Si ahora retrocedemos en sanidad, en educación, en medio ambiente, en justicia, en derechos sociales... porque así nos lo exigen personas privilegiadas.
Después no encontraremos el camino de vuelta pues la nieve del olvido y del desprecio de los acomodados habrá tapado nuestras huellas, aquellas que nos indicarían el camino de vuelta.
Sencillamente, nos habremos perdido en el camino hacia nuestro propio pasado, ese que los que nos precedieron consiguieron mejorar.
Unas pocas personas exigen que renunciemos a nuestra libertad para que puedan seguir manteniendo sus privilegios. Se suben a nuestros hombros para que les crucemos el río de su crisis, la que ellos provocaron. El agua nos llega al cuello. Pero no se mojan. Nos tapan los ojos. Nos dirigen.
Unas pocas personas exigen que renunciemos a nuestra libertad para que puedan seguir manteniendo sus privilegios. Se suben a nuestros hombros para que les crucemos el río de su crisis, la que ellos provocaron. El agua nos llega al cuello. Pero no se mojan. Nos tapan los ojos. Nos dirigen.
Si nos quitan el trabajo, nos quitam la principal libertad, la de vivir dignamente.
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