Tradicionalmente hay dos clases de turrón, el
blando, conocido como de “Jijona” o “Xixona”, aludiendo a la localidad
alicantina en el que se fabrica de forma industrial desde hace cientos de años,
y el duro denominado comercialmente como de “Alicante”, con su Denominación de
Origen, su Consejo Regulador e indicación geográfica protegida.
Por estos lares, al turrón duro también se le
conoce como turrón de hacha, porque los artesanos turroneros que lo vendían al
peso por mercados y ferias, partían un gran bloque en pequeñas porciones a base
de hacha. Con dos o tres certeros hachazos eran capaces de calcular la cantidad
de turrón que el cliente les había pedido. A Arévalo acudía todos los años una
anciana pareja procedente de la Alberca. Solían venir un par de martes antes de
navidad y se ponían en la ventosa esquina de la actual Cajamar entre la plaza
del Arrabal y la calle de San Juan. Ahora vienen sus nietos vendiendo el mismo tipo de productos, mayormente, turrón de hacha, miel, almendras
garrapiñadas y obleas. Aunque han cambiado ligeramente la ubicación, ya que
ponen el puesto bajo el soportal del antiguo comercio, ahora vacío, de Rafael
Prieto Sánchez, conocido popularmente como Alito.
El
aspecto del turrón duro, de hacha o de Alicante es muy característico, ya que
las almendras tostadas enteras o en grandes trozos, se aprecian perfectamente
entre la masa blanquecina hecha a base de miel y clara de huevo.
Detalle de la reconstrucción de muralla en el callejón de los novillos.
Dicho esto a modo de introducción, en Arévalo
hay una pequeña calle que se llama callejón de los Novillos, ubicada entre la
parte interior de las murallas y el Teso Viejo, que está siendo objeto de una
importante remodelación. Adosados a la cara norte de la muralla sur, había
varios garajes. Alguno de ellos había llegado a convertirse, incluso, en parte
de las viviendas anejas a la cara sur de la muralla. Todos estos antiguos
garajes han sido derribados quedando la vieja y maltrecha muralla al
descubierto.
Este tramo de muralla y de calle o callejón, va
desde el mirador, donde se encontraba la puerta de San José, hasta el neo cubo conocido
como de “las escalerillas” realizado en una anterior fase de restauración de
las murallas de Arévalo con un criterio más que discutible. Y la solución que
se ha utilizado para consolidar la maltrecha muralla ha sido levantar un
encofrado de hormigón a base de cemento blanco y piedra rajuela.
La gente del lugar, que es avispada, se ha dado
cuenta enseguida que tal combinación de materiales guarda una gran similitud
con el turrón duro, pues el cemento parece la masa de miel y clara de huevo y las
piedras son las almendras. Por lo que no han tardado en rebautizar este recoleto
callejón, con gran acierto y regocijo, con el nombre de “la calle del Turrón”.
Detalle de la muralla reconstruida con aspecto de turrón.
Y tanto ha debido gustar el nombre a los munícipes
pensantes que han levantado el suelo de la calle para poner un pavimento que no
es ni adoquín ni, tampoco, el maltrecho mini adoquín del Mirador que se levanta
de continuo, sino unas pequeñas losetas de granito de caras irregulares, ya que
ninguna de ellas es plana, que dará también al suelo un aspecto de turrón gris.
Aunque esto ya no ha gustado tanto a los vecinos de la zona pues prevén que
debido al irregular suelo pueden ser víctimas de tropezones, traspiés,
torceduras o fortuitas caídas que podrían producirles indeseadas lesiones. Por lo que, todos a una, han presentado un escrito al alcalde pidiéndole que recapacite en lo referente al suelo de la calle.
Así que quizás, desde el Ayuntamiento, deban
pensar en cambiar el nombre del callejón de los Novillos, ya que nadie los ha visto
últimamente por allí, por el popular y festivo nombre de la calle del turrón. Aunque más de alguno se acordará del
Ayuntamiento, y no del de Alicante precisamente, cuando se hagan un esguince de
tobillo mientras contemplan la tableta gigante de turrón, del de Alicante, del
duro, del de hacha de toda la vida, que hace las veces de muralla.
En Arévalo, a once de septiembre de 2018.
Luis José Martín García-Sancho.
FOTOS RELACIONADAS:
Zona del mirador con el pavimento de micro adoquín.
Callejón de los novillos desde la parte del mirador, al fondo el neo cubo.
Detalle de la reconstrucción de la muralla con aspecto de turrón duro.
Neo cubo de las escalerillas.
Aspecto de las losetas o adoquines de caras irregulares con que pavimentarán la calle ahora conocida como del Turrón.
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