Torre Tamarit, salinas de Santa Pola, Alicante.
Texto y Fotos: Luis José Martín García-Sancho.
El
sureste español siempre se asocia a un espacio seco o semidesértico, pero lo
cierto es que en el sur de alicante, entre Elche y Santa Pola se encuentran
tres zonas húmedas de gran importancia socio ecológica, se trata de las Salinas
de Santa Pola (1), el humedal de El Hondo (2) y el Clot de Galvany (3). Es indudable la
importancia socio económica que tienen las dos primeras para una comarca donde
las precipitaciones brillan por su ausencia.
1: salinas de Santa Pola, 2: El Hondo, 3: Clot de Galvany, 4 Dunas de la Marina y Guardamar.
Las salinas de Santa Pola se localizan en
el espacio que ocupó una antigua albufera mucho más amplia. Pero la
colmatación natural a través de las mareas o los aportes del río Vinalopó, que
atraviesa el humedal antes de su desembocadura y, especialmente, la ingeniería
humana con los aterramientos producidos en el siglo XVII, han ido ganando
espacio al mar para tierras de cultivo creando una zona húmeda seminatural que
puede encharcarse o desecarse a través de varios canales de llenado o drenaje que
conectan multitud de balsas poligonales de las que se extrae sal natural tras
su desecación por evaporación. Las salinas son parque natural desde 1988 y tienen una extensión protegida de 2570
hectáreas entre los términos municipales de Santa Pola y Elche.
Salinas de Santa Pola
El
Humedal de El Hondo o El Fondo, es
otra zona húmeda de gran extensión creada por la mano del hombre como embalse
para proporcionar agua a los regadíos y huertos de la comarca. El agua procede
de uno de los dos brazos del río Vinalopó y, especialmente, del bombeo que se efectúa desde la
desembocadura del río Segura, a unos 8 kilómetros de distancia. El enclave es parque natural desde 1988 y ocupa una
extensión de 2495 hectáreas entre los términos municipales de Elche y
Crevillente. Aunque es parque Natural su explotación es privada perteneciendo a
la Comunidad de Riegos de Levante.
Embalse de El Hondo
El Clot de Galnany (clot
se puede traducir como Hoyo) es un humedal de 366 hectáreas, por su extensión, mucho
más modesto que los dos anteriores. Se trata de una zona húmeda que se encontraba degradada y que ha sido recuperada y puesta en valor en los
últimos años. Se encuentra entre las urbanizaciones de Arenales del Sol,
perteneciente a Elche y Gran Alacant, perteneciente a Santa Pola. Tiene un gran
valor al encontrarse entre dos zonas costeras densamente urbanizadas que han
destruido uno de los biotopos de dunas litorales más importantes del levante
español. Es paraje natural municipal protegido desde 2005.
Clot de Galvany
A
estos espacios naturales hay que unir una de las zonas costeras menos
alteradas de la comunidad valenciana, donde aún se respeta la franja de dunas
naturales que se extiende entre las playas, prácticamente vírgenes, y el
interior. Un interesante espacio que forma un biotopo muy curioso y valioso que,
por desgracia, no ha sido respetado en el litoral
mediterráneo. La presencia de estas dunas y playas alejadas de los
circuitos turísticos proporcionan a la zona una mayor biodiversidad de especies
de flora y fauna. Se extienden desde el
sur de Santa Pola hasta La Marina y Guardamar de Segura, estando las
primeras incluidas en el parque natural de las salinas de Santa Pola y las de
la Marina y Guardamar (4) son Lugar de interés comunitario LIC.
dunas
En estas zonas húmedas
todavía podemos encontrar algunas de las especies de aves más amenazadas y
escasas de nuestra fauna como son la cerceta
pardilla (Marmaronetta angustirostris)
y la malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala) y, también la focha cornuda (Fulica cristata), calamón (Porphyrio porphyrio), gaviota de audouin (Larus audouinii) garza imperial (Ardea
purpurea), garcilla cangrejera (Ardeola ralloides), avetorillo (Ixobrychus
minutus), morito (Plegadis falcinellus) o zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis).
Gaviota de adudouin
Garza imperial
Zampullín cuellinegro
Por las largas y casi
desiertas playas podemos ver corretear al corerrelimos
tridáctilo (Calidris alba) o
zambullirse al charrancito (Sterna albifrons) al charrán común (Sterna hirundo) o al charrán
patinegro (Sterna sandvicensis)
Correlimos
tridáctilo
En resumen: Si el sureste español es árido, este espacio es un vergel de biodiversidad, un oasis de vida. Donde hombres y animales aprenden a convivir.
En Arévalo, a 29 de mayo de 2014
En la época reproductora es
fácil observar el celo de muchas especies, en el caso de los charranes,
conocidos como golondrinas de mar, el macho ofrece a la hembra su pez recién
capturado, si esta acepta, se produce el vínculo de pareja al que seguirán las
cópulas y la nidificación. Curioso y grácil es también el celo de la avoceta (Recurvirostra avosetta) en el que el macho empieza a moverse en
torno a la hembra, que tiene el pico algo menos curvado hacia arriba. En un
momento determinado la hembra adopta una postura estática con el cuello
estirado y paralelo al agua. El macho, después de moverse junto a los dos
flancos de su compañera se sube a su dorso en difícil equilibrio, en un
escaso segundo se produce la cópula y acaba todo hasta la próxima, porque
repetirán la operación en varias ocasiones.
Celo de avoceta
Curiosas son las
persecuciones que el macho de malvasía
cabeciblanca dedica a los competidores cuando está intentando
conquistar, casi acosar, a su hembra. Con la cola erguida y cabeza por delante
sale como un bólido a expulsar a otro macho que intenta acercarse. Después se
pavoneará otro rato delante de su hembra con la cola completamente vertical.
Forman interesantes colonias
reproductoras charranes, charrancito, avoceta, cigüeñuela (Himantopus
himantopus), gaviota picofina (Larus genei), gaviota reidora (Larus
ridibundus), gaviota patiamarilla
(Larus cachinnas), canastera (Glareola pratincola)…
Gaviota picofina
Gaviota reidora
Gaviota patiamarilla
Durante la época de celo las
aves se vuelven un poco más confiadas y se dejan acercar un poco más cuando se
entregan a sus artes amorosas. Así, el chorlitejo
patinegro (Charadrius alexandrinus),
el tarro blanco (Tadorna tadorna), porrón común (Aythya ferina),
focha común (Fulica atra), Vuelvepiedras (Arenaria interpres) o las huidizas y
desconfiadas ardeidas como la garza real
(Arcea cinerea) o la garceta común (Egretta garzeta) se dejan acercar un poco más.
Chorlitejo patinegro
Tarro blanco macho
Porrón común
Focha común
Vuelvepiedras
Garceta común
Casi todas las especies de aves se
esfuerzan en la cría de sus pollos. Resulta especialmente curioso el comportamiento
del somormujo lavanco: el nido es una pequeña plataforma flotante que utilizan
sólo para la incubación. En cuanto los pollos eclosionan empiezan a subirse al
dorso de uno de los progenitores que se convierte en una especie de nido
flotante. Allí son cebados con las pequeñas capturas del otro progenitor y, también,
de allí son desalojados con un pequeño aleteo e inclinación de espalda cuando
el padre o la madre que hace las veces de nido, decide bucear en busca de
alimento.
Incluso una de las aves más
numerosas y llamativas de este espacio como es el flamenco (Phoenicopterus roseus)
aunque no llegue a reproducirse de forma habitual sí se le puede observar en el
ritual de apareamiento donde el baile colectivo de cuellos estirados,
despliegue de alas y pasos sincronizados supera al más renombrado de los
coreógrafos. Podría decirse que, incluso, bailan al alimentarse puesto que suelen mover ritmicamente las patas para agitar el fondo mientras buscan con el pico sumergido los mutrientes que quedan en suspensión.
Flamenco alimentándose junto a una avoceta
En resumen: Si el sureste español es árido, este espacio es un vergel de biodiversidad, un oasis de vida. Donde hombres y animales aprenden a convivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario