A
LOS HIJOS DE NATURA.
Si quieres,
puedes traicionar mi recuerdo,
también renunciar a mí,
después, profanar mi rostro,
que
no vuelva a sonreír.
Si quieres,
olvídate de mi nombre
pero no te olvides de mí.
Di que estuve enamorado,
enamorado de ti,
aunque no digas quien soy,
lo que hice o lo que fui.
Si quieres,
recita una vez mis versos
aquellos que te escribí,
esos que hablaban de gentes
y de vidas sin vivir,
o que los recite el viento
en nuestros días de abril,
o la calandria en su vuelo
entre
el rastrojo y la vid.
Si quieres,
no digas mi nombre,
para qué voy a insistir,
pero con todo, si quieres,
solo si quieres,
nunca te olvides de mí.
En Arévalo, a diez de febrero
de 2019
Luis J. Martín.
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