En política, por
regla general, se premia antes al obediente ineficaz que al eficaz crítico.
*****
No te fíes de las
capacidades de un político que pide ayuda a los santos para solucionar
problemas que él o la política han generado.
*****
Si mi amigo me tima,
deja de ser mi amigo. Si me miente un político, ¿lo vuelvo a votar?
*****
Se suele apreciar y votar
a políticos que tienen la habilidad de convertir la mentira en verdad, cuando
esa pretendida habilidad no es más que un fraude.
*****
Como no le admitieron
en el ejército, se hizo militante de un partido político.
*****
Pensé que el político
hacía política para solucionar problemas, pero lo cierto es que los crea, los
incrementa o, peor aún, los ignora.
*****
Decimos expectantes,
entusiasmados: “Va a haber un cambio político”. Pero solo hemos cambiado a
personas, a líderes. La política sigue igual, incapaz de solucionar antiguos problemas
y creando otros nuevos.
*****
La misión del
político en política no es la de aferrarse al poder a cualquier precio, sino la
de solucionar problemas, aunque estas soluciones le hagan perder votos.
*****
Reino, pasado. República, futuro. Hagamos república.
*****
Desconfía del
político que hace política para bajar los impuestos a la tradición o al
maltrato y subirlos a la cultura y a la educación.
*****
Pensé que la
prioridad del político era hacer política para solucionar problemas, pero no,
los problemas le importan menos que los votos.
*****
El político que se
encomienda a dios, a la virgen o a los santos para solucionar problemas, es
como el campesino que pretende sembrar en las nubes.
*****
No pretendas que el
político retire esa piedra de tu camino. Quítala tú y lánzasela para que
reaccione.
En
Arévalo, a nueve de junio de 2018.
Luis José Martín
García-Sancho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario