domingo, 30 de abril de 2017

ESTE NO ES EL CAMINO


No lo sabía, os lo aseguro.
Desconocía que desde la concejalía de medio ambiente de Arévalo se tuviera planeado hacer un jardín botánico con especies exóticas en las cuestas del Arevalillo.
Desconocía que la pista abierta en la peligrosa ladera situada bajo San Miguel fuera a acoger una plantación de especies foráneas realizada por varias decenas de escolares de Arévalo.
Desconocía y desconozco, porque no he visto los informes o los estudios previos, que el Ayuntamiento de Arévalo tuviera pensado abrir una pista en una de las cuestas más inestable del Arevalillo, donde en los últimos años se han producido varios corrimientos de ladera.

Desconozco, igualmente, si para abrir esa pista se ha contado con la Confederación Hidrográfica del Duero al encontrarse a menos de 50 metros del cauce del río Arevalillo.
Desconozco si, al encontrarse en suelo rústico protegido, se ha informado del proyecto de la pista a la Junta de Castilla y León por si fuera necesario un estudio de impacto ambiental simplificado.
Desconozco si se ha realizado el proyecto de ingeniería pertinente para este tipo de terrenos con una acusada pendiente y suelo inestable.
Desconozco, igualmente, si para que prospere la plantación de especies exóticas se va a recurrir a algún tipo de aclimatación o de crear un ambiente que reproduzca sus condiciones naturales.
Mi ignorancia llega a tal extremo que desconozco si para realizar la citada pista y plantación se han utilizado los servicios técnicos municipales para que, tanto los trabajadores, como los plantadores voluntarios no corrieran riesgo alguno o para que las conducciones de alcantarillado que bajan al colector principal no sufrieran daños.

Desconozco si los taludes producidos por la excavación del camino corren riesgo de erosión o corrimiento, si la vegetación arrancada y amontonada a ambos lados de la pista abierta va a ser retirada o va a quedarse allí seca afeando el entorno, si los escombros y vidrios sacados durante la excavación se van a quitar o se van a abandonar peligrosamente en la ladera. Ramas secas... vidrios cóncavos... una combinación parecida a dar un bidón de gasolina y un mechero a un pirómano.

Desconozco si para plantar 64 árboles era necesario abrir una pista con maquinaria pesada por una ladera inestable.
Estas han sido las especies autóctonas plantadas:
Pino piñonero (Pinus pinea)

Encina (Quercus ilex)

Almendro (Prunus dulcis)

Estas son las especies no presentes en el Arevalillo pero presentes de forma natural en 50 km a la redonda:
Quejigo (Quercus faginea)

Estas son las especies alóctonas:
Pino silvestre (Pinus sylvestrtis)

Haya (Fagus sylvatica)

Secuoya (Secuoia sp.)

Ginkgo biloba.

Pensé que las cosas no se hacen porque sí, porque me da la gana, por cojones, con un puñetazo en la mesa. Pensé que las actuaciones municipales tendrían sus estudios, sus proyectos, sus justas adjudicaciones.
Veo que no, que es muy aleatorio, demasiado. Caprichoso incluso. Se talan pinos centenarios, singulares y representativos de nuestra tierra sin motivo, sin informe previo. Y se plantan especies alóctonas, foráneas, exóticas, sin ton ni son, caprichosamente. Para ello, si hay que abrir con maquinaria pesada una pista en una ladera de acusada pendiente e inestable, se abre y punto, sin más, sin estudios ni informes.
No sé dónde llegará este camino emprendido por el Ayuntamiento, no me voy a meter en asuntos legales, solo he tratado temas naturales y medioambientales.

Pero, sinceramente, creo que este no es el camino.

Arévalo, 29 de abril de 2017


sábado, 22 de abril de 2017

EL PASEO FLUVIAL UN AÑO DESPUÉS

Vista de los márgenes del paseo fluvial en la primavera de 2016


Luis José Martín García-Sancho.

El año pasado, el Ayuntamiento de Arévalo llevó a cabo parte de una antigua propuesta de la Asociación la Alhóndiga, al realizar un paseo fluvial por el río Arevalillo a su paso por Arévalo, gracias al proyecto de Francisco Durán Vian (Fran) que el consistorio aprobó para su ejecución y que el propio Fran se encargó de dirigir.
Paseo fluvial durante la primavera de 2016

Se abrió un sendero por el margen derecho del río Arevalillo desde el puente de los Lobos hasta el castillo y se plantaron varias especies de árboles y arbustos tanto en ribera como en ladera: chopo, álamo, fresno, aliso, sauce, pino piñonero, encina, escaramujo, majuelo, almendro, leylandi, jara, aulaga, lavanda, tomillo… fueron algunas de las especies elegidas para la plantación.
La intervención, ejecutada por el Ayuntamiento y dirigida por Fran, también supuso una limpieza de riberas y laderas, con la retirada de todo tipo de desperdicios, basura y escombros. Allí donde fue necesario se arrojó tierra para repoblar con semillas de herbáceas a partir de hidrosiembra y siembra realizada a mano.
El año pasado la primavera fue generosa tanto en temperaturas suaves como en agua y las laderas antaño cubiertas de inmundicias y escombros se poblaron de una gran cantidad, tanto de plantas silvestres espontáneas, como de la exitosa germinación de la plantación. Decenas, incluso cientos de especies de plantas silvestres cubrieron las riberas y laderas del Arevalillo en una explosión de vida y biodiversidad como muy pocas veces se recuerda.


Hasta aquí, se puede decir que la ejecución del proyecto de Fran estaba siendo un éxito.
Pero en Arévalo estas alegrías duran poco, pues parece que desde el Ayuntamiento en general y desde la concejalía responsable de Medio Ambiente en particular no se tiene demasiado cariño o aprecio a este tipo de explosión de vida con que la naturaleza regala a nuestros sentidos. Y así, lo que hasta ahora había sido un éxito comenzó a truncarse a través de determinadas acciones o inacciones municipales. Hechos a los que se suman gentes anónimas a través de inexplicables actos vandálicos que destruyen sin ton ni son el bien común de todos los arevalenses.
Veamos algunos de estos actos, acciones o inacciones:

- Caudal ecológico: Quiero recordar al amigo lector que el proyecto del que estamos hablando es el paseo FLUVIAL del Arevalillo. Sí, he recalcado en negrita y mayúsculas la palabra fluvial porque se trata de un sendero que transcurre por un río, que un río es una corriente de agua y que el Arevalillo, en los últimos 40 ó 50 años, no tiene de forma continua y, en muchas temporadas, ni siquiera de forma estacional, permaneciendo seco la mayor parte del año.
Igualmente conviene recordar que La Alhóndiga ha solicitado, de manera reiterada desde el año 2011 a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), un caudal ecológico para el río Arevalillo, desviando para ello una parte del agua que actualmente se suelta por el Adaja desde la presa de las Cogotas al Arevalillo a través del desagüe de la balsa de regadío de Nava de Arévalo. Es posible porque, de forma puntual, ya se ha hecho en varias ocasiones en el pasado.
Río arevalillo con agua

Lo más doloroso de este asunto es que quien debería encabezar esta solicitud de caudal ecológico para el Arevalillo es el propio Ayuntamiento de Arévalo, el cual se ha negado de forma reiterada a sumarse a la solicitud de la Asociación la Alhóndiga, anteponiendo los intereses de unos pocos a los de la colectividad a los del bien común de toda la comarca. Resulta inexplicable esta negativa de la corporación municipal por los incuestionables beneficios que esta decisión produciría, no solo al pueblo de Arévalo sino a toda la comarca a través de la recuperación del castigado acuífero subterráneo del que se nutren ríos, arroyos, humedales, pueblos y la mayor parte de los agricultores.
El paseo FLUVIAL ganaría si, realmente, lo fuera.


Río Arevalillo sin agua

- Vandalismo: Una vez realizada la plantación y la cartelería, en condiciones de normalidad, todo debería haber seguido su curso para el disfrute del gran número de personas que, desde el principio, comenzaron a usar este sendero en sus paseos. Por eso resulta inexplicable que haya gente capaz de destruir lo que a todos gusta o beneficia.
Muy pronto empezaron los actos de pillaje y vandalismo sobre las plantas o las instalaciones. Se robaron decenas de árboles, tutores metálicos, muchos metros de manguera de riego por goteo y codos de unión, se arrancaron carteles, bancos, asientos, barandillas, volvieron a arrojar desperdicios a las laderas recién adecentadas, algunos árboles recién plantados aparecieron tronchados o arrancados…
Operarios colocando un tramo de riego por goteo.

A parte del robo, que en sí busca el beneficio ilícito del propio ladrón perjudicando a los propietarios que somos todos los arevalenses, la mayoría de los actos contra el paseo fluvial no tienen una explicación lógica, pues se trata de un irracional y desmesurado vandalismo consistente en hacer daño, simplemente por hacer daño, sin otra finalidad. Quien rompe un banco, arranca un cartel o parte un árbol, se podría decir que disfruta haciendo daño a los usuarios que utilizan del paseo fluvial.

- Corrimientos de tierra: Después de realizar el sendero se produjo un desprendimiento por debajo de la neomuralla de San Miguel que lo tapó en varios metros y produjo una pequeña cárcava en la ladera, lo que indica que después de la intervención en la muralla el terreno aún no está consolidado convenientemente y que necesita una urgente plantación de árboles que puedan sujetar con sus raíces la ladera. Hubo que retirar toda la tierra, pero en lugar de depositarla en los tramos de cuestas a repoblar o con exceso de escombro, se amontonó a ambos lados de la entrada al monumental puente de los Barros donde no era necesario ni estético acumular tal cantidad de tierra junto a una construcción histórica de tal magnitud.
Corrimientos de tierra en la zona del Rincón del Diablo.

- Desbrozado: El pasado año cuando la primavera estaba bien avanzada desde el Ayuntamiento se ordenó el desbroce de los márgenes del sendero, acabando con toda la vegetación herbácea espontánea que había crecido y que ofrecía al paseante una gran diversidad de flora silvestre, especialmente, algunas especies raras, escasas o, simplemente, hermosas.
Una vez más, este año se está recurriendo al desbroce de los márgenes del sendero, pero en fechas más tempranas, lo que impedirá que broten determinadas especies de flora que hacían mucho más vistoso y agradable el paseo. Debe recordar el amigo lector que el espacio que nos ocupa no es un parque urbano ni un jardín con césped sino un espacio natural de gran valor ecológico precisamente por su biodiversidad.
Márgenes del sendero fluvial del Arevalillo desbrozados.

Durante el desbrozado se han dañado y echado a perder decenas árboles y arbustos de escaso porte que estaban ocultos entre la abundante vegetación, lo que indica que el desbroce se realizó en terreno inadecuado o, al menos, sin ningún cuidado de respetar los árboles y arbustos plantados y que, como es lógico, habían costado su dinero. Una vez más, dinero tirado.

- Herbicida: A lo largo del mes de abril del presente año se ha venido produciendo el tratamiento con herbicida de las laderas de los ríos Adaja y Arevalillo a su paso por Arévalo, una práctica nada recomendable en áreas habitadas. Se da la circunstancia que dicho herbicida se está rociando en las zonas donde se hizo hidrosiembra con semillas de herbáceas. Lo que parece cuanto menos absurdo: rociar con herbicida la hierba que ellos mismos plantaron hace un año. Parece un despropósito que una siembra de plantas herbáceas que según el proyecto costó 7.600 euros se rocíe con herbicida para que no crezcan dichas herbáceas. Es como tirar esos 7.600 euros a la basura, una necedad, algo esperpéntico, surrealista.
Laderas rociadas con herbicida en la zona del Castillo, junto al parque infantil.

 A parte del despropósito comentado, no parece nada recomendable utilizar un producto que contiene glifosato como herbicida en zonas habitadas, cerca de parques infantiles o de cursos de agua, cosa que se ha producido en Arévalo durante este mes de abril. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha incorporado el glifosato a la lista de sustancias probablemente cancerígenas para humanos. Para la Agencia Europea de Productos Químicos (ECHA) el glifosato es tóxico para la vida acuática con efectos de larga duración y causa severos daños en los ojos. Entre otros países, Francia ya ha prohibido la utilización del glifosato. Pero como vemos en España y en Arévalo se sigue promocionando su uso. Al eslogan de “España es diferente” habría que añadir “y Arévalo también”.

- Plantación: Resulta evidente que si uno de los objetivos del proyecto era repoblar las cuestas con árboles y arbustos para consolidarlas y evitar peligrosos corrimientos de ladera, aún no se ha conseguido, ya que la forestación que se ha realizado en estas zonas inestables ha sido claramente insuficiente. Esperemos que desde el Ayuntamiento se continúe con la labor que Fran ha comenzado y que en el futuro podamos disfrutar de unas cuestas, forestales, consolidadas, seguras, limpias y con un dispositivo anti incendios adecuado.
Ladera rociada con herbicida e insuficientemente forestada.

- Voluntariado: En el pasado 20-11-2017 el Ayuntamiento organizó una plantación de árboles en la que participaron decenas de voluntarios. La campaña la dirigió Fran. Como ya he tratado este aspecto en otra ocasión (voluntariado) no voy a desarrollarlo mucho más. Tan solo resumir que la mayor parte de los árboles fueron plantados en la zona baja, próximos al sendero y que en las laderas se plantaron muy pocos. Bajo mi punto de vista, se debería haber realizado justo al revés, es decir, plantar la mayor cantidad de pinos y encinas en las laderas donde sigue existiendo peligro de corrimientos.
Dos pinos piñoneros plantados durante la campaña de voluntariado: el primero con un verde normal y el segundo con un verde excesivamente pálido.

Además, un buen número de pinos piñoneros traídos del vivero, tenían muy mal color excesivamente pálido, en contraste con otros de la misma especie que lucían el color verde intenso característico de los pinos sanos. De tal manera que con la primavera ya bien entrada, estos pinos pálidos, deberían haber empezado a desarrollar sus yemas nuevas y no está siendo así presentando un aspecto enfermizo, incluso algunos parece que se empiezan a secar.

- Bridas: Para sujetar a los árboles plantados a sus varas o tutores se han utilizado bridas de plástico duro, no flexible, lo que ya está produciendo el estrangulamiento del árbol. Como no se tomen medidas urgentemente y estas bridas sean sustituidas por otras de material elástico este estrangulamiento acabará matando al árbol. Muchos de los tutores metálicos que sujetaban a los árboles plantados por el voluntariado han sido robados y no repuestos, por lo que algunos pinos y encinas yacen tumbados en el suelo.
Las bridas rígidas acaban estrangulando al árbol. 

- Vertidos: En muy pocos meses se han producido hasta siete vertidos a las riberas de Arévalo, cuatro de ellos en el entorno del paseo fluvial del Arevalillo: Uno por una fuga en el colector del polígono industrial que finalmente fue reparado. Otro en el aliviadero que tiene el colector del Arevalillo previo a la depuradora y, además, en dos días distintos por avería en las bombas de la depuradora. Un tercero río arriba del puente de los Lobos por una rotura en el colector que ya ha sido reparado. Y, por último, otro vertido a la altura del puente de los Lobos en el paseo fluvial por el mal funcionamiento de un aliviadero del colector general que vierte periódicamente todo tipo de inmundicias, aunque no llueva. Hay que decir que todos estos vertidos fueron convenientemente denunciados y que, al menos la fuga fue reparada en todos los casos menos en este último del puente de los Lobos donde siguen saliendo aguas residuales de vez en cuando como así lo demuestran las aguas estancadas y malolientes presentes siempre en la zona de desagüe, así como los restos lodosos y solidos presentes, convirtiéndose en un foco de infección.
Vertidos de aguas residuales ocurridos en Arévalo en tan solo tres meses.

Por otra parte, al no existir un protocolo municipal de actuación para este tipo de vertidos, aunque la fuga se repare en la mayor parte de los casos, las laderas y riberas permanecen contaminadas por tiempo indeterminado ya que nadie se encarga de limpiarlas y devolverlas a su aspecto previo al vertido.

Esta revisión del estado del paseo fluvial la hago sin ánimo de molestar a nadie. Tan solo expongo lo que debe o no debe ser, bajo mi punto de vista, un espacio natural. En multitud de ocasiones he apoyado el proyecto, aportando de forma voluntaria y desinteresada mi ayuda, participando en diversas actividades de divulgación, de plantación, de mantenimiento.
El proyecto de Fran iba a ser muy poco agresivo con el medio ambiente, por eso apoyé y ayudé. Porque siempre he entendido así esta actuación, la de acercar un ESPACIO NATURAL al pueblo de Arévalo y a sus visitantes. Sí, vuelvo a poner mayúsculas y negrita para resaltar el concepto de espacio natural.
Paseantes por el paseo fluvial.

Pero si llego a saber que desde el Ayuntamiento se tenían otros planes, jamás lo hubiera apoyado. Porque un ESPACIO NATURAL como las riberas del río Arevalillo a su paso por Arévalo jamás debería convertirse en un espacio urbano. Un ESPACIO NATURAL como este debe tener sus árboles sus plantas, sus flores, sean estos saúcos, zarzas, amapolas, margaritas, retamas, nazarenos, alfileteros, alhelíes, beleños, cardos, cardillos, carrucheras, chupamieles, correhuelas, cicutas, collejas, dientes de león, esparragueras, hinojos, lampazos, lecheruelas. linarias, malvas, mielgas, mostazas, nuezas, ojos de perdiz, ortigas, pamplinas, rúculas, santolinas, verónicas, viboreras, zanahorias o zapatitos.
No entiendo a quién puede molestar esta belleza, esta biodiversidad y por qué se elimina mediante herbicidas peligrosos o desbroces excesivos. Un trabajo bien realizado y profesional a base de azadón o escardilla puede mantener limpio el sendero e intactos todos los valores de este importante ESPACIO NATURAL.
Parece que el Ayuntamiento no entiende lo que es un ESPACIO NATURAL. Ni sabe interpretar los carteles.

En Arévalo, a 21 de abril de 2017.

Luis José Martín García-Sancho. 

viernes, 14 de abril de 2017

AVIONES, GOLONDRINAS Y VENCEJOS.



 Luis Losé Martín García-Sancho.

Hoy vamos a ver la diferencia entre golondrina común, avión común y vencejo común, tres especies presentes en casi todos los pueblos de la Tierra de Arévalo y muy beneficiosas pues se alimentan exclusivamente de insectos que capturan en vuelo. Son muchos los que llaman golondrinas a las tres. Veamos:
La golondrina común (Hirundo rustica) es la primera en llegar, normalmente, a últimos de marzo. El dorso y el cuello son negros, con reflejos metálicos azulados al sol. El vientre, blanco en las hembras y anaranjado en los machos. La frente y el mentón rojos. La cola es muy ahorquillada y presenta puntos blancos, más visibles en vuelo.

El avión común (Delichon urbica) llega algo más tarde que su pariente, generalmente en abril. Su aspecto es más rechoncho que el de la golondrina y tiene la cola menos ahorquillada. Es de color negro con reflejos metálicos por arriba y enteramente blanco por debajo, incluido mentón, cuello y pecho. También la parte comprendida entre la cola y la espalda, conocida como obispillo, es blanca (la golondrina tiene la espalda enteramente negra).

Sobre el vencejo común o arrecalgel (Apus apus) ya traté ampliamente en la Llanura en el número de septiembre de 2010. Por resumir: es algo mayor que aviones y golondrinas, con las alas muy afiladas, en forma de guadaña, patas muy cortas y coloración del plumaje casi negro a excepción de una pequeña mancha blanca en la parte inferior del pico. Tiene una forma de volar muy característica, rectilínea y veloz. No construye nido ya que nidifica en grietas y huecos de tejados, aleros y muros.

Tanto el avión común como la golondrina común hacen nidos de barro. En el caso de la golondrina, mezcla el barro con pajas y pelos y lo construye en forma de peana, es decir, con la parte superior abierta, sin tocar el techo. Suelen ser nidos solitarios en el interior de corrales o casas abandonadas. 
Nido de golondrina.

En el caso del avión el nido es exclusivamente de barro y saliva. Es cerrado, de forma esférica y con un agujero circular de entrada.  Además, suele agruparse formando colonias de cría en fachadas de edificios. Una de estas colonias de avión común se puede observar en el banco de Santander en la fachada que da a la calle Caldereros. 
Nido de avión común.

Esta costumbre en la ubicación de los nidos queda reflejada en sus nombres científicos: Hirundo rustica para la golondrina que hace relación al mundo rural de patios y corrales. En cambio, el del avión es Delichon urbica es más urbano.
A la golondrina le gusta cantar sus alegres trinos en cables, balcones, antenas y aleros, en cambio el avión es mucho más parco en sus demostraciones sonoras. El vencejo sólo emite sus agudos gritos durante sus ágiles y rápidos vuelos circulares, en los que da la impresión que se va a estrellar contra las fachadas.
A la golondrina le gusta cazar insectos casi a ras de suelo. Es muy común ver a varias golondrinas detrás de los rebaños de ovejas capturando todos los insectos que levantan. Los aviones hacen sus capturas en un estrato superior, a altura de los edificios. Por último, los vencejos suelen cazar por encima de los tejados. Parece que lo de “juntos pero no revueltos” se cumple perfectamente entre estas tres especies.
Aviones y golondrinas pertenecen a la misma familia, la de las golondrinas (Hirundidae). También pertenecen a esta familia otras tres especies menos frecuentes en nuestra comarca: Avión zapador, que excava sus nidos en forma de túnel en paredes arenosas de taludes y cárcavas de ríos, graveras u obras. Avión roquero y golondrina dáurica, visibles en la comarca principalmente durante los pasos migratorios. 
Avión común cebando a los pollos.

En junio de 2001 me entretuve contando el número de cebas que realizaba una pareja de golondrinas a su nido con una prole de cinco pollos. Durante el tiempo que duró el estudio la media fue de 567 cebas por día. Hagamos cuentas: cada ceba consta de uno a diez insectos, pongamos sólo dos. Pasan en Arévalo, al menos, 150 días. Entonces 567 cebas por dos insectos cada una y por 150 días: nos da la friolera de 170.100 insectos capturados sólo por una pareja de golondrinas y su descendencia. Multiplicando este dato por todos los nidos de golondrina, avión, vencejo, colirrojo…el resultado es un insecticida natural inmejorable: millones y millones de insectos consumen las aves insectívoras sólo en Arévalo. Sencillamente, si no existieran estas especies de aves insectívoras nos comerían, literalmente, los bichos.

En Arévalo a 30 de marzo de 2012.

Luis José Martín García-Sancho.


Publicado en el número 35 de La Llanura de Arévalo de abril de 2012.
Golondrina común (Foto: Barn Swallow)

Vencejo común: (Foto: Josef Hlasek)

sábado, 8 de abril de 2017

NOPOETA



No digáis que soy poeta
pues solo escribo palabras
con una pluma de agua
en estas dunas de arena.
Con el dedo levantado
hago letras en el aire
que el viento se lleva lentas,
palabras que no son frases
versos que se quedan sueltos.
Si las nubes son de agua
que da la vida a la tierra,
mis ideas no son nada,
miento,
solo bruma en la mañana
que hace desaparecer
mi sed y mi entendimiento.
Si el pino llora resina
que da fragancia a la brisa,
une mis letras al viento
y forma frases en verso.
Si en las dunas crece trigo
bebiendo el agua que escribo
recoge pues mis palabras,
las ordena en sus espigas
formando acertadas rimas.
No digáis que soy poeta,
sí lo son pino y resina,
viento, trigo, agua y tierra
al juntar mi inútil letra.
No.
No digáis que soy poeta.

En Arévalo, a ocho de abril de 2017.
Luis José Martín García-Sancho.