viernes, 22 de agosto de 2014

CRÓNICA DE UNA EXTINCIÓN

Por: Luis José Martín García-Sancho
 
La mañana del domingo 21/08/2011, Ángel Ramón González, nos enseñó los restos de tres poblados antiguos, ya desaparecidos, asentados en el actual término de Orbita. Pertenecieron a tres periodos distintos de nuestra historia. El primero de ellos es el Montejuelo datado en el siglo XII y desaparecido en el XVII. El segundo las Ilejas, villa romana habitada hace 1900 años. Y el tercero el castro vetón de la Tejada habitado hace unos 2700 años. Pudimos ver restos de estos tres asentamientos desperdigados por las tierras de labor y las laderas del Adaja y arroyo del Pontón.

         Las explicaciones de Ángel fueron interesantes y apasionadas y todos aprendimos algo más de la historia de nuestros antepasados, que es lo mismo que nuestra historia. Llamaba la atención como los escasos restos que quedan de la iglesia de Montejuelo, podrían haberse salvado de la última concentración parcelaria realizada a raíz de la puesta en marcha del regadío de las Cogotas, simplemente convirtiendo en zona común esta pequeña parcela, permutándola por otro terreno.

         Resulta lamentable comprobar como se pierde un pedazo de nuestro patrimonio ante la dejadez, pasividad, olvido, desidia… de los que pueden hacer algo y no lo hacen. Ya en el río fuimos también testigos de esta misma apatía de nuestra administración, en este caso de medio ambiente, por la cantada extinción del cangrejo de río autóctono de las aguas del Adaja.

         Ante la inminente extinción del cangrejo de río autóctono (Austropotamobius pallipaes) ocasionada por una enfermedad conocida como Afanomicosis, causada por el hongo Afanomyces astaci, a la Junta de Castilla y León no se le ocurrió otra cosa, hace unas décadas, que introducir una especie de cangrejo procedente de América conocida como cangrejo señal (Pacifastatus leniusculus), de mayor tamaño y voracidad que el cangrejo autóctono. Pero no dieron la menor importancia a un “pequeño”, pero crucial, detalle: que esta especie foránea era portadora del hongo que estaba causando la extinción al cangrejo autóctono. Todos los asistentes a la excursión eco-arqueológica pudimos observar varios ejemplares de este crustáceo alóctono introducido por la Junta de Castilla y León en el río Adaja.
Cangrejo autóctono: de tonos beiges o terrosos uniformes. Ágil y luchador.
 
Cangrejo Señal: de tonos terrosos y casi verdosos se caracteriza por una mancha blanca en la comisura de sus pinzas, es más lento y menos agresivo.
 
Cangrejo rojo: se caracteriza por su color rojo o granate con puntos más claros.

         Lo sorprendente de todo este despropósito es que la primera suelta “controlada” de cangrejo señal se realizó el año 1974 en la provincia de Soria con nefastos resultados para nuestro cangrejo ¿Por qué entonces se continuó con esta introducción? ¿Por qué conociendo que el Cangrejo Señal era portador del hongo mortal se le siguió soltando, de forma continua y prolongada, en muchos ríos de Castilla y León?

         A esta desafortunada actuación de la Junta de Castilla y León hay que sumar la suelta “irregular” del cangrejo rojo (Procambarus clarkii), otro crustáceo procedente de América e igualmente portador del letal hongo, realizada de forma descontrolada en la cuenca del Duero por personas sin escrúpulos. Este cangrejo fue introducido por primera vez en España por la administración en el año 1973 en las marismas del Guadalquivir. Pasando a suponer en poco tiempo una auténtica plaga, capaz de modificar peligrosamente el rico y diverso hábitat de las marismas y arrozales.

         Hoy se sabe perfectamente que los cangrejos señal y rojo actúan como vectores de la enfermedad conocida como afanomicosis o “peste del cangrejo”, es decir, aunque a ellos no les afecta, son portadores del hongo que a nuestro cangrejo de río le causa la muerte. Por lo tanto, el trasiego y dispersión de estas dos especies foráneas, puede poner en peligro a las poblaciones aún existentes de cangrejo autóctono, así como a un futuro y muy necesario plan de recuperación, si es que la consejería de Medio Ambiente decide realizarlo algún día.

         Aunque demasiado tarde, la Junta de Castilla y León, en sus normativas anuales de pesca, ha dictado que los cangrejos señal y rojo pescados sólo se pueden usar para el consumo propio y que está prohibida, por tanto, la comercialización y la introducción del cangrejo señal en cualquier masa de agua, estando ambos hechos penados por Ley. Recordemos que fue la propia Junta la que introdujo esta especie invasora.

         La introducción del cangrejo señal en los ríos, a la que se ha aplicado con determinación la Administración regional durante varias décadas, se ha considerado dentro y fuera de las esferas de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León como una desafortunada actuación por ser una especie tan invasora, oportunista y predadora, como perjudicial. De hecho, desde el Consejo de Pesca de Castilla y León se viene reclamando la erradicación total tanto del cangrejo señal como del rojo de los ríos castellanos y leoneses.

         Aunque el cangrejo de río autóctono lleva más de treinta años tocado de muerte por la afanomicosis, aparecida inicialmente por la suelta incontrolada de cangrejo rojo, todavía se le podía ver en algunos puntos del Adaja hasta que la propia Junta comenzó a soltar cangrejo señal. Desde entonces el cangrejo autóctono se considera extinguido en este río. Otro desaguisado más a sumar a la política medioambiental de la Junta de Castilla y León. El cangrejo autóctono, a nivel nacional, es una especie amenazada, catalogada como “Vulnerable” tal y como queda recogido en el Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero, para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas.

         A pesar de lo dicho anteriormente, todos debemos saber que en la orden anual de vedas se limita la pesca del cangrejo señal (Véase: Resolución de 29 de abril de 2011, de la Dirección General del Medio Natural, por la que se regula la pesca del cangrejo señal en las provincias de Ávila, Burgos, León, Palencia, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora para el año 2011). Es decir, a pesar del riesgo que supone su presencia para la recuperación del cangrejo autóctono, sólo se puede pescar en determinados tramos de río, en determinadas épocas del año y un número de ejemplares limitado siempre que superen un tamaño determinado.

         La pregunta es muy clara. Puestos a repoblar nuestros ríos con cangrejos, ¿por qué se usó el señal?, ¿por qué no se reintrodujo el cangrejo autóctono?, ¿por qué se sigue vedando la pesca del cangrejo señal y no se facilita la eliminación de las dos especies invasoras para asegurar un mayor éxito de un futuro plan reintroducción?, ¿es el dinero que la administración saca en licencias de pesca el precio que hay que pagar por la total extinción nuestro cangrejo autóctono?

 

En Arévalo, a 31 de agosto de 2011.

Artículo publicado en La Llanura de Arévalo nº 28 en septiembtre de 2011

1 comentario:

  1. La España de charanga y pandereta, esa España inferior que ora y embiste cuando se digna usar de la cabeza, prefiere gastarse el dinero en plazas de toros y subvenciones taurinas a cuidar y respetar el entorno natural. B.

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