuantiosos los cambios o restauraciones llevadas
a cabo a lo largo del tiempo como, por ejemplo, rellenar el espacio comprendido
entre las almenas, quedando estas embutidas, aunque visibles, en un claro
recrecimiento de la construcción, o la diferente estructura entre la parte
basal y la superior, pueden ser un claro ejemplo de lo dicho. Así que lo que
tenemos hoy ante nuestros ojos, con toda seguridad, no será exactamente igual
que la muralla que levantaron nuestros antepasados arevalenses allá por el
siglo XII.
Tramo de muralla conocido como El Rincón del Diablo, antes y después de su pérdida.
Actualmente, el tramo que se asoma al Rincón
del Diablo tiene 18 metros de largo por siete metros y medio u ocho de alto.
Consta de dos estructuras constructivas claramente diferenciadas: La parte
inferior realizada solo a base de piedra rajuela y argamasa y la parte superior
formada por cinco grandes pilares o machones de ladrillo mudéjar entre los que
se forman doce cajones de mampostería a base de piedra rajuela unida por
argamasa y sin revocar, los cuales se encuentran separados horizontalmente por
tres verdugadas de dos o tres filas de ladrillo. En lo alto aún se distinguen,
al menos, seis almenas de ladrillo mudéjar embutidas en lo que es un
recrecimiento de la estructura a base de mampostería.
Detalle de las almenas embutidas en un recrecimiento de la muralla desaparecida.
El estado actual de este tramo de muralla medieval es bastante preocupante por las múltiples y profundas grietas y por el palpable desplome de algunas partes de su estructura. Hay dos grandes grietas muy evidentes, que recorren la muralla verticalmente entre los cajones de mampostería y el segundo y cuarto machón. Y, además, el desplome es muy evidente entre el cuarto machón y los cajones de su parte este y en primer machón de esquina y las paredes adosadas a la muralla por su parte interior. Graves y preocupantes desperfectos que hacen que amenace ruina, a no ser que se tomen medidas urgentes de restauración.
Arriba: Grieta que recorre la muralla verticalmente a la altura del cuarto machón.
Abajo: evidente desplome a la altura del cuarto machón.
5.- El Rincón del Diablo hace esquina con el inicio del lienzo oeste de la muralla que, desde aquí, siguiendo la loma de las cuestas del río Arevalillo, llegaba hasta el Castillo, originalmente mota defensiva. La esquina tenía un cubo semicircular o tronco cónico, ya que era más ancho en la base, realizado con piedra rajuela y argamasa. Debido a la inestabilidad del terreno de las cuestas, y tras varios deslizamientos de ladera, se ha perdido más de la mitad y se ha desplazado unos tres metros hacia abajo, dejando un gran boquete perfectamente visible en la zona donde se insertaba con la muralla.
Restos del cubo que hacía esquina y contrafuerte con el Rincón del Diablo, se aprecia perfectamente cómo se ha deslizado ladera abajo más de tres metros. Antes y después de su pérdida.
Esquina entre el lienzo Oeste de la muralla y el lienzo sur a la altura del Rincón del Diablo.
Todos los restos de muralla descritos
corren serio riesgo de desaparición por ruina evidente, especialmente el tramo
del Rincón del Diablo, claro exponente del mudéjar civil arevalense, ya que,
durante muchos años, demasiados, no ha sido objeto de las obras de
mantenimiento necesarias en cualquier construcción, especialmente en aquellas
que cuentan con muchos siglos a sus espaldas y que tienen un gran valor
histórico, artístico y patrimonial.
Resulta, como poco, chocante que el Plan
Director de la Muralla no dé prioridad absoluta a conservar y restaurar
convenientemente los pocos restos de muralla auténtica, como es el caso que nos
ocupa, antes que a levantar e inventar nuevos muros con un criterio más que
discutible, y con unos resultados nada satisfactorios, como es el caso de la
neo muralla de San Miguel o el neo cubo, neo puerta y neo arco de las escalerillas.
Sin duda alguna, mejor le vendría a la auténtica muralla de Arévalo, en lugar
de inventar o crear neo estructuras, conservar y consolidar lo poco que queda
pero que tiene un valor cultural incalculable.
Por todo ello:
- Dada la pasividad que han demostrado
tanto el Ayuntamiento de Arévalo como la Junta de Castilla y León a la hora de
conservar y poner en valor los auténticos restos de la muralla medieval de
Arévalo.
- Dado el estado lamentable y preocupante
en que se encuentra el tramo de muralla aquí descrito, conocido como El Rincón
del Diablo.
- Dado el estado lamentable en que se
encuentra el espacio descrito, por estar sucio, abandonado, intransitable,
inestable, peligroso, olvidado.
- Dado que el presupuesto destinado a
restauración de las murallas de Arévalo, no contempla el tramo descrito.
Desde la Alhóndiga de Arévalo, nos vemos
obligados a solicitar que se incluya el tramo de muralla medieval conocido como
“El Rincón del Diablo” en la Lista Roja del Patrimonio, junto a la neo muralla
de San Miguel, incluida el 23 de marzo de 2014 por el riesgo de pérdida de los
restos de la cimentación de la muralla primitiva del siglo XII. Todo ello por
ser un claro exponente del arte mudéjar civil arevalense.
En Arévalo, a uno de agosto de 2018.
Luis José Martín García-Sancho.
Artículo publicado en el número 111 de La
Llanura, de agosto de 2018.”
Hasta aquí los datos, saquen ustedes sus propias
conclusiones.
Duele perder patrimonio.
Duele perder historia.
En Arévalo, a ocho de enero de 2021.
Luis J. Martín.
ENLACE RELACIONADO:
LA
MURALLA DEL RINCÓN DEL DIABLO (versión bog)
EL RINCÓN
DEL DIABLO (versión PDF)
El creciente empobrecimiento de Castilla no es solo económico o demográfico, también vamos perdiendo patrimonio cultural. En este caso, con un poco de dinero hubiera podido preservarse este venerable muro.
ResponderEliminarEsto es de denuncia, porque se podía haber evitado, al menos apuntalándolo, desde hace unos años que lo vienes advirtiendo. Ahora ya no hay nada que hacer. Que falta de civismo, cultura y amor por su ciudad han demostrado todos los gobernantes de Arévalo desde hace años.
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