LA
RUTA DE LOS ONCE PUENTES.
EL TRIÁNGULO
VERDE DE ARÉVALO.
14 de marzo de 2018.
Arévalo es un enclave privilegiado dentro de
la meseta castellana. Tiene tres espacios verdes que rodean el casco urbano por
completo: el río Adaja por el este, el río Arevalillo por el oeste, juntándose
ambos al norte de la ciudad, y la Cañada Real Burgalesa por el sur, que une los
dos ríos, por lo que es posible y muy recomendable dar un paseo alrededor de
Arévalo en plena naturaleza, sin oír el ruido de los coches sino el rumor del
agua, el del viento agitando la fronda o los trinos de los pájaros, todo ello,
respirando aire puro.
La temperatura de este paraje que hoy se
describe, es mucho más suave y agradable que en las calles de la ciudad: más
fresca en los días tórridos de verano y más templada en los días gélidos del
largo invierno. Además, los profundos valles de los dos ríos actúan como
parapeto para resguardarnos del viento.
Valle del Arevalillo en enero de 2018
Estos elementos juntos: ríos, valles y cañada
forman un auténtico cinturón verde, un espacio que siempre ha estado ahí, para
nuestro disfrute y aprendizaje en plena naturaleza, aunque Arévalo nunca ha
sabido verlo o valorarlo. Por eso ya en el año 2009 la asociación La Alhóndiga realizó una atractiva propuesta al Ayuntamiento de Arévalo para hacer posible este recorrido que lo llamó “Ruta eco-deportiva”
en colaboración con la asociación de senderismo Los Pinares de Arévalo y la peña
ciclista Vázquez Palomo, y que fue presentada públicamente en 2010.
Este recorrido por el cinturón verde de
Arévalo ya es posible realizarlo a pie en su totalidad y no solo por el paseo
fluvial, llevado a cabo por el Ayuntamiento gracias al proyecto de Francisco
Durán, que tan solo recorre una parte del río Arevalillo. El pasado año La
Alhóndiga abrió un sendero por el Adaja desde la Pesquera hasta la Junta de los
ríos y habilitó un antiguo sendero desde la Pesquera hasta el puente de la
Estación, es decir la totalidad del Adaja a su paso por Arévalo. También la
asociación de senderismo Los Pinares limpió y habilitó un antiguo sendero desde
el puente del Cubo hasta La Cañada. Como el tramo que quedaba por el Arevalillo
entre el puente de los Lobos y el del Cubo era intransitable por su margen
derecho, este recorrido se puede realizar por un sendero habilitado
recientemente por la asociación La Alhóndiga por su margen izquierdo. Por lo
tanto, ya es posible recorrer a pie la totalidad del cinturón verde de Arévalo, unos 9,6 km, para
disfrutar y descubrir su valiosa biodiversidad y unir los once puentes
existentes en su recorrido, alguno de ellos, como veremos, de un valor
histórico y artístico incalculable.
Imagen 1: Triángulo verde de Arévalo o Ruta de los once puentes.
- Tramo 1: del castillo al puente de Medina.
- Tramo 2: del Puente de Medina al puente de
los Lobos.
- Tramo 3: del puente de los Lobos al puente
del Cubo.
- Tramo 4: del puente del Cubo a la Cañada
Real.
- Tramo 5: de la Cañada Real al puente de la
Estación.
- Tramo 6: del puente de la estación a la
Pesquera.
- Tramo 7: de la Pesquera al puente de
Valladolid.
- Tramo 8: del puente de Valladolid a la
Junta de los ríos.
A continuación, se detalla el recorrido por
el cinturón verde de Arévalo en su totalidad.
tramo 1: del Castillo al puente de Medina
TRAMO
1: del castillo al puente de Medina. (recorrido: 663 metros)
El recorrido comienza en el pinarcillo de la
avenida del Castillo junto al panel informativo que hay en el inicio del Paseo
Fluvial. Nada más empezar hay una escultura en hierro de Juan Jesús Villaverde
conocida como “el cortejo”, justo enfrente de la entrada a la famosa bodega de
Perotas. Siguiendo el sendero se bordea el flanco occidental del castillo y se
desciende hasta el río Arevalillo.
Detalle de "El cortejo" de Juan Jesús Villaverde.
En la ribera, remontaremos el río dejándonos
guiar por el sendero que transcurre por su margen derecho. El recorrido es muy
agradable y podemos observar, no solo la flora y fauna propia de la ribera,
sino espectaculares y originales vistas tanto del Castillo como del fantástico
puente de Medina, el primero del
recorrido, ambos edificios representativos del arte mudéjar civil arevalense y
ambos, también, declarados Bien de Interés Cultural (BIC). Recrearse en la
contemplación del puente desde el valle del río nos da una imagen más genuina
de su grandiosidad y genialidad constructiva.
tramo 2: del puente de Medina al Puente de los Lobos
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Tramo 2: del Puente de Medina al puente de los Lobos. (Recorrido: 828 m.)
Después recrearnos y admirarnos por las
dimensiones del puente de Medina, pasamos por uno de los cinco ojos del
monumento, y vemos a la izquierda, sobre un intento fallido de reconstrucción
de muralla, la iglesia de San Miguel, también declarada BIC. Continuamos
avanzando por el sendero del paseo fluvial para descubrir a los pocos metros
otra original escultura en hierro reciclado de Juan Jesús Villaverde conocida
como “Ponte en marcha”. A la derecha veremos varios huertos familiares y a la
izquierda un par de fuentes de agua no potable. La estructura columnar de los
chopos que acompañan al río en este tramo son también representativos, así como
un joven y resistente olmo que tiene su tronco principal en forma de “L”. A
esta altura podemos ver un original cubo semicilíndrico de muralla. Y también
el estado lamentable en que se encuentra esta misma muralla a la altura del
Rincón del Diablo. De no acometerse de forma urgente las correspondientes obras
de restauración, más pronto que tarde, este paño de muralla medieval y mudéjar
acabará rodando por las cuestas.
Cubo de la muralla de Arévalo.
A la derecha veremos el segundo puente del recorrido, el de los Barros, en la antigüedad
conocido como de los Arcos. Mucho más pequeño y humilde que el anterior, es
también un buen exponente del mudéjar civil arevalense datado en el siglo Xll y
merecedor de ser declarado BIC. A esta altura, a través de un camino que cruza
el sendero, se puede subir tanto al casco urbano de Arévalo a la altura de la
calle figones como a la ermita de la Caminanta.
Siguiendo por el paseo fluvial, un poco más adelante,
a la derecha, se encuentra la presa y las ruinas del molino de Valdeláguila más
conocido como Valencia o Quemado. Y cerca de aquí, pero a la izquierda, se
pueden ver los restos del tercer puente
que iba hacia el molino Valencia, del que tan solo queda su arranque por este
lado.
Paseo fluvial del Arevalilo desde el puente de los Lobos
Río arriba, se ven los bloques de pisos sobre
las cuestas de los Lobos conocidos como Perotas y, al fondo, ya se observa la
gran estructura en hormigón del cuarto
puente del recorrido, el de los Lobos, donde, entre los álamos, chopos, sauces y el
exuberante carrizo, se encuentra un ejemplar de aliso, el más septentrional de
la provincia de Ávila.
En este puente acaba el Paseo Fluvial realizado por el Ayuntamiento y este
segundo tramo, pero no el cinturón verde que, en realidad, no ha hecho más que
empezar. Por el sendero del paseo fluvial se puede abandonar el cinturón verde y
subir hasta la calle de los Lobos y el paseo del poniente.
tramo 3: del puente de los lobos al puente del Cubo
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Tramo 3: del puente de los Lobos al puente del Cubo. (Recorrido: 642m.)
En este tramo dejamos la comodidad del paseo
fluvial para recorrer la silvestre y agreste ribera del río Arevalillo. Hay que
abandonar, como ya se ha dicho, el paseo Fluvial para pasar por un estrecho
sendero por debajo del puente de los Lobos. A unos 50 metros del puente hay un
tronco atravesado sobre el cauce del Arevalillo por donde debemos cruzar a la
ribera izquierda, ya que la margen derecha un poco más adelante se hace
intransitable por lo intrincado de la vegetación. (Ver Nota 1, al final del texto).
Tronco para cruzar cerca del puente de los Lobos
Pasamos a una chopera de repoblación donde es
posible avanzar entre los árboles y sobre la alta hierba. Pronto, entre las
copas de los chopos se observan a la izquierda las ruinas del convento de los
Trinitarios uno de los espacios monumentales de Arévalo con más historia y prácticamente
perdido. A continuación, y también en la otra ladera, se pueden ver las tapias
de las piscinas municipales y los bloques de pisos de la Huerta del Marqués.
Los dos puentes del Cubo.
Al llegar al quinto puente del recorrido, el nuevo puente del Cubo, podemos
abandonar el cinturón verde por la carretera que lo cruza, a izquierda asciende
hasta Arévalo, donde podemos entrar a la altura del convento de los Trinitarios
y parque Gómez Pamo o también por las escalerillas que suben hacia la Huerta
del Marqués, o si vamos hacia la derecha llegaremos a la ermita de la Lugareja,
declarada BIC por ser el máximo exponente del arte mudéjar religioso, aunque
solo se puede visitar los miércoles entre la una y las tres de la tarde, ya que
los propietarios de la finca en la que se encuentra han cercado el monumento e
impiden visitar esta joya arquitectónica libremente.
En este quinto puente acaba el tercer tramo
por el río Arevalillo. Pero aún queda mucho cinturón verde.
tramo 4: del puente del cubo a la Cañada Real.
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Tramo 4: del puente del Cubo a la Cañada Real. (Recorrido: 1520 m.)
Seguimos por la ribera pero cruzamos de nuevo
el río Arevalillo, pero esta vez no por un tronco caído, sino por el sexto puente, el viejo puente del Cubo, que se encuentra pegado al nuevo, para continuar remontando el río por
su margen derecho. Este estrecho sendero avanza pegado a las tapias traseras
del centro asistencial CASTA, popularmente conocido como Villablanca y al
colector de aguas residuales. Pasadas las tapias llegamos a otro espacio algo
más amplio conocido como Machín. Aquí entre sauces, chopos, álamos y algún olmo
joven, encontramos varios pies de aliso, todo ello entre apretados arbustos de sauce,
zarzamora, espino o saúco.
Aliso del Arevalillo a la altura de Machín
A esta altura, pero al otro lado del río, se
encuentra la ermita de la Lugareja de la que ya se ha hablado anteriormente.
Antes de llegar a la urbanización de
Párraces, un camino sube hasta la Cañada Real Burgalesa. Que es el fin de este cuarto
tramo. Todavía queda más de la mitad del recorrido por hacer.
Tramo 5: de la Cañada Real al puente de la Estación.
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Tramo 5: de la Cañada Real al puente de la Estación. (Recorrido 1360 m.)
La Cañada Real Burgalesa Oriental es una vía
pecuaria y, por tanto, un espacio natural de uso público. Une el río
Arevalillo, del que venimos, con el río Adaja a la altura del puente de la
estación, por lo que cierra este triángulo o cinturón verde justo al sur de
Arévalo. Tanto al norte como al sur se ven los bosques de pinos que atraviesa
la cañada, alguno de ellos deteriorado al haber sido fagocitado por un
urbanismo trasgresor, que ningunea espacios naturales valiosos, como lo son,
sin duda, estos pinares de pino negral asentados sobre dunas continentales
fósiles cuyas arenas filtran el agua de las precipitaciones hacia el subsuelo,
por lo que son considerados la mejor zona de recarga del sobreexplotado
acuífero.
Cañada Real Burgalesa Oriental, uno de los espacios naturales de Arévalo.
El paseo por este quinto tramo del recorrido
se puede hacer tanto por la cañada como por el pinar. La cañada termina en la
Avenida de Emilio Romero justo a la altura del inicio de los dos puentes de la
estación: El nuevo, que es el séptimo puente del recorrido, es una magnífica construcción en hormigón armado que
salva el valle del Adaja desde el final de la Avenida hasta el barrio de la
Estación.
Aquí termina el recorrido de este quinto
tramo.
Tramo 6: del puente de la estación a la Pesquera.
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Tramo 6: del puente de la Estación a la Pesquera. (recorrido 2190 m.)
Para iniciar este tramo hay que cruzar el río
Adaja por el octavo puente del recorrido,
que es el puente viejo de la estación, también conocido como de San Julián, de
origen medieval y merecedor de ser declarado BIC, pero que ha sufrido múltiples restauraciones y restructuraciones
a lo largo de su historia.
Nada más cruzar el puente de San Julián hay que tomar el
camino de la derecha que pasa sobre el noveno puente del recorrido, un pequeño pontón de origen romano conocido como de
la Vega o de la Loma de un solo arco de medio punto construido en sólido
granito, y sobre él los pretiles realizados a la usanza mudéjar. Merecedor, igualmente, de ser declarado BIC.
Puente de San Julián y puente nuevo de la Estación.
Al fondo se aprecia el pontón romano de la Loma.
Nada más pasar este pontón el camino se
bifurca: hacia arriba el camino bordea el valle del Adaja por su parte alta,
por el espacio conocido como La Loma, que tiene unas vistas espectaculares de
la silueta de Arévalo y de su principales monumentos. Pero tomamos el camino
que baja al río Adaja para descender por su ribera derecha hasta el paraje
conocido como La Pesquera.
En este primer tramo junto al puente, el valle del Adaja es amplio y
es utilizado como lugar de ocio en verano. Dos espectaculares chopos destacan
sobre el resto de los árboles de la ribera, por lo que Galérida Ornitólogos los
ha incluido en el catálogo de árboles singulares de Arévalo. A la derecha, en
toda esta ladera se ven pinos piñoneros de repoblación formando algunos
interesantes bosquetes y sobre ella pueden verse los altos y blancos silos de
la harinera.
Sendero habilitado por la asociación La Alhóndiga.
Siguiendo, el camino se convierte en estrecho,
pero transitable, sendero que discurre entre las alamedas y algunas tierras de
labor, salvando antes un repentino manantial que no es otra cosa que un vertido
irregular de aguas residuales. Más adelante el sendero se encajona en una pequeña
cárcava conocida como La Recurva, donde el Adaja gira 90 grados hacia el oeste.
Salvada esa pequeña cárcava por la parte de arriba, desde donde se obtienen
bellas vistas de Arévalo, se llega al paraje conocido como La Pesquera o La
Isla, donde una pequeña presa de hormigón remansa las aguas del Adaja antes de
precipitarse por su muro.
Tramo 7: de la Pesquera al puente de Valladolid.
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Tramo 7: de la Pesquera al puente de Valladolid. (Recorrido 1409 m.)
La presa de la Pesquera remansa las aguas del
Adaja para desviar una mínima parte de ellas hacia el caz del antiguo molino.
Debemos atravesar el río por los bolardos de hormigón que se encuentran aguas
abajo de la presa. Para acceder a la ribera izquierda por donde continua el
recorrido. Este paraje es conocido como La Isla un espacio de ocio y
esparcimiento, infrautilizado y maltratado, donde se puede disfrutar de la
naturaleza, del río y del baño. También, para todo aquel que lo quiera, desde
este paraje se puede subir a Arévalo por una pequeña pista asfaltada.
Bolardos para cruzar el río Adaja
Aquí destaca el Molino de Don Álvaro de Luna,
un antiguo molino fluvial de origen medieval que ha sufrido múltiples
restauraciones y modificaciones a lo largo de su dilatada historia. Ha sido
molino, fábrica hidroeléctrica y en las últimas décadas se ha restaurado para
acoger un centro de turismo rural que nunca llegó a cuajar, aunque durante los
próximos años, el Ayuntamiento de Arévalo lo ha cedido a la Confederación
Hidrográfica del Duero como sede de un proyecto LIFE que llevará a cabo la
restauración de los ríos Arevalillo, Zapardiel y Trabancos con aportes de agua
canalizada y, por tanto, la recuperación del acuífero de Medina y de varias
zonas húmedas del norte de Ávila y del sur de Valladolid.
La ruta continúa por la Isla, junto al caz de
desagüe del molino, el cual hay que cruzarlo por unos árboles caídos al final
de la isla, justo donde el caz desemboca en el Adaja.
A partir de aquí el sendero se va encajonado
entre el río y las, casi verticales, cuestas de Foronda atravesando una
estrecha pero exuberante franja de vegetación arbórea que acompaña al cauce del
Adaja. Al pasar la zona del mirador, la ribera se empieza a abrir a la altura
del colegio y las huertas de los jesuitas. Donde se ven restos de la antigua
muralla. Desde aquí un camino casi oculto entre las cambroneras sube por la
calle de la Lechuga hasta la monumental iglesia de San Martín situada enfrente
de la iglesia de Santa María otros dos edificios declarados BIC, en el
impresionante conjunto porticado de la plaza de la Villa.
Sendero por la ribera del Adaja.
Pero seguimos el recorrido por la ribera del
Adaja entre excelentes ejemplares de fresno, sauce, chopo y álamo para bordear
las tapias del antiguo Matadero y acercarnos a los puentes del cementerio, no
sin antes seguir en cauce del río por un estrecho sendero que nos acerca hasta
el Carcavón de la Loma donde el cauce hace una pronunciada curva.
Bordeando siempre el río, tenemos
unas excelentes vistas del décimo y el undécimo puente del recorrido, y, sobre
ellos el castillo de Arévalo por su flanco oriental. El décimo puente es el nuevo puente del cementerio construido en
hormigón armado y que se come de forma incomprensible los últimos diez o doce
metros del undécimo puente del
recorrido, el monumental puente de Valladolid, también conocido como del cementerio,
del Adaja, Plana o de San Pedro. Seguramente el más antiguo y valioso de la
ciudad ya que es un puente de estructura mudéjar pero, por los restos de la
parte baja, de origen romano. Este monumento, merecedor de ser declarado BIC, se
encuentra actualmente en un vergonzoso estado ruina y abandono. Lleva esperando
ser restaurado medio siglo.
Desde estos puentes se puede subir a Arévalo por la calle de San Martín al Cementerio o, también, subir a la Loma por el primer camino que sale a la derecha nada más cruzar el puente hacia el Cementerio. Aquí termina el séptimo tramo, aún nos queda
uno.
Tramo 8: del puente de Valladolid a la Junta de los ríos.
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Tramo 8: del puente de Valladolid a la Junta de los ríos. (Recorrido 960 m.)
Después de recrearnos con el puente de
Valladolid y su enclave natural único, pasamos por uno de sus siete arcos y continuamos avanzando por el paraje
conocido como La Junta que se extiende por debajo del castillo hasta la
desembocadura del Arevalillo en el Adaja.
En este espacio hay multitud de senderos,
pero, aunque todos acaban en el mismo sitio, el que más nos interesa es el que
transcurre más pegado al cauce del río, porque existe la posibilidad de contemplar
al mismo tiempo especies de fauna y flora acuáticas, de ribera o forestales. Este
sendero acaba en la junta de los ríos, vértice norte de este triángulo verde, donde
las aguas del Adaja y el Arevalillo (cuando las lleva), de distintos colores, discurren varios
metros sin mezclarse.
El lúpulo es una planta trepadora presente en la Junta.
Desde la Junta subimos nuevamente al Castillo,
o bien por el paseo fluvial que discurre por el Arevalillo, o por un sendero
que asciende directamente hacia la fortaleza. Donde se cierra el recorrido.
Animamos al Ayuntamiento de Arévalo a que se
haga cargo de esta ruta, la haga suya y la utilice como un auténtico revulsivo
para que todos los turistas y los arevlenses que quieran puedan disfrutar de
este triángulo natural de Arévalo como un auténtico cinturón verde donde es
posible disfrutar de natura, prácticamente sin salir de casa.
Un pueblo que cuida de su medio ambiente, de
la naturaleza que contiene o que le rodea, gana de forma indiscutible en
calidad de vida.
En Arévalo, a 14 de marzo de 2018.
Luis José Martín García-Sancho.
MEMORIA FOTOGRÁFICA:
LOS ONCE PUENTES:
1: PUENTE DE MEDINA:
2: PUENTE DE LOS BARROS:MEMORIA FOTOGRÁFICA:
LOS ONCE PUENTES:
1: PUENTE DE MEDINA:
PUENTE DE MEDINA
PUENTE DE LOS BARROS
4: PUENTE DE LOS LOBOS:
PUENTE DE LOS LOBOS SOBRE EL RÍO ARERVALILLO
5 Y 6: PUENTES DEL CUBO ANTIGUO Y NUEVO :
7 Y 8: PUENTE DE SAN JULIÁN Y PUENTE NUEVO DE LA ESTACIÓN:
Puente de San Julián y puente nuevo de la estación sobre el río adaja
9: PUENTE DE LA LOMA O DE LA VEGA:
10 Y 11: PUENTE DEL CEMENTERIO Y PUENTE DE VALLADOLID:
Puente nuevo del cementerio y ruinas del puente de Valladolid, con el castillo al fondo.
detalle del puente de Valladolid, mudéjar de origen romano.
*Nota posteior: 1: ahora ya es posible recorrer el tramo del arevalillo entre el puente de los Lobos y el del Cubo por el margen derecho del Arevalillo.
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